Crítica Cinematográfica

10 PM | 29 Abr

JUEGOS PROHIBIDOS

Una de las películas más aclamadas en la obra del maestro René Clément y verdadero clásico en la historia del cine francés. Nominada al Oscar® al Mejor Guión y ganadora del Oscar® Honorífico a la Mejor Película de Habla no Inglesa, también obtuvo el León de Oro del Festival de Venecia y el Gran Premio del Festival de Cannes. Emotiva y delicada mirada sobre la Segunda Guerra Mundial desde la óptica infantil con una banda sonora a cargo del legendario guitarrista Narciso Yepes. Un film maravilloso e indispensable que se presenta restaurado en alta definición en su 65 aniversario.

1940. Paulette, una niña parisina de cinco años, se queda huérfana tras un ataque de la aviación alemana. Escapando del caos, encuentra refugio en el seno de una humilde familia de granjeros y se hace amiga del pequeño de la casa, Michel. Los niños forjan una sólida relación de solidaridad y apoyo. Juntos consiguen procesar la brutal realidad de la guerra gracias a la creación de su propio mundo inventado.

Compártelo:
02 PM | 24 Abr

PERVERSIDAD

INICIO SAMUEL S. HINDS PERVERSIDAD (1945). EL MÍTICO REMAKE DE FRITZ LANG.

PERVERSIDAD (1945). El mítico remake de Fritz Lang.

 

Basada en una novela de Georges de La Fouchardière y André Mouézy-Éon, esta vez sería Dudley Nichols (“La diligencia (1939)“, “La fierade mi niña (1938)“), el encargado de adaptar el guión. Con el irrepetible trío protagonista que ya empleara previamente en “La mujer del cuadro (1944)“, Fritz Lang filmó con “Perversidad” un excelente remake de la película “La golfa (1931)” de Jean Renoir. Christopher Cross (Edward G. Robinson), es el fiel cajero de un banco neoyorquino. Su vida insulsa e infeliz lo hace sentirse insignificante. Sólo su pasión por la pintura mantiene vivo su espíritu. Coincidiendo con una cena homenaje que recibe por llevar 25 años al servicio del Banco, en el camino de vuelta a casa, defiende a una preciosa joven llamada Kitty (Joan Bennett), de recibir una paliza por un borracho. Totalmente encandilado por la belleza de la joven sólo es capaz de hablar de su arte. A partir de ahí comienza el malentendido, y será tomado por un rico y famoso pintor del que la joven sin escrúpulos y su violento novio (Dan Duryea) intentarán aprovecharse de muy diferentes maneras. Se inicia así una compleja y enrevesada trama por donde circulan varios personajes en torno a nuestro protagonista, un hombre honesto dotado de una especial sensibilidad que nadie ha sido capaz de descubrir. La bella joven cumple con todos los requisitos de femme fatale, es cruel, ambiciosa, manipuladora y sin escrúpulos. Ella será capaz de aprovechar la confianza que un hombre completamente enamorado, ciego frente a los caprichos de una idealizada joven. El film nos conduce por la peligrosa pendiente que lleva a la pérdida de la dignidad, los principios y la ética en pro de satisfacer los deseos propios y los de su idílica y deseada mujer. Nuestro protagonista llegará a ser capaz de robar, desfalcar en su banco y tramar la propia muerte de su esposa para conseguir el beneplácito de la bella joven.

SPOILER: la escena final es un plano lapidario y dramático donde vemos a Criss Cross (Edward G. Robinson), deambulando como un vagabundo por las calles, permanentemente atormentado por las voces de su cabeza. Nuestro protagonista está situado en la puerta de una galería, mendigando, en ese preciso instante escucha cómo uno de sus mejores cuadros es vendido por una cantidad escandalosa de dinero. Una escena que despierta en el espectador sensaciones contradictorias pero intensas. La fatalidad alcanzando y destrozando a un hombre de buenas cualidades. Cabizbajo y harapiento, por una calle repleta de gente que a través de un fundido encadenado se torna una calzada desierta en la que sólo está Cross, soportando en total y absoluta soledad sus propios pecados, sus propias traiciones y sus propios errores. Verdadero fatalismo langliano. FIN SPOILER

.Fritz Lang rodó Perversidad inmediatamente después de otra monumental película, “La mujer del cuadro (1944)“, con prácticamente el mismo equipo y con el mismo trío protagonista. Algunos consideran que “La mujer del cuadro” podría ser un prólogo dramático pero descafeinado en comparación con la crueldad expresada en “Perversidad“. En esta cinta el director nos sumerge en una auténtica pesadilla sin salida liderada por los elementos o piezas claves del Cine Negro. Para recrear la atmósfera contó con el maestro de fotografía Milton Krasner.
Era uno de los grandes que consiguió desarrollar su talento con la iluminación en multitud de films entre 1933 y 1970 (más de 150 películas). Fritz Lang fue el primero en reconocer su talento y fue su colaborador en su cinta previa “La Mujer del Cuadro (1944). A esta cinta la seguirían: “A través del espejo (1946)“, “Evaal desnudo (1950)“, “La tentación vive arriba (1955)“, “Tú y yo (1957)“, “La conquista del Oeste (1962)“, “Dulce pájaro de juventud (1962)“, y otras muchas. Aunque esta película es considerada como una de las más representativas del estilo “Noir” por su estética y por su contenido, está dotada de algunas originalidades, como el arquetipo de la mujer fatal que interpreta Joan Bennet y que se distancia bastante de la “femme fatale” que popularizó un año antes Barbara Stanwyck en la portentosa “Perdición (1944)“, fundamentalmente porque en esencia, la “femme fatale” de Perversidad no es tan maliciosa en si misma como sí la era el personaje de la Stanwyck en el film de Billy Wilder. Kitty tiene un punto ingenuo, es un personaje más pasivo y menos sibilino, dependiente de otra figura masculina, Johnny es quien la domina y la anima, casi la fuerza a que se aproveche de la bondad de Cross.
Perversidad” goza de una narrativa excelente, ya que partiendo de una situación ambigüa y apoyándose en los perfiles del triángulo protagonista, va encadenando a la perfección una espiral por acumulación de matices perversos de la condición humana. Todos los personajes parten de una mentira; Chris dice ser un pintor, Kitty dice estar soltera y su amante Johnny, dice ser la pareja de su compañera de piso. Al final todos reciben su dosis de verdad, incontestable e indiscutible que cae irremediablemente como una losa sobre sus cabezas. Fritz Lang, tuvo el buen gusto y la sana fortuna de conservar la esencia de ese expresionismo tan lleno de genialidad. Ese juego de luces y sombras en las escenas finales donde el atormentado protagonista se debate. Se podría decir que mediante una trama basada en elementos característicos del cine negro, Lang mantiene sus base expresionista visual y narrativa para trasladarnos el verdadero mensaje de la película y describir diferentes facetas oscuras de sus personajes, con especial protagonismo de la culpa y la necesidad de ser castigado por ello.

Título original: Scarlet Street.

Director: Fritz Lang.

Intérpretes: Edward G. Robinson, Joan Bennett, Dan Duryea, Jess Baker, Margaret Lindsay, Rosalind Ivan, Samuel S. Hinds, Vladimir Sokoloff.

Compártelo:
12 AM | 03 Abr

olive kitteridge

Los primeros minutos de ‘Olive Kitteridge’ no dejan muy claro cuál es el argumento de la miniserie. Su esqueleto narrativo está formado por situaciones cotidianas y diálogos repletos de costumbrismo. Sin embargo, a medida que transcurre el primer episodio, te das cuenta de que estás ante una pieza que contiene uno de los mejores exponentes televisivos de la psicología de personajes. En ‘Olive Kitteridge’ no pasa nada y pasa de todo.

Basada en una novela homónima de Elizabeth Strout (con la que ganó el premio Pulitzer), la serie cuenta la vida de la familia Kitteridge, compuesta por Olive (Frances McDormand), Henry (Richard Jenkins, el patriarca de ‘A Dos Metros Bajo Tierra’) y su hijo Christopher (John Gallagher, el entrañable Jim de ‘The Newsroom’). En un pequeño pueblo costero de Maine se van desarrollando diferentes situaciones que te envuelven de lleno en una serie que no te dejará indiferente.

El personaje de Olive es detestable y adorable a partes iguales, pero desde luego es un personaje magnético y más que capaz de llevar todo el peso de la serie sobre sus hombros. A través de sus ojos, y en la mayoría de las secuencias bajo su punto de vista, conocemos al resto de personajes: el hijo que se rebela contra la madre, el marido más bueno que un santo que fantasea con jovencitas aunque sea incapaz de ser infiel a su esposa, la nuera malvada, el amante que no pudo ser… Un conjunto de personajes excelentemente diseñados componen el irresistible mosaico de ‘Olive Kitteridge’.

Otro de los elementos fundamentales, más allá del costumbrismo y de la vida apacible en un pequeño pueblo perdido de Maine, es la presencia de enfermedades psiquiátricas que rodean a los personajes: suicidio, alucinaciones, bipolaridad, depresión, complejos de Edipo sin superar… Están tan bien incluidos en la historia que la miniserie debería ser un manual en psicología de personajes. No queda un solo arquetipo sin explorar.

Sobra decir que ‘Olive Kitteridge’ estará multi nominada en los próximos premios Emmy y que es más que probable que Frances McDormand sea la ganadora en actriz de la categoría de miniserie. Pero más allá de los muchos premios que merece, se trata de una de las joyas televisivas del año, de esas que hay que ver sí o sí.

Compártelo:
10 AM | 18 Mar

El árbol de los zuecos

El-arbol-de-los-zuecos-12461-CFicha técnica.- Título original: “L`albero degli zoccoli”. Año. 1972. Duración: 175 minutos. Guión: Ermanno Olmi. Fotografía: Ermanno Olmi. Música: J. S. Bach. Dirección: Ermanno Olmi. Intérpretes: Luigi Ornaghi (Batisti), Francesca Moriggi (Batistina), Omar Brignoli (Minec), Antonio Ferrari (Tuni), Teresa Brescian (viuda Runk), Carlo Rota (Peppino), Giuseppe Brignoli (Anselmo).

Argumento.- Historia sobre los campesinos de Lombardía (Italia) que llevan una vida sacrificada y dura.

Comentario.- Aunque estrenada en 1975, puede considerarse una muestra del neorrealismo italiano, en ese año ya desaparecido y es un magnifico retrato de las vidas de los sectores más pobres y humildes de la Lombardía italiana, con utilización como actores de campesinos locales. Una obra maestra que obtuvo 14 premios internacionales entre ellos la Palma de Oro en el festival de Cine de Cannes y el Premio Cesar a la mejor película extranjera. Ermando Olmi consigue un gran realismo utilizando escenas de distintas costumbres de los campesinos, entre ellas: la matanza real de animales, la evisceración de un cerdo vivo, fiestas, bodas, nacimientos y la siembra y recogida de las cosechas, con la limpieza y separación del grano de la paja, según la época del año, aprovechando una maravillosa fotografía del propio Olmi en la que destaca el cambio de las distintas estaciones del año y en la que nos ofrece secuencias de una oscuridad casi total en contraste con los paisajes nevados. Con una gran economía de medios vemos la vida de unos campesinos pobres que viven en las tierras de un potentado al que deben entregar los dos tercios de su cosecha y nos regala secuencias emocionantes: El descubrimiento de una moneda de oro, los aldeanos mirando como desaparece el vagón solitario en la oscuridad, la fabricación de unos zuecos durante la noche, la alegría por el nacimiento de un niño, la oración por una vaca enferma, las dudas de entregar dos niñas a un orfanato para que la familia pueda salir de la miseria, el abuelo que enseña a su nieta como cultivar tomates tempraneros para mejorar la economía familiar, la viuda que lava de sol a sol para sacar adelante a su familia, y un amo que permanece impasible ante los problemas de los campesinos. Todo se completa con una insólita banda sonora con varias composiciones de Juan Sebastián Bach y la sonata para piano núm. 11 de Wólfram Amadeus Mozart, en la que además escuchamos canciones a coro de los campesinos, con mención especial para el silencio lleno de sonidos que acompañan a los trabajadores cuando caminan solos por los descampados. Inolvidable la secuencia en la que la comunidad abandona durante la noche sus viviendas para acudir al patio, donde extasiados, escuchan el sonido de las gaitas que el viento trae desde la casa del amo. Magníficos los intérpretes no profesionales, la emoción está siempre presente en esta obra de arte que puede considerarse como un cine en estado puro, dirigido al alma del ser humano.

l'arbre aux sabots l'albero degli zoccoli 1978 rŽal : Ermano Olmi Lucia Pezzoli Franco Pilenga Collection Christophel

Anecdotario.- En 1995 el Vaticano incluyó esta película en una selección de “largometrajes decentes”. Ermanno Olmi comentó sobre ella: “Las historias que forman el film nacen de los recuerdos del mundo campesino que conocí en mi infancia cuando iba de vacaciones a casa de mis abuelos. Son narraciones que escuché a los viejos durante las tardes en el establo o bajo el pórtico, cuando se esperaba que los niños durmiesen y se acababan los últimos trabajos del día”. Olmi nació en el seno de una familia campesina profundamente católica por lo que su cine se caracteriza por una inspiración cristiana y entre sus películas más destacadas están “Il posto”, de 1961, ganadora del Premio de la Critica en el Festival de Cine de Venecia, y “La leyenda del santo bebedor”, de 1988, que ganó el León de Oro del Festival de Venecia y en el año 2008 el mismo Festival le galardonó con el León de Oro de Honor.

Mario Delgado Barrio

Compártelo: