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Fomento de la cultura y profundización de los valores democráticos y del medio ambiente

Poesía

01 PM | 22 Mar

POESÍA Magdalena Brown

Nuestra flor es frágil. Estamos enamorados de nuestra flor.

Cerramos los ojos a nuestra experiencia de memoria.

Dibujamos otro paisaje de un universo que jamás existió.

Habitamos en él apretando a la flor.

A ningún espejo permitimos que de nosotros haga reflexión.

Al jarrón que la contenía le partimos el tiempo en su corazón.

Al final, no hubo agua posible que se inventara y murió la flor.

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11 PM | 19 Feb

Poesía de la sinceridad- Poema de Antonio Herranz

Poesía de la sinceridad

Felix Alonso

Articulo publicado en la revista Entreletras

Decía Carlos Bousoño que la poesía no comunica lo que siente, sino la contemplación de lo que se siente. No sé, quizás sea eso lo que me anima a llevar un libro de poemas en mis viajes, y tratar de encontrar así las emociones. La poesía como pretexto. Cuando estuve en Roma visitando a mi hijo, no fui directo al Coliseo, lo que le pedí es que me llevara a la tumba de Gramsci, para allí leer los versos que Pasolini le dedicó : nom é di maggioquesta impura aria… (no es de mayo este aire impuro…). Si me empeñé en ir a Duino fue para sentarme un par de horas en un banco, en la plaza del castillo, para leer a Rainer María Rilke. He sido tan pesado con estas manías que a un grupo de amigos les engañé para realizar un viaje a Trás- os- montes con el objetivo oculto de visitar la casa de Miguel Torga en Säo Martinho de Anta.

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10 AM | 19 Oct

VITEZSLAV NEVZAL

Vitezslav Nezval, poeta checo traducido por Arturo Hernández González

Vitezslav Nezval (26 de mayo de 1900, Biskoupky-6 de abril de 1958, Praga) es uno de los grandes poetas checos del siglo XX. Pionero del movimiento surrealista en su país, entre sus obras destaca también la novela gótica Valérie y la semana de los prodigios (Valérie a týden divu, 1932), adaptada al cine en 1970 por Jaromil Jireš.

Prácticamente inédito en español, el escritor y traductor Arturo Hernández González nos da la oportunidad de conocer a este poeta deslumbrante con sus traducciones, pertenecientes a los poemarios Un Pueblo Bizarro El enterrador absoluto. Unos poemas que aquí tenemos el placer de presentar:

Poemas de Vitezslav Nezval (de Un Pueblo Bizarro y El enterrador absoluto)

1

A la mesa
en un bajo y abovedado cuarto
desde cuyas paredes, cubiertas con marcos
de muy variados tamaños, escudriñan
exactamente los mismos retratos pintados
veintiún veces de un hombre del Siglo XVI;
veintiún mujeres sentadas ofrecen un brindis
por sus primeros veintiún cumpleaños
con veintiún copas de cristal tallado
en las que se reflejan veintiún veces
veintiún bajos y abovedados cuartos
desde cuyas paredes, cubiertas con marcos
de muy variados tamaños, escudriñan
exactamente los mismos retratos
de un hombre del Siglo XVI
pintados veintiún veces.

 

2

Bajo el delgado arco gótico
de una vieja torre de agua
yace en pie un joven imberbe.
En su mano sostiene una linterna,
y en su pecho abovedado una campana.
Al toser su campana resuena
y en todo el pueblo se abren
precipitadamente
todas las ventanas.

Philippe Soupault y Vítězslav Nezval. Praga (1927).

7

Bajo el umbral de la parroquia,
cubiertas en papel dorado y plata,
amarradas cuelgan largas cuerdas
y en sus extremos, unas almohadas.

Envuelven a doce niños pequeños
que se mecen arriba de doce copas de madera
y doce huevos de avestruz sobre los que se sientan
doce gallos enormes, que con sus picos golpean,
las esmaltadas corazas

que emiten, como los cortos tonos de un carillón
en una escala diatónica tocada muy rápidamente,
de abajo hacia arriba; de arriba hacia abajo,
con los que más tarde se va componiendo al azar
una canción de cuna.

 

10

En las camas de un hospital
iluminado por linternas
Un doctor que toca la flauta,
revive mujeres tuberculosas
de sonrojadas mejillas, bajo la luz
de artificiales lunas que se reflejan
en sus tuberculosos y azules ojos.

Toca por tanto tiempo que las hipnotiza
hasta que se han sentado todas, rígidas,
con las manos extendidas
hacia el doctor milagroso que toca la flauta
en puntas de pie como si flotara.

 

13

A través de la claraboya
se extienden hacia el cielo
inclinadas hacia el oeste
unas largas y hermosas manos
revestidas de guantes blancos
adornados con diamantes
se empapan bajo la lluvia.

 

14

En la fuente
en medio de la plaza
flota un buzo
que busca
el ocaso del ayer.

 

21

De un trapecio
entre dos árboles
infestados con abejas
cuelga una mujer desnuda
atada de los tobillos
mientras un baterista arrodillado
le besa los labios y toca un tambor
que expulsa a estas doradas
y luminosas abejas
cuya reina es la estrella del crepúsculo
alzándose en el imponente cielo púrpura

Philippe Soupault y Nezval TEMBLOR POESÍA

25

Un caballero
en armadura de asbesto
se agacha sobre
el pequeño tronco de un roble.
Quiebra la madera
y la arroja a un pozo
del cual se eleva acre
un humo de azul indeciso.

 

El Enjambre

En el adormilado rostro de una mujer
se ha establecido un enjambre
que no cambia siquiera de lugar
y yace perfectamente en calma.

Ella permanece recostada como en un trance
con larvas sobre su frente
que van cambiando su semblante
hasta parecerse a una almohada.

En su cabeza como una endecha
mientras el sueño la envuelve con fuerza
perturbada sólo por rugido del pantano
y el reflejo del crepúsculo.

La pila de larvas que se retuerce
crece como tiesas arrugas
mientras que su color
poco antes del encalle del sol

logra dorar su oscura belleza
con las luces que naufragan
y que maravillosamente recuerdan
el luto de un velo

sobre el hermoso semblante de la joven
que murió en el tumulto de un carnaval
en su camino a casa desde la iglesia.

 

Una balada a los críticos

“Y el pensamiento mismo no era más que una imagen”.
Vladimir Holan

No, no, ya no necesito más del miedo
ahora que mi verdadero yo se ha revelado.
He hecho el trabajo (mal, en parte, está muy claro)
pero en todo caso he terminado. He sellado todo.
¡Vengan a buscarme; y encuéntrenme les imploro!
Todo lo que he procurado hacer se ha terminado.
Estoy más allá del alcance de los colmillos y las garras
¿Por qué juzgarme? Juzguen los trabajos que he acabado.

¿He hecho que se confundan, pobres críticos?
¿Han sido engañados y reducidos a cenizas en su intento
de adentrarse hasta el núcleo mismo de mis baladas
que hieden a licor y al umbral de casas de mala muerte?
¿Por qué? ¿No pudo el poeta satisfacer las escasas nociones
a las que ustedes aspiraban? No estoy aquí para luchar su guerra.
¿Por qué juzgarme? Juzguen los trabajos que he acabado.

No estoy aquí para jugar el juego
de los ciegos e inmaduros hombres malcriados…
¿Y debo repartir mis cartas?

Aun cuando las mentiras no son para lo cual fueron hechos los versos
los poetas pueden mantenerse a sí mismos confinados.
Déjenme ser… joven aún o abundante de vejez;
con o sin una espléndida aureola,
con o sin mi propia puerta principal…
¿Por qué juzgarme? Juzguen los trabajos que he acabado.

Envío:
¿A quién le importa lo que he tenido que soportar;
si he sido pateado por el destino o bien atendido,
o lo que pase con mis prendas, de qué tienda…?
¿Por qué juzgarme? Juzguen los trabajos que he acabado.

 

 

 Arturo Hernández González (Bogotá D.C, Colombia). Ha traducido al castellano a autores como el poeta búlgaro Stefan Tsanev, el poeta siciliano Ibn Hamdis, al Premio Nobel de Literatura (1981) Czeslaw Milosz y a los poetas checos Vladimir Holan y Vitezslav Nezval. Es autor de los libros Olor a Muerte, publicado por la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (Biblored, 2011; 2012) y Breviario de lo Incierto (2017). Fue honrado con el título honorario Embajador de la Palabra (Museo de la Palabra – Fundación Cesar Egido Serrano, España, 2014; 2018). Ganador del I Premio Literario Internacional Letras de Iberoamérica – Poesía (2017). Es el Director de la Revista Internacional de Cultura y Artes Noche Laberinto.

 

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07 PM | 15 Nov

LA HOSPITALIDAD DE LA POESÍA

La hospitalidad de la poesía

La lucidez descarnada de la poesía de Joan Margarit entiende la oscuridad como una aliada de la mentir

Joan Margarit y Luis García Montero en el Festival Internacional Barcelona Poesia 2011.
Joan Margarit y Luis García Montero en el Festival Internacional Barcelona Poesia 2011. MASSIMILIANO MINOCRI

Cuando tituló uno de sus libros Casa de misericordiaJoan Margarit encontró un territorio legítimo para su madurez creativa, pero asumió también una responsabilidad. La palabra poética es refugio contra el desamparo y las hostilidades del mundo, el ritmo vertiginoso de mentiras, falsificaciones, consignas, ambiciones arbitrarias y falsos consuelos que suelen ensuciar la realidad. Pero entrar en este refugio significa aceptar que la escritura poética debe convivir con el dolor, la conciencia de la vida y la verdad. No se trata de creerse en posesión de la verdad, de escribir la Verdad con la mayúscula de los dogmas, sino en el deseo de no mentir, de no mentirse. Y eso es una responsabilidad, porque un mal poema ensucia el mundo.

La lucidez descarnada de la poesía de Joan Margarit entiende la oscuridad como una aliada de la mentira. Trabaja sus palabras con un sentimiento de hospitalidad, esperando que el lector las entienda y las habite. Hasta que un lector no hace suyo el poema, puede haber poema, pero no se produce el hecho poético. La hospitalidad de la poesía es así la mejor metáfora de un contrato social democrático. Al escribir, al leer, somos capaces de ponernos en el lugar del otro, sin dejar al otro sin lugar.

Nacido en 1938, en Sanaüja, Lleida, sufrió las represiones propias de la dictadura. Ha contado muchas veces en prosa y en verso que un guardia le dio un coscorrón por hablar con un compañero de colegio en catalán. “Niño, habla en cristiano”, le dijeron. Como la educación franquista le impuso una sola lengua de cultura, Joan Margarit escribió sus primeros libros en castellano. Algo le fallaba. Descubrió que resulta imposible encontrar un mundo poético propio en una lengua no materna. Las palabras necesitan ser memoria, tener el peso de la vida cotidiana, si quieren dialogar con la verdad. Por eso decidió cambiar al catalán para configurar su voz lírica.

Pero le quedaba por hacer un segundo descubrimiento. La coyuntura social de la represión le había suprimido la libertad en un mundo zafio, prepotente y sin misericordia. Tenía, sin embargo, una cosa, una sola cosa, que agradecerle al franquismo: el castellano, otra lengua materna, otra lengua casi-materna. Como también ha confesado en verso y en prosa, comprendió pronto que no estaba dispuesto a devolverle el castellano al franquismo. El castellano o español era la lengua de Pablo Neruda, Luis Cernuda, García Lorca y otros poetas que habían sido importantes en su formación. Era también una de las lenguas de sus ciudades. Encontrar su madurez en catalán, supuso descubrir que su poesía estaba hermanada con el castellano. Desde entonces ha escrito, ha publicado todos sus libros a la vez en castellano y catalán. No son traducciones, sino versiones distintas de una misma escritura.

Conozco a Joan desde hace muchos años. Al principio de los años 80 los poetas de todas las lenguas españolas nos reuníamos con frecuencia y naturalidad para hablar de nuestras cosas. No me parece mal camino dejar que la cultura vuelva a poner las cosas en su sitio.

LUIS GARCIA MONTERO
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