12 AM | 14 Feb

DOLÇ ÁNGEL DE LA MORT (MÀRIUS TORRES)

Dolç àngel de la Mort, si has de venir, més val
que vinguis ara.
Ara no temo gens el teu bes glacial,
i hi ha una veu que em crida en la tenebra clara
de més enllà del gual.

Dels sofriments passats tinc l’ànima madura
per ben morir.
Tot allò que he estimat únicament perdura
en el meu cor, com una despulla de l’ahir,
freda, de tan pura.

Del llim d’aquesta terra amarada de plor
el meu anhel es desarrela.
Morir deu ésser bell, com lliscar sense esforç
en una nau sense timó, ni rems, ni vela,
ni llast de records!

I tot el meu futur està sembrat de sal!
Tinc peresa de viure demà encara…
Més que el dolor sofert, el dolor que es prepara,
el dolor que m’espera em fa mal…

I gairebé donaria, per morir ara
–morir per sempre–, una ànima immortal.

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12 AM | 14 Feb

PROMETEO

 

 He tenido roto el ordenador y no he podido mantener el blog en la forma habitual. Algunas cosas han pasado .Un Prometeo de Heiner Müller en el Valle Inclán, ya sabéis, Zeus pretende quitar la vida a los humanos y convertirles en animales, Prometeo roba el fuego, los enseña las letras, los números, el uso del fuego .Se levanta contra el poder para hacer de los humanos hombres cultos, y por eso será castigado a sufrir eternamente aislado del mundo.

 Unas preguntas perturbadoras que nos proponía Angélica Liddell en el Carlos III: ¿Cómo hubiera sido Lenin si no hubiera estado enfermo? ¿En qué medida el mundo es producto de una patología? ¿En qué momento el cuerpo determina la conducta humana?

Hemos terminado redondo el mes escuchando la voz de Amancio Prada a unos versos de Juan de la Cruz ¿es la noche oscura una imagen prestada de la secta sufí Xadili? ¿De Garcilaso? ¿Del éxodo? ¿De la historia de Pirome y Tisbe? Me da igual, a mi me emociona su poesía.

 

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07 PM | 13 Feb

GAMARJOBA

                                                   FELAS

Arrepentimiento es una provocadora muestra del poder autoritario, y gira en torno a la muerte de un tirano, cualquier tirano, y la negativa de una mujer para dejar el cadáver en paz, con un recuerdo a todos los perseguidos en la discrepancia.

  Tegiz Abuladze, con una formación teatral muy  sólida,  estudiando en el famoso teatro Rustaveli (en Madrid vimos un extraordinario Ricardo III) aborda ésta película utilizando alegorías y  metáforas, dando un sentido surrealista de humor negro que nos recuerda inevitablemente al Buñuel mas creador. Es genial el sueño de la mujer de Barateli mientras éste toca el piano y se produce un fundido con los sonidos del agua al modo de Tarkovski. La persecución en las calles desiertas por caballeros de la Edad Media junto con el coche descapotable del dictador y su escondite en una plantación de patatas con los cuerpos enterrados no se nos olvidará fácilmente.

 La crítica que subyace del estalinismo hizo que la película fuera prohibida durante dos años y escondida (dicen) una copia debajo de la cama por el temor a ser destruida, siendo recuperada y convirtiéndose en emblemática con la llegada del  “glasnost” gracias a las políticas de apertura.

Artesano meticuloso, Tegiz nos muestra la tiranía, la violencia y los malos tratos a los hombres en otras  secuencias memorables: la búsqueda de los nombres de los familiares entre la arboleda traída en los trenes desde los bosques de la deportación, el discurso en el balcón del ayuntamiento con la horca a su lado  y la confusión entre realidad y sueño cuando el hijo del dictador desmenuza un pez para dejarlo en las raspas.

La película tiene una banda sonora con músicas conocidas, y su visión fantasmagórica del abuso del poder provoca en el espectador una catarsis para que no se olvide ninguna de las fechorías que hacen los dictadores. Hay que tirarlos por la ventana, no enterrarlos con las pompas habituales. La memoria de sus hechos tiene que perdurar.

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10 AM | 11 Feb

El 1848 árabe: los déspotas se tambalean y caen

“Los acontecimientos recientes señalan el primer auténtico renacer del mundo árabe desde la derrota de 1967.”

                  TARIQ ALI

No puede permanecer mucho más porque los militares han declarado que no dispararán a su propio pueblo, lo que excluye la opción de la plaza de Tiananmen. Si los generales (que han sostenido a lo largo de mucho tiempo a este régimen) faltaran a su palabra, podrían dividir al ejército y preparar el terreno para la guerra civil. Nadie quiere eso por ahora, ni incluso los israelíes a quienes gustaría que sus amigos estadounidenses mantuvieran a su hombre clave en el Cairo tanto tiempo como fuera posible. Pero ello también es imposible.

Así que ¿llegará Mubarak a este fin de semana o al próximo? Washington quiere una “transición ordenada”, pero las manos de Suleiman el Fantasma (o el Señor de la Tortura como algunas de sus víctimas lo llaman), el vicepresidente que han obligado a aceptar a Mubarak, están también manchadas de sangre. Reemplazar un torturador por otro ya no es aceptable. Las masas egipcias quieren un cambio total del régimen, no una operación al estilo de Paquistán en donde un civil sinvergüenza reemplaza a un dictador uniformado y no cambia nada.

 

La infección tunecina se ha expandido mucho más rápidamente de lo que nadie imaginaba. Después de un largo letargo inducido por derrotas (militares, políticas, morales) la nación árabe está despertando. Túnez impactó inmediatamente en la vecina Argelia y el estado de ánimo cruzó entonces a través del Jordán y llegó al Cairo una semana después. Estamos siendo testigos de una ola de levantamientos nacional-democráticos, que recuerdan más las agitaciones de 1848 –contra el Zar y Emperador y aquellos que colaboraron con él− que barrieron Europa y fueron los presagios de posteriores turbulencias. Éste es el 1848 árabe. El Zar-Emperador de hoy es el presidente de la Casa Blanca. Eso es lo que diferencia a estas proto-revoluciones de los asuntos de 1989: eso y el hecho de que, con pocas excepciones, las masas no se movilizaron ellas mismas en el mismo grado. Los europeos del este se doblegaron a los occidentales, viendo en ello un futuro feliz y entonaron “Tomadnos, tomadnos, ya somos vuestros”.

Las masas árabes quieren romper con el horrible abrazo. Los EEUU-Unión Europea han dado su apoyo a dictadores de los que [las masas árabes] quieren desembarazarse. Son revueltas contra el universo de la miseria permanente: una elite enceguecida por su propia riqueza, corrupción, desempleo masivo, tortura y subyugación a Occidente. El redescubrimiento de la solidaridad árabe contra las dictaduras repelentes y a los que las sustentan es un nuevo punto de inflexión en el Oriente Medio. Se trata de la renovación de la memoria histórica de la nación árabe que fue brutalmente destruida poco después de la guerra de 1967. En este aspecto, el contraste no puede ser más vivo. Gamal Abdel Nasser, a pesar de sus muchas debilidades y errores, vio la derrota de 1967 como algo por lo que tuvo que admitir su responsabilidad. Dimitió. Más de un millón de egipcios se echaron al corazón de El Cairo para pedir que se quedase en el poder. Y cambió de opinión. Murió en el cargo pocos años después, con el corazón roto y sin dinero. Sus sucesores entregaron el país a Washington y Tel Aviv por un plato de lentejas.

Los sucesos del último mes señalan el primer auténtico renacer del mundo árabe desde la derrota de 1967. Todos los veletas siempre alertan para no estar nunca en el lado equivocado de la historia y evitar siempre toda experiencia de derrota, pero fueron sorprendidos por estos levantamientos. Olvidaron que las revueltas y las revoluciones, formadas por circunstancias reales, suceden cuando las masas, las multitudes, la ciudadanía –llamémosle como queramos− deciden que la vida es tan insoportable que no será soportada mucho más. Para esta gente, una infancia pobre y la injusticia resultan tan naturales como una patada en la cabeza recibida en la calle o un interrogatorio brutal en la cárcel. Han experimentado todo eso, pero cuando las mismas condiciones están aún presentes y ahora ya son adultos, entonces el miedo a la muerte retrocede. Cuando esta etapa se alcanza, una sola chispa puede encender un fuego en la pradera. En este caso, literalmente, como la tragedia del puestero en Túnez que se prendió fuego demuestra.

Estamos al principio del cambio. Las masas árabes no han sido arrolladas por la fuerza esta vez y no sucumbirán. ¿Qué ofrecerán los que reemplacen a los déspotas de Túnez y El Cairo a su pueblo? La democracia por sí sola no puede alimentarlos o darles empleo…

 

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05 PM | 08 Feb

¡Oh, Mundo! ¡Mundo!

              Pabloody                                                                      El Rey Lear, de William Shakespeare, es uno de los dramas más grandiosos de la historia. Trata casi todos los temas importantes de esta vida con la poética lucidez de la que sólo es capaz Willy. Ahí hay un peliculón, y Kozintsev lo ha hecho… más o menos.
Vamos a ver, si no me hubiese leido la obra de teatro a lo mejor la peli de Kozintsev sería mi peli favorita… o a lo mejor me hubiese dormido víéndola. Esas cosas nunca se saben. Así que me tengo que limitar a juzgarla como adaptación. Y como tal es cojonuda. Me es muy fácil imaginarme un peliculón bastante mejor partiendo de la obra original, pero mi imaginación es muy pretenciosa, así que puede que esta versión rusa sea casi insuperable.

Visualmente está muy bien. Las interpretaciones son en su mayoría brillantes. ¿Qué le falta entonces? Pues aparte de que la música (aunque suena mal decirlo al ser del mismísimo Shostakovich) es flojilla, le falta emotividad. Está claro que Kozintsev no es Zeffirelli, y opta por una adaptación no fría pero si sobria que no logra emocionar del todo aunque fascine con su magistral desfile de personajes y tragedias.
Particularmente me molesta el desaprovechamiento de dos momentos clave de la obra de teatro, que son de lo mejor que ha escrito Shakespeare (que ya es decir): Los reencuentros paternofiliales Gloster-Edgar y Lear-Cordelia. Están ahí, pero demasiado recortados y no consiguen transmitir todo el dramatismo del momento.

De todos modos es una adaptación muy fiel y meritoria, con momentos de gran cine. Y es la mejor película basada en una obra de Shakespeare que he visto… de momento.

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