Artículos de Opinión

06 PM | 20 Ago

ABU NUWAS

Siempre que se produce un atentado en nombre de Alá pienso en Abu Nuwas. Incluso ahora que el zarpazo terrorista que todos temíamos (aunque queríamos pensar que no se produciría) ha sangrado el corazón de Barcelona. ¡Tantos muertos, tantos heridos, tanta impotencia, tanta tristeza!

Abu Nuwas era un poeta persa partidario del vino y la sensualidad, que vivió entre los siglos VIII y IX. Durante el califato abásida, la severa cultura musulmana convivía no sin tirantez con otras tradiciones culturales. Abu Nuwas fue tan famoso que incluso aparece en los cuentos de Las mil y una noches. Considerado un clásico, tiene (o tenía) una escultura dedicada en Bagdad, en la que aparece alzando una copa de vino. Su poesía fue muy célebre en el mundo árabe, pero me temo que ahora está prohibida en muchos de aquellos países, como el cruasán en Irak (fue inventado por los pasteleros de Viena para celebrar la derrota del asedio de los turcos sobre la ciudad: de ahí la forma de media luna).

Durante siglos, Abu Nuwas fue incluso estudiado en la escuelas árabes, aunque se censuraban sus versos homoeróticos y satíricos contra el Ramadán y en favor del vino. Publicados en castellano por Cátedra, uno de sus poemas suena así: “Siéntate junto al narciso, deja atrás las espinas, / túmbate al lado del mirto, olvídate de las zarzas, / y por la mañana empieza a beber el vino. /¡Que ninguna prohibición te lo impida! / Quien combate los placeres que el vino acompaña / vive una extenuante vida de aflicción”.

Abu Nuwas describe a los perseguidores del vino como “los cuervos negros de la división”. Y sugiere que no son las ­creencias o las ideas las que causan división, pues tan sólo divide quien quiere imponer sus creencias a los demás. Los rigoristas de su época no se conformaban absteniéndose de beber vino, tal como el Corán prescribe: pretendían que el vino fuera prohibido a todo el mundo. Este es el cuervo que separa: el que exige obediencia, el que impone su verdad, si es necesario violentamente. Como ven, Abu Nuwas ya previó en el siglo VIII la evolución malhumorada y impositiva del islam, que ahora está llena de exigencias sorprendentes: en las relaciones diplomáticas se da por hecho que, en presencia de musulmanes, no se puede servir vino.

En el mundo actual, tan mezclado, es de sentido común aceptar que ninguna ideología y ninguna religión pueden aspirar al predominio. Es de sentido común, pero una parte muy significativa del islam (y no sólo la violenta) no lo acepta. Y aquí está el problema. ¿Qué hacer para favorecer que los creyentes islámicos (serán cada vez más entre nosotros) incorporen a su pensamiento la primacía de la sociedad civil sobre la religiosa? ¿Tratándolos con paternalismo políticamente correcto y repitiendo de nuevo que el terrorismo islamista y la religión de Mahoma no tienen nada que ver? ¿O tratándolos como adultos, esto es, vigilando que no se les discrimine por sus creencias, pero a la vez cuestionando sus creencias como se cuestionan en democracia todas las otras religiones e ideologías?

ANTONIO PUIGVERD, viernes 18 de agosto La Vanguardia

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08 PM | 29 Abr

¿Murió de éxito la socialdemocracia?

TARDES PARA EL DIÁLOGO.

6º sesión, 10 de mayo, 19:00h. Biblioteca Manuel Andújar.

 

¿Murió de éxito la socialdemocracia?

En El espíritu del 45  ̶ memorable documental de Ken Loach ̶  se nos cuenta la ola de nacionalizaciones en los servicios básicos (carbón, ferrocarriles, electricidad, agua, salud pública, vivienda, etc.) acometida por los gobiernos británicos a lo largo de los diez años  siguientes al final de la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo era rescatar a las clases más humildes de la miseria generalizada en la que habían estado viviendo durante las décadas previas. Si organizándose bien habían derrotado al nazismo, ¿por qué no iban a poder hacer lo mismo con la pobreza y el abandono de millones de ciudadanos?

En Francia se denominan “Los Treinta Gloriosos” a los años que van desde el 45 al 75 del siglo pasado. El caso alemán es un tanto peculiar: ocupado, dividido y a la vez fuertemente estimulado económicamente, en Alemania Occidental también se alcanzaron cuotas envidiables de igualdad y derechos sociales. Por su parte las sociedades escandinavas de la época eran consideradas casi como el súmmum del bienestar, la protección social y la igualdad de oportunidades.

Este fenómeno político es conocido como socialdemoracia y se inspira en la ideología política (del mismo nombre) surgida en el siglo XIX entre los partidos obreros reformistas de la Europa Central, quienes pretendían alcanzar una sociedad sin clases por una vía gradual y democrática, con renuncia expresa a la revolución. Si sus realizaciones de mayor calado y extensión no comenzaron a lograrse hasta después de la IIWW, solo es porque tras la victoria llegó inmediatamente la Guerra Fría y entonces el Bloque Occidental Capitalista echó mano de la socialdemoracia como instrumento de oposición a la URSS y al correspondiente eventual peligro de extensión de la Revolución Proletaria.

A mediados de la década de los setenta cuando las clases populares ya han alcanzado un nivel de riqueza y bienestar considerable saltan una serie de factores que dan al traste con tan magnífico invento. Algunos de estos factores son (solo enumero; los órdenes de prelación y causalidad son los que tendremos que debatir):

Fuerte sacudida del sistema capitalista como consecuencia de la crisis del petróleo del 73.

Pérdida de conciencia de clase en una gran masa de gente que hasta entonces eran y se sentían                 proletarios, asumían sus intereses de clase y aspiraban a una cultura y a una forma de vivir    solidaria y reivindicativa.

Surgimiento de poderosos focos de pensamiento en think tank´s y universidades americanas                 (notoriamente La Escuela de Chicago) que generalizan una ideología neoliberal disfrazada de             Ciencia Económica. Este nuevo planteamiento fundamentado en el liberalismo           exclusivamente              económico recomienda el adelgazamiento del Estado hasta tallas de auténtica    anorexia.

Más tarde viene la “Tercera Vía” y todos sabemos lo que pasó: Fracasos electorales de los partidos socialdemócratas, disgregación social, privatización de las empresas rentables y de las pérdidas de las fracasadas, y culpabilización del individuo por sus frustraciones personales debidas a no esforzarse lo suficiente.

Os espero para que entre todos averigüemos si realmente el éxito mató a la socialdemocracia.

AP

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01 PM | 11 Feb

Hitoshi Matsumoto

¿Todavía no has oído hablar de Hitoshi Matsumoto? Es el cómico más famoso de la televisión japonesa, y aunque lo primero que se nos pasa por la cabeza es Humor Amarillo, esto va mucho más allá. Este hombre está considerado un genio en el mundo del séptimo arte.

Para hacernos una idea de porqué basta con fijarnos en una de sus películas más transgresoras, llamada “Symbol”. La historia comienza con un hombre en pijama que despierta solo en una habitación que no tiene ni puertas ni ventanas, sin salida. El personaje desespera en su propia soledad, hasta que, de pronto, se fija que en la pared hay un bulto, algo extraño, que resulta ser (nada más y nada menos) que un pene de querubín. ¿Qué haría cualquier persona en esa situación? Pues bien, él lo toca y empiezan a salir muchos más alrededor de las cuatro paredes. El juego acaba de empezar. A partir de ahí, mientras va tocando todos los micropenes, van apareciendo objetos que, a través de su correcta combinación, le ayudarán a salir de la habitación.

Aunque puede parecer una sinopsis absurda, esta película trata temas muy filosóficos, como pueden ser la educación, la paciencia, la perseverancia, la maduración y el futuro de los humanos. La vida en sí misma, con sus éxitos y fracasos. Puede cautivar al espectador o resultarle lo más enigmático y disparatado del mundo pero, con toda seguridad, nadie habrá visto jamás una película igual, ni siquiera parecida.

Sus obras tratan temas densos y complejos. Son una crítica constante al sistema, ya sea a la decadencia de los ideales de la cultura japonesa o a los medios de comunicación de todo el mundo. A través de sus trabajos, y siempre en clave de humor, hace que los espectadores no se levanten de la butaca sin haberle dado antes unas cuantas vueltas de tuerca a la cabeza.

Es por esto que si René Magritte, Max Ernst o Salvador Dalí levantasen la cabeza se quedarían atónitos con los trabajos de Hitoshi Matsumoto y, sin pensárselo dos veces, le considerarían uno de los suyos. Este comediante convertido en cineasta es un experto en lo onírico, en crear universos surrealistas capaces de cuestionar nuestra sociedad actual, la real, la que vivimos cada día y pocas veces nos replanteamos.

A Matsumoto se le considera, además, uno de los exponentes del “Novísimo Cine Japonés”, que se compone de artes multidisciplinares para captar la atención de un público al que pretende dejar estupefacto. Aunque esto no es solo parte de este movimiento, sino que es una característica intrínseca de su propia personalidad, ya que además de director es actor, guionista, escritor, pintor, músico, poeta… y el resto de etcétera que compone el mundo del arte.

 (La Vanguardia)

 

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10 PM | 02 Ene

2ª sesión TARDES PARA EL DIÁLOGO

El próximo día 11 de enero, segundo miércoles de mes, tendrá lugar la nueva sesión de TARDES PARA EL DIÁLOGO, que promueve Colectivo Rousseau.

Después del recorrido amplio y, tal vez, algo difuso de la sesión inaugural sobre diversos aspectos de la crisis presente en la izquierda, y de su eventual incapacidad para identificar los problemas de la sociedad que nos sumerge, conviene, en la siguiente, bajar a terrenos más concretos con el fin de llegar a conclusiones palpables. En ese sentido propongo la siguiente pregunta para el segundo debate:

Liquidada la clase obrera de perfil clásico, ¿quién es, o quien puede erigirse hoy, en sujeto de cambio?

De esta cuestión genérica se derivan otras serie de preguntas, cuyas respuestas nos van a ayudar a identificar la existencia, o el germen, o la imposibilidad de surgimiento   ̶ ¿quién sabe? ̶   de un nuevo motor de cambio en las sociedades occidentales de nuestros días. O incluso, si ese motor no pueda arrastrar el vehículo hacia la involución. El profesor Fernández Liria, con un punto de vista no exento de originalidad e ironía, habla del 15M como de un movimiento conservador frente a los revolucionarios anti-sistema del poder financiero. Pues bien, esas preguntas subsidiarias pueden ser:

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