TIO MARIANO
FELAS
Hemos abordado ésta película de Apichatpong después de ver en “syndromes and a century” el recorrido por su infancia con la historia de amor de sus padres como telón de fondo, y con la garantía de estar en un jurado dirigido por Tim Burton, nuestro admirado Víctor Erice. Y no hemos salido defraudados. La pauta la marca el inicio donde un buey atado a un árbol lucha por soltarse, recordándonos a Bela Tarr en el inicio de Satantango. Toda la película se convierte en una fábula que junta a vivos y muertos, con unas imágenes preciosas de la princesa que se vuelve blanca con el reflejo de las aguas y es devorada con todos sus encantos por el fantasma de las aguas. Con la luna en primer plano y el ruido del bosque, una vez encontrada la cueva donde nace y tiene que morir Boonmee, sufrimos un gran choque contando sobres de dinero después del funeral, duchándonos en la habitación de un hotel y comiendo una hamburguesa en un bar de carretera .¿desacralización de la cultura budista en Tailandia? ¿Triunfo del capitalismo desaforado? Sobre estas claves yo propondría el debate sobre la película.