Poesía

11 PM | 16 Ene

JUAN GELMAN

Poesía reunida de Juan Gelman, publicada en noviembre de 2012 por Seix Barral con prólogos de Julio Cortázar y Pere Gimferrer, contiene una treintena de libros y más de 1300 páginas. Esta selección de poemas contiene algunos de sus versos más populares y permite recorrer una obra atravesada por el amor, el compromiso político, la represión, el exilio y la desaparición de parte de su familia durante la dictadura argentina. DESCANSE EN PAZ.

 

EL JUEGO EN QUE ANDAMOS

Si me dieran a elegir, yo elegiría

esta salud de saber que estamos muy enfermos,

esta dicha de andar tan infelices.

Si me dieran a elegir, yo elegiría

esta inocencia de no ser un inocente,

esta pureza en que ando por impuro.

Si me dieran a elegir, yo elegiría

este amor con que odio,

esta esperanza que come panes desesperados.

Aquí pasa, señores,

que me juego la muerte.

Del libro El juego en que andamos (Buenos Aires, 1956-1958)

 

GOTÁN

Esa mujer se parecía a la palabra nunca,

desde la nuca le subía un encanto particular,

una especie de olvido donde guardar los ojos,

esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención

pero ella invadía como el amor, como la noche,

las últimas señales que hice para el otoño

se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,

caían a pedazos la furia, la tristeza,

la señora llovía dulcemente

sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,

con un cuchillo brusco me maté

voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,

él moverá mi boca por la última vez.

Del libro Gotán (Buenos Aires, 1962)

 

CONFIANZAS

se sienta a la mesa y escribe

«con este poema no tomaras el poder » dice

«con estos versos no harás la Revolución » dice

«ni con miles de versos harás la Revolución » dice

 

y más: esos versos no han de servirle para

que peones maestros hacheros vivan mejor

coman mejor o el mismo coma viva mejor

ni para enamorar a una le servirán

 

no ganara plata con ellos

no entrara al cine gratis con ellos

no le darán ropa por ellos

no conseguirá tabaco o vino por ellos

 

ni papagayos ni bufandas ni barcos

ni toros ni paraguas conseguirá por ellos

si por ellos fuera la lluvia lo mojara

no alcanzara perdón o gracia por ellos

 

«con este poema no tomaras el poder » dice

«con estos versos no harás la Revolución » dice

«ni con miles de versos harás la Revolución » dice

se sienta a la mesa y escribe

Del libro Relaciones (Buenos Aires, 1971-1973)

 

EL EXPULSADO

me echaron del palacio/

no me importó/

me desterraron de mi tierra/

caminé por la tierra/

me deportaron de mi lengua/

ella me acompañó/

me apartaste de vos/

y se me pegan los huesos/

me abrasan llamas vivas/

estoy expulsado de mí.

yehuda al-harizi (1170-1237/toledo-provenza-palestina

Del libro Com/posiciones (Paris, 1984-1985)

 

REGRESOS

La palabra que

cruzó el horror, ¿qué hace?

¿Pasa los campos del delirio

sin protección?

¿Se amansa? ¿Se pudre?

¿No quiere tener alma?

¿Amora todavía, torturada y violada,

tiene figuras remotas

donde un niño de espanto calla?

La palabra

que vuelve del horror, ¿lo nombra

en el infierno de su inocencia?

Del libro Valer la pena (México, 1996-2000)

 

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06 PM | 24 Nov

MIQUEL BARCELÓ PERELLÓ

Tenc la forma d’una gran llàgrima.
No cerc ningú que em consoli. És que som
com el riu que no pot desitjar
res més que esser riu, encara
que vegi els arbres i les estrelles.
Res puc desitjar que no sigui possible.
Ignor de mi tota la carn
i tota l’ànima. Sols reconec
el meu nom dins les boques
dels homes que l’interpreten
amb una gèlida rialla.
Sé l’espai que ocup
quan els amics cínicament
m’assenyalen amb el dit.
¿Què som els homes?
Cans, per ventura.
¿I els amics?
Tal vegada cans
repentinament afamegats
de carn i sang amorosa.
Però jo, conscient,
vaig arrancant de l’aire
tot el que pugui esser
record meu. Meu per un instant.
Vull esser realment
com una roca que no ha
servit per aguantar una casa
i que els homes decebuts
tornen a la pedrera.
Vull esser inútil. Destruir.
Que se digui de mi que he destruït,
perquè les meves joguines
aquells cavalls de cartró
i aquells soldats de plom
essencialment solitaris,
ja no poden participar del cel
menut i simpàtic
que construïa per a ells.
Arrancat durament de mi,
vull esser a la mesura de tothom.

BARCELÓ, MIQUEL. Així Sia, 1957.

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02 PM | 03 Nov

ARSENI TARKOVSKI

Primeros encuentros

Cada momento de nuestros encuentros
celebrábamos como la Epifanía,
solos en este planeta. Fuiste
más valiente y más ligera que el ala de un pájaro
bajando la escalera de dos en dos,
como vértigo, llevándome a través
de lilas mojadas a sus predios,
al más allá del espejo cristalino.

Cuando llegó la noche tuve la gracia,
se abrieron las puertas del altar,
en la oscuridad resplandecía
y se reclinaba lentamente la desnudez.
Y yo, al despertar, decía: “¡Sé bendita!”
porque sabía que era audaz mi bendición.
Tú dormías, pero las lilas de la mesa
se disponían a tocar tus párpados
con el azul del universo circundante,
los párpados, tocados por el color azul,
estaban muy tranquilos, tu mano cálida también.

En el cristal pulsaban tantos ríos,
montañas humeaban y mares despuntaban,
tenías en tu palma un globo cristalino,
estabas durmiendo en el trono.
¡Dios justo! Tu eras mía.
Te despertaste para transformar
el vocabulario humano, usado cada día,
y el lenguaje se llenó hasta el tope
de fuerza sonora, y la palabra tú abrió su acepción nueva, que era el zar.

En el mundo se ha transformado todo,
incluso cosas tan sencillas como el jarro y la palangana,
y el agua dura y laminada
estaba de guardia entre nosotros.

Algo me llevaba no sé adonde.
Nos cedían paso, como espejismos,
ciudades construidas por milagro,
la menta, cual alfombra, se acostaba bajo nuestros pies,
los pájaros nos acompañaban haciendo el mismo camino,
los peces subían el río
y el cielo se abrió ante nuestros ojos…
El destino seguía nuestra pista
como un loco con navaja afilada.

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11 AM | 26 Jul

FRANCISCO BRINES

MUROS DE AREZZO

Dentro de aquella descarnada iglesia
la nave era una sombra, cuyo aliento
era un vaho de siglos, y en la hondura
vimos la luz sesgando el alto muro.
Y el sueño humano allí, con los colores
del más ardiente engaño, las cenizas
del deseo de un hombre sepultadas
en árbol, en corcel, séquito o ángel.
No puso fantasía ni invención:
sobre la faz del hombre y de la tierra
dejó el orden debido; y admiramos
no la belleza física, la imagen
de nuestra carne serenada. Suma
de perfección es la cabeza humana,
sin fuego de alegría y sin tristeza;
ni altiva ni humillada bajo el arco
del aire azul, tan quieta la mirada
que deja a los caballos sin instinto,
sin crecimiento natural al árbol.

Se nos narra una historia de este mundo;
el pretexto remoto de unos seres
como nosotros mismos, mas sabemos
que el bien y el mal aquí no son pasiones.
La pintada pared nos muestra el sueño
que abolió nuestra escoria: son iguales
el moribundo y el que ama, reyes
y palafreneros, montes o lanzas,
la desnudez y el atavío, sol
o noche, los piadosos y el guerrero,
la sed y la coraza, quien vigila
y el dormido en la tienda, la señora
y sus damas, el estandarte rojo
y el sepulcro, el joven y el anciano,
la indiferencia y el dolor, el hombre
y Dios.
Enamorado alguna vez,
y haciendo realidad el viejo sueño
de una mejor naturaleza, quiso
la perfección. Recordando el amor,
la dicha mantenida, sus pinceles
conservaron los hábitos y gestos
terrenales, copió la vida toda,
y a semejanza de él, aunque visible,
un aire hermoso y denso allí respiran
logrando un orden nuevo que serena:
feliz; sin libertad, vive aquí el hombre.

“Palabras a la oscuridad” 1966

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07 PM | 03 Feb

CLAUDIO RODRIGUEZ

Ajeno

    Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea enseguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie, porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

                                                             (De Alianza y condena, 1965)

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