12 AM | 28 Mar

EL FINAL DEL «MAL NO EXISTE»

 EL «mal no existe», final explicado del tenso y meticuloso drama ecoterrorista del dire ctor de ‘Drive My Car’

Ryûsuke Hamaguchi ha dejado a muchos confundidos e incluso irritados con su enigmático final

Resulta extraño que el regreso de un director como Ryûsuke Hamaguchi, autor de una de las mejores películas del último lustro como es ‘Drive My Car’, haya tenido un lanzamiento algo discreto, e incluso que la mayor conversación haya ido en torno a su final. Un final que ha despertado mucha confusión, interpretaciones y hasta algo de rabia por su énfasis en terminar de manera más enigmática aún que su anterior película.

A partir de aquí spoilers de ‘El mal no existe’.

En muchos aspectos ‘El mal no existe’ se siente como un salto bastante importante para su director, que intenta experimentar con tasas de fotogramas poco convencionales y con esa manera de hacer un thriller ecoterrorista de cocción muy muy lenta. Hamaguchi intenta explorar contradicciones con su título de una manera muy contemplativa, y muy humanista, lo cuál hace más sorprendente ese arrebato final de violencia que realiza el personaje principal.

Un ciervo herido

Aun así, reevaluando lo visto tal y como pide el director, se puede llegar a una conclusión medianamente lógica de lo sucedido. La película nos presenta un conflicto de escala importante, donde una empresa quiere construir un complejo de campings de lujo, o “glamping”, en la zona rural de Mizubiki, e intenta ganarse el favor de los locales a través de reuniones. A pesar de las objeciones, que dos intermediarios designados trasladan a los superiores, queda claro que la empresa detrás de esto no tiene interés en un negocio sostenible, ni siquiera exitoso, sino que busca beneficiarse de subvenciones derivadas de la pandemia.

Con todo, los intermediarios buscan seguir ganándose la confianza de los ciudadanos de este pueblo rural, por lo que se ponen en contacto con Takumi (Hitoshi Omika), un leñador local que es viudo y cuida sólo de su hija Hana (Ryo Nishikawa). Este hombre, tranquilo y conectado con la naturaleza, parece el hombre clave para hacer de enlace.

Luego llegan la serie de secuencias que, intercaladas, causan la mayor confusión en la película. Hana desaparece, y uno de los intermediarios se une a Takumi para buscarla. Cuando la encuentran, su cuerpo se encuentra muerto en el campo, tras ser atacada por un ciervo. Takumi reconstruye en su mente cómo se ha producido este ataque, con Hana acercándose a unos ciervos heridos por unos disparos y estos reaccionando. Es entonces cuando Takumi ataca al hombre que lo acompaña hasta dejarlo muerto, procediendo luego a llevarse el cuerpo de su hija.

El ataque puede verse como una represalia contra la acción que la empresa o el progreso capitalista en general está causando en la zona, siendo el intermediario la víctima más inmediata por proximidad. En la película se nos explica que los ciervos no hacen daño a las personas, que sólo atacan cuando están heridos. Estos animales viven en un mundo donde, en efecto, el mal no existe, y es la acción humana la que altera un equilibrio que sólo se puede preservar con violencia. Hana termina siendo una víctima indirecta de este proceso de invasión del territorio, y a su padre sólo le queda atacar.

‘El mal no existe’, pero la humanidad sí

Pero hay otra serie de matices a tener en cuenta para interpretar este final. A lo largo de ‘El mal no existe’ vemos como Takumi aún está en proceso de duelo por la pérdida de su pareja, lo que le lleva a ser descuidado y no cumplir debidamente con sus obligaciones con Hana. Vemos como a menudo este se olvida de ir a recogerla al colegio, y esta debe en ocasiones recorrer el bosque para llegar a casa. En uno de esos trayectos se encuentra con este ciervo herido que termina causando su muerte.  Cómo encontrar a su hija muerta hace que el protagonista reconsidere sus acciones hasta ese momento: «Creo que actúa por desesperación. En ese momento, creo que se da cuenta [al ver el cuerpo de Hana] de que no es capaz de ser el tipo de padre que quizá quería ser.»

En ese momento, Takumi se da cuenta. Él es otro ciervo herido, asolado por la pérdida, y sólo le queda actuar como el animal que ha matado a su hija. El ciervo no ataca porque ha identificado quien le ha hecho mal, simplemente está dañado y eso activa su primario instinto de supervivencia para evitar más sufrimiento.

El hombre herido sólo le queda el impulso de destruir, aunque sea a un pobre infeliz que sólo estaba haciendo el trabajo que una compañía no quería hacer directamente. Es un riesgo bastante importante el que toma Ryusuke Hamaguchi con este final, especialmente por cómo decide contarlo, pero es uno calculado que hace especialmente memorable una de las grandes películas del  2024.

Pedro Gallego, en la revista Spinof

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03 PM | 27 Mar

DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

¿Puede el teatro escuchar la llamada de auxilio que los tiempos modernos están enviando a un mundo habitado por ciudadanos empobrecidos y encerrados en las celdas de la realidad virtual y atrincherados en su asfixiante privacidad? ¿Puede hacerlo en un universo de existencias robotizadas dentro de un sistema totalitario de control y represión que abarca la totalidad de la vida?

El teatro, ¿está preocupado por la destrucción ecológica, el calentamiento global, la pérdida masiva de biodiversidad, la contaminación de los océanos, el deshielo, el incremento de los incendios forestales y los eventos climáticos extremos? ¿Puede el teatro ser parte activa del ecosistema? Durante muchos años ha sido un espectador más del impacto que hemos tenido los seres humanos en nuestro entorno y se ha visto en dificultades para lidiar con este problema.

¿Le preocupa al teatro la manera en que la condición humana está siendo moldeada y manipulada en el siglo XXI por intereses políticos y económicos, los grandes medios informativos y las compañías que configuran la opinión general? ¿Se preocupa por el papel asumido por las redes sociales que facilitan la manipulación y se convierten en obstáculo, casi insalvable, para la comunicación con el Otro?

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03 PM | 27 Mar

LA PLATAFORMA SALVEMOS MONESTERIO PRESENTA ALEGACIONES SOBRE EL AGUJERO DE PROTECCIÓN DE LA DEHESA ESCURIALENSE

La Plataforma Salvemos Monesterio ha presentado alegaciones en la consulta previa del
proyecto de modificación de los límites del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
que recaba opiniones sobre “las alternativas regulatorias”. Queremos resaltar el vacío
de protección de la dehesa escurialense a pesar del Plan de Ordenación de Recursos
Naturales (PORN) del Parque Nacional y del Territorio Histórico de la Gran Cerca de
Felipe. En ambos casos no se han desarrollado ningún régimen de protección como prevé
la ley y lo mismo pasa con otras protecciones necesarias como los corredores ecológicos
y los humedales. Este vaciado de normas parece un plan sigiloso y continuado para dejar
la puerta abierta a proyectos urbanísticos especulativos como Agrohub Palacio de
Monesterio — que pretendía construir un gran complejo en una finca singular por su
patrimonio natural e histórico.

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02 PM | 23 Mar

Día mundial de la poesía

El viernes 21 de marzo, a partir de las 19 h, en  el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB)  tenía lugar, acto con motivo del Día Mundial de la Poesía 2025. y se rendía  homenaje al poeta mallorquín Josep M. Llompart en el centenario de su nacimiento, con un recital para  reivindicar su obra y su legado literario: “Tot el gris de l’alba“.

A esa misma hora en la Casa de Cultura presentábamos el libro  «CINE ESPAÑOL EN LÍNEA (1982-2004) de nuestro socio ALFONSO LÓPEZ YEPES, Catedrático de Documentación, y que nos va a ser muy útil para las programaciones del Colectivo. Nos sumamos al homenaje de Josep M. Llompart y leímos, antes de empezar el acto, el poema homenaje , tanto en castellano como en catalán. Reproducimos el poema Desamor para general conocimiento.

 

Desamor
Com si de cop abolissin
el fonoll de l’estiu, la raconada
que cobegen ones
agitadíssimes;
com si de cop
prohibissin l’Óssa Menor, les taronges,
el seu cos nu en el capvespre d’assutzenes;
com si sense avisar
els coloms morts enllotessin tot el gris de l’alba;
com si les campanes
es negassin a repicar, com si la barca
ja no volgués sortir mai més de la nit de la cala;
com si la torre de Pisa
s’ensorràs finalment un cap al tard de flautes;
com si les llàgrimes
ja no poguessin emmelar-te l’esguard,
com si definitivament
et morissis en el cap de cantó de la memòria.
Josep M. Llompart
Spiritual (1992), Poesia completa (2018: 438)

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA 2025

Desamor
Como si de golpe abolieran
el hinojo estival, el recodo
que guardan olas
agitadísimas;
como si de golpe
prohibieran la Osa Menor, las naranjas,
su cuerpo desnudo en el atardecer de azucenas;
como si las palomas muertas
mancillaran sin avisar el gris del alba;
como si las campanas
se negaran a repicar, como si la barca
no quisiera salir más de la nocturnidad de la cala;
como si la torre de Pisa
zozobrara al fin en un ocaso de flautas;
como si las lágrimas
no pudieran ya enmelarte la mirada
como si definitivamente
murieras en el canto de la memoria.
Josep M. Llompart
Traducción: Mario Obrero

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