05 PM | 10 Dic

Sin remisión jueves a las 19 horas

Después de cometer un atraco en el que su marido resulta muerto, Marie Ellen (Eleanor Parker), una joven de clase media, ingresa en la prisión del Estado. Tras ser sometida a un reconocimiento médico, se entera de que está embarazada. Tras dos semanas de depresión en la sala médica de aislamiento, Marie tiene una entrevista con Ruth Benton (Agnes Moorehead), una superintendente amable y humana que lucha contra los viejos métodos penales.

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12 AM | 01 Dic

fORAJIDOS, VIERNES A LAS 18 HORAS, VILLA DE EL ESCORIAL

Crítica Forajidos (1946)

En busca del sueco

Dos asesinos profesionales llegan a un pueblecito del medio oeste americano. Buscan a un individuo conocido como “el sueco”. Aunque a éste le avisan de la llegada de los asesinos, decide quedarse a esperar su destino.

Esta obra maestra del ‘film noir’, basada en un relato de Ernest Hemingway, habría pasado a la historia sólo porque supuso del debut de Burt Lancaster y uno de los primeros papeles acreditados de la incomparable Ava Gardner. Fascinante estructura a base de los puntos de vista de diversos personajes, en flash-backs que van dosificando la intriga.

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10 AM | 27 Nov

Napoleón’, mucho más que una epopeya cinematográfica

‘Napoleón’, mucho más que una epopeya cinematográfica

Abel Gance dirigió esta obra en un intento de replicar en Francia lo que ‘El nacimiento de una nación’ había supuesto para Estados Unidos

Boquerini .

Viernes, 7 de diciembre 2018 

Director, guionista, actor, inventor… Abel Gance (París, 25 octubre 1889 – París 10 noviembre 1981), fue una de las figuras más importantes del cine francés. Se le considera el director más importante de la escuela impresionista de su país. Inició su vida profesional siendo pasante de un procurador, oficio del que desistió pronto, convirtiéndose en actor de pequeños papeles en el teatro primero y en el cine después, donde también escribe guiones. Entre 1911 y 1912 dirige cuatro cortometrajes, aunque su carrera como director se inicia realmente en 1914, con la dirección de la película ‘Une drama au château d’Acre’. En 1915 rueda una película experimental, ‘La folie du docteur Tube’, que no se distribuyó. En 1917 dirige el melodrama ‘Mater Dolorosa’, utilizando actores de teatro, con gran éxito, que se repitió con ‘La décima sinfonía’.

Abel Gance parte de Griffith y de Thomas Ince, pero también de las tradiciones literarias francesas: literatura, teatro, cine y de una cultura en parte autodidacta. Llevó al límite el montaje estilo Griffith en ‘Yo acuso’ (1919) y ‘La rueda’ (1921), epopeyas vivas dedicadas a la guerra que terminaba y a la vida de los ferroviarios, respectivamente. Su película más importante, una obra monumental, técnica y artísticamente fue ‘Napoleón’ (1927) que tardó tres años en rodar. En 1929 dirige ‘El fin del mundo’, que coincidió con el fin del cine mudo y que poco faltó para señalar el fin de su carrera, a pesar de que, comprendiendo la importancia del sonido en 1933 había empleado la estereofonía para sonorizar su ‘Napoleón’. En 1944 inicia un documental que no acaba sobre Manolete, quedando como un cortometraje. Después abandona el cine, al que no regresa hasta 1952.

Tras una lectura del libro de Stendhal en 1915, Abel Gance proyecta hacer una película sobre Napoleón y su contexto histórico que quiso llamar ‘El pequeño gruñón’. Después de una estancia en Estados Unidos, donde conoce a Griffith, Gance regresa a Francia convencido de que debe dar a Francia el equivalente de lo que en América fue ‘El nacimiento de una nación’.

A finales de 1924, tras un año de trabajo, finaliza el guion. La película debía estar formada por ocho etapas de una hora y media cada una. En su producción debían participar Francia con un 20%, España el 7%, Holanda el 4%, Escandinavia el 7%, Europa Central el 5%, y Alemania, Gran Bretaña, América Latina y Rusia el 50% restante. Sin embargo, el empobrecimiento provocado por la Primera Guerra Mundial, provocó que la producción fuese íntegramente francesaVirada en colores (ocre, rojo, azul..) como muchas de las películas de la época, cada color correspondía a una emoción de la historia, y en la apoteósica parte final en la que se utilizaban tres pantallas (una frontal y dos semilaterales), con el rojo, blanco y azul de la bandera francesa.

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11 AM | 22 Nov

“La caída de los dioses”: Götterdämmerung Por Guillermo Sánchez Ferrer

La caída de los Dioses (1969) es una película dirigida por Luchino Visconti y que se centra en uno de los episodios más oscuros de la Alemania del siglo XX, la subida del poder de los nazis y la destrucción definitiva de la República de Weimar. La película es uno de los grandes clásicos del director italiano y a día de hoy sigue impactando por su inteligencia y provocación a partes iguales.



La caída de los Dioses

Crítica de ‘La caída de los Dioses’

Título: La caída de los dioses
Título original: La caduta degli Dei

Reparto:
Dirk Bogarde (Friedrich Bruckmann)
Ingrid Thulin (Baronesa Sophie Von Essenbeck)
Helmut Griem (Aschenbach)
Helmut Berger (Martin Von Essenbeck)
Renaud Verley (Günther Von Essenbeck)
Umberto Orsini (Herbert Thallman)
Reinhard Kolldehoff (Barón Konstantin Von Essenbeck)
Albrecht Schönhals (Baron Joachim Von Essenbeck)
Florinda Bolkan (Olga)
Nora Ricci (Institutriz)
Charlotte Rampling (Elisabeth Thallman)
Irina Vanka (Lisa Keller)
Karin Mittendorf (Thilde Thallman)
Valentina Ricci (Erika Thalman)

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01 AM | 18 Nov

‘El Gatopardo’ o el Vals del Adiós

Año 1860. En Italia se respiran vientos de cambio. A la lucha del país por conseguir su unificación se une el movimiento de lucha social liderado por Garibaldi. La bandera de la República Italiana se encuentra perfilándose. Con este paisaje de fondo, el Antiguo Régimen observa cómo un poder ejercido durante siglos se viene abajo. Esta nueva era no supone solamente el fin de su soberanía, sino que además simboliza la caída de unos valores, de una cultura… en fin, de un modo de ver las cosas. Una etapa se cierra ante otra nueva que todavía está conformándose.

Giuseppe Tomasi di Lampedusa,  hijo de príncipes italianosescribió la que sería su única novela entre 1954 y 1957. El autor llevó una vida como noble (tenía los títulos de ‘príncipe de Lampedusa’ y  ‘duque de Palma di Montechiaro’) que debió inspirarle a la hora de describir a los personajes protagonistas de su obra. Lampedusa se reconocía como hombre solitario, más acostumbrado a vivir entre las cosas que entre las personas. Su reclusión le llevó a la lectura y al estudio, cultivando su pasión por la literatura. ‘El gatopardo’ vió la luz póstumamente, en 1958. Llegó a manos de Giorgio Basanni, quien la publicó en la editorial FeltrinelliUn año después recibió el Premio Stregamáximo galardón de la literatura italiana, llegando a publicarse hasta cincuenta ediciones y convirtiéndose en un auténtico best-seller.

Giuseppe Tomasi di Lampedusa

‘Visconti compartía con Lampedusa sus orígenes nobles y su bagaje cultural. Además, se había formado en el teatro, y esto le ayudó en gran parte a concebir las puestas en escena tan grandilocuentes de sus films más conocidos’

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