Documentación

03 PM | 19 Oct

IDA

IDA

 

La arquitectura de las apariencias

Lo primero que me sorprende en Ida, como profano en el cine de Pawel Pawlikowski, probablemente sea su aprovechamiento máximo del espacio. Después compruebo que también este detalle debería llamar la atención a los conocedores de su filmografía, pues al parecer el realizador polaco no se caracteriza por ese marcado rasgo estilístico, y este es el primer largometraje en el que se desprende de tantas cosas (música, color, movimientos de cámara…); A mí me resultó este hecho más inquietante que los planos fijos, también protagonistas de la película, o que la ausencia de música extradiegética. Los personajes ocupan casi todo el tiempo porciones mínimas de la pantalla, de modo que los entornos que los encierran parecen más grandes de lo que son realmente, cobrando un mayor protagonismo. El interior del convento, que poco tiene que ver con la película de 1977 del también polaco Walerian Borowczyk, pronto dará paso a los exteriores, y se repite la tónica de forma aún más exagerada.

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Pero el film de Pawlikowski nos enseñará pronto que no todo es lo que parece. Descubriremos que la novicia Anna (Agata Trzebuchowska) se llama en realidad Ida y que es judía, que su tía Wanda (Agata Kulesza) es juez, y que fue una importante pieza del terror durante el estalinismo (no en vano la llamaban Wanda la roja), aunque inicialmente podríamos pensar que es prostituta, merced a su presentación con una pregunta capciosa a la joven, montada en paralelo con un hombre vistiéndose que sale de su dormitorio y de su casa. A medida que Ida y su tía van acercándose a su pasado, en busca de los padres de la novicia, de conocer cual fue su destino y donde están enterrados, se introducen algunos primeros planos, mostrando así que no todo es blanco o negro (salvo la fotografía de la película) y llenando con sus rostros la pantalla en contraposición a las impresiones iniciales, pero que también dejan un poso de extrañeza en el espectador, pues no se trata de primeros planos al uso, sino que se quedan con la parte superior de la cabeza, cortándolas de un modo antiestético y por tanto llamativo.

La película planea sobre el tema del holocausto, sobre la culpa y sobre el olvido, que se confunde en difusa frontera con el perdón. Ahí está la secuencia del actual dueño de la casa de los padres de Ida literalmente hundido en la tumba donde les enterró junto al hermano de la joven, mientras ella se aleja con los restos mortales sin mediar palabra cuando él confiesa que los mató él y no su padre. Pero Pawlikowski no parece construir su obra en torno a ese tema, y tampoco es que pretenda constituir solo una obra formal. A medida que sortea las trampas de los lugares comunes, esquivándolos, aunque sea para luego volver a caer en ellos pero de una forma mucho más natural (Ida se duerme cuando escucha la música de la fiesta mientras su tía se divierte abajo, pero cuando sube y discute con ella, baja y conversa con el saxofonista) consigue que nos adueñemos de la historia, sensibilizándonos, que nos creamos la reconversión de Ida, que finalmente parece seguir los pasos de Wanda, aunque en consonancia con la frase que esta le dice al poco de conocerla sobre los pensamientos y los actos impuros, sobre tenerlos y hacerlos, para saber al menos cuál es su sacrificio al entregarse a la vida religiosa, en el fondo sabemos qué podría ocurrir al final, un desenlace también llamativo, por su brusca oposición al resto del film, en el que una cámara en mano temblorosa sigue los pasos de una Ida con las ideas mucho más claras, y una certeza que antes no tenía.

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10 PM | 15 Sep

LAURENT BACAL

 

Tras estudiar Arte Dramático en la American Academy of Dramatic Arts in New York y trabajar como reputada modelo para las revistas más importantes de la época, además de debutar como actriz teatral en producciones off-Broadway, Lauren Bacall se inició en el mundo del cine gracias a la esposa del director y productor Howard Hawks, quien la recomendó a su marido para su nueva película después de contemplar su belleza en la portada de una de esas revistas, Harper’s Bazaar.

Hawks aceptó la sugerencia y Bacall, con diecinueve años, logró el papel de protagonista femenina (Marie “Slim” Browning) en la obra maestra del cine negro “Tener y No Tener” (1944), película basada en unanovela de Ernest Hemingway. Su compañero de reparto era Humphrey Bogart, veinticinco años mayor que Lauren. Entre ambos surgió el flechazo, contrayendo matrimonio el mes de mayo de 1945.

Su radiante y elegante aspecto, su voz profunda y su incisiva mirada (se le conoció como “The Look”) provocó un fuerte impacto entre la audiencia de la época refrendado en títulos posteriores como “Confidential Agent” (1945) y sobre todo, “El Sueño Eterno” (1946), film en el que volvió a coincidir con Howard Hawks y Humphrey Bogart interpretando a Vivian Rutledge. La película adaptaba una novela de Raymond Chandler con William Faulkner colaborando en el guión.

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Con Bogart volvió a coincidir en sus dos siguientes films, “La Senda Tenebrosa” (1947), cine negro basado en una novela de David Goodis con dirección de Delmer Daves y Humphrey modificando su rostro gracias a la cirugía estética, y “Cayo Largo” (1948), película de John Huston con la colaboración en el guión de Richard Brooks y con Lauren encarnando a Nora Temple.

Junto a Kirk Douglas y con dirección de Michael Curtiz intervino adoptando su pose más malévola en “El Trompetista” (1950), un estupendo título en el que se llevaba a la gran pantalla la vida del trompetista Bix Beiderbecke.

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Habitual en papeles dramáticos y de cine negro, también se adaptó bien a la comedia, ejemplos válidos son “Cómo Casarse Con Un Millonario” (1953), película en la que compartió reparto con Marilyn Monroe yBetty Grable, o “Mi Desconfiada Esposa” (1957) de Vincente Minnelli, comedia co-protagonizada porGregory Peck.

Los años cincuenta fueron muy productivos para su carrera. “El Mundo Es De Las Mujeres” (1954) de Jean Negulesco, “La Tela De Araña” (1955) de Vincente Minnelli o “Escrito En El Viento” (1956) del maestro del melodrama Douglas Sirk, son títulos muy meritorios. En este mismo período compartió créditos y barco conJohn Wayne en “Callejón Sangriento” (1955).

El feliz enlace matrimonial entre Bogart y Bacall continuó hasta la muerte del llorado intérprete en el año 1957. La pareja tuvo dos hijos, un niño llamado Stephen Humphrey (nacido en 1949) y una niña de nombre Leslie (1952).

El fallecimiento del intérprete de “Casablanca” destrozó a la actriz, manteniéndose alejada de las pantallas durante varios años y dedicándose principalmente a interpretar obras en Broadway.

Su regreso al cine se produjo en el año 1964 en una divertida película titulada “La Pícara Soltera”. Dirigida por Richard Quine, Lauren componía con Henry Fonda un matrimonio verdaderamente simpático.

Otro film importante de la época en el que intervino fue “Harper, Investigador Privado” (1966) con Paul Newman como protagonista. Junto con “Shock Treatment” (1964) fueron los únicos títulos en los que apareció en el cine de la década de los 60.

En 1961 se casó con el actor Jason Robards, de quien se separó en 1969. Con Robards tuvo a su hijo Sam.

A partir de los años 70 compartió los escenarios teatrales con los platós de cine y televisión concediendo siempre más importancia al mundo de las bambalinas y estableciéndose definitivamente en su ciudad natal, Nueva York.

En la Gran Manzana tuvo como vecino a John Lennon, el miembro de los Beatles.

Películas conocidas en las que su figura ha aportado un toque de distinción a partir de la década de los 70 han sido “Asesinato En El Orient Express” (1974), la adaptación de la novela de Agatha Christie rodada por Sidney Lumet, “El Último Pistolero” (1976) de Don Siegel, con la última actuación de John Wayne, “The Fan” (1981) o “Misery” (1993), film de Rob Reiner que adaptaba un libro de Stephen King.

En 1997 recibió su única nominación al Oscar. Fue en la categoría de mejor actriz secundaria y por su trabajo en la película “El Amos Tiene Dos caras”. La Academia no recompensó a este mito del Hollywood dorado y la ganadora de la estatuilla fue la intérprete francesa Juliette Binoche por “El Paciente Inglés”.

Poco después intervino en “El Celo” (1999), adaptación de “Otra Vuelta De Tuerca” de Henry James.

Lauren Bacall murió a la edad de 89 años el 12 de agosto del año 2014 tras sufrir un derrame cerebral.

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