11 AM | 07 Nov

Tres poemas de Forough Farrokhzad

Tres poemas de Forough Farrokhzad

Forough Farrokhzad.

Continuamos en TAM TAM PRESS con la sección de poesía antológica, denominada “LOS POEMAS COLGADOS”*, con textos de poetas muertos escogidos por Ildefonso Rodríguez Eloísa Otero. El vigesimoquinto autor que llega a esta sección es la poeta y cineasta iraní Forough Farrokhzad –o Forugh Farrojzad– (Teherán, 1935-1967). Murió muy joven en un accidente de tráfico –y en circunstancias nunca aclaradas sobre si el accidente fue casual o provocado–, dejando un hermoso legado: cinco libros de poesía llenos de rebelión y sensualidad que la han convertido en un mito de la poesía persa del siglo XX y también en un icono feminista, gracias a su voz transgresora y sobre todo combativa con las tradiciones, la religión, el patriarcado y las normas sociales.

Tras la revolución islámica de los ayatolás, su poesía fue censurada y estuvo prohibida durante muchos años. En España acaba de ver la luz, en este año 2019, un volumen que reúne su obra poética completa, bajo el título de “Eterno anochecer” (ed. Gallo Nero), con traducción, edición y notas de Nazanin Armanian. Pero también hizo poesía como cineasta, y su documental “La casa es negra”, sobre la vida en una leprosería, está considerado como “la obra más bella del cine iraní”.

“Toda mi existencia es un verso oscuro”, escribió. Forough Farrokhzad fue la tercera de siete hermanos, y nació en una familia tradicional de clase media, en una época en la que Irán, bajo el gobierno férreo del sha Reza Pahlevi, se abría a Occidente, a la vez que su sociedad seguía profundamente ligada a los dictámenes religiosos y morales de una rígida cultura patriarcal. Tras graduarse en la escuela secundaria, a los 15 años empezó a estudiar pintura y corte y confección. Con 16 años se casó con un primo quince años mayor que ella, en contra de la voluntad familiar. Un año después, tras el nacimiento de su único hijo, se introdujo en los círculos literarios y en 1955 publicó su primer libro, “Asir” (“Cautiva”), con 44 poemas rebeldes e iconoclastas, escritos en farsí (la lengua de su madre), que recibieron el rechazo frontal de los academicistas.

La vitalidad de sus versos, su sinceridad, su sencillez y transparencia al hablar de los hombres y del amor y de la vida… provocaron una auténtica sacudida social. El editor fue arrestado y ella acusada de corromper a la sociedad. A partir de ahí, el acoso de la crítica y de la prensa no cesó nunca. Sin embargo, para Forough la poesía se convirtió en “un amigo íntimo” en el que descargar su corazón. Y en una forma de defender su derecho a vivir y volar en libertad.

“Creo en ser un poeta en todos los momentos de la vida. Ser poeta significa ser humano. Sé que hay poetas cuyo comportamiento diario no tiene nada que ver con su poesía. En otras palabras, sólo son poetas cuando escriben poesía. Luego, cuando acaban de escribir, se convierten en codiciosos, indulgentes, en gente opresiva, miope, miserable y envidiosa. Bueno, pues yo no puedo creer en sus poemas. Valoro las realidades de la vida y cuando me encuentro a estos señores mano sobre mano y llenos de bienes obtenidos de sus poemas y ensayos, siento disgusto y dudo de su honestidad.”/ Forough Farrokhzad

Su matrimonio solo duró tres años. Tras el divorcio, perdió la custodia de su hijo y nunca pudo volver a verlo. Repudiada también por su padre, un militar del entorno del sha que nunca toleró su forma de vivir independiente y libre, tampoco pudo volver a la casa familiar. Los periódicos publicaron listas de sus amantes y la insultaron. Sufrió una crisis nerviosa y pasó una temporada en un psiquiátrico. Y en 1956 decidió marcharse del país. Estuvo nueve meses deambulando por Europa, durante los que escribió “Divar” (“El muro”), su segundo libro, dedicado a su ex marido.

De 1958 data “Esian” (“Rebelión”), su tercer libro, que se publicó al año siguiente, cuando acababa de iniciar una relación sentimental con el cineasta y escritor iraní Ebrahim Golestan, lo que constituyó un nuevo motivo de escándalo.

En 1963 publicó “Tavallodi Digar” (“En otro amanecer”), todo un hito de la poesía persa contemporánea, que refleja su emancipación y liberación de la tradición, tanto en el plano formal como personal. Su quinto libro, “Tengamos fe en la estación del frío”, finalizado un año antes de morir, se publicó póstumamente, en 1974.

Cine y poesía

Además de escribir, Forough Farrokhzad se volcó también en el cine y el teatro. A los 27 años, en 1962, dirigió su primera película documental, titulada “Khaneh siah ast” (“La casa es negra”), en la que muestra, de forma dura y poética, la vida cotidiana en la colonia de leprosos de Tabriz. Calificada como “la película más bella del cine iraní”, esta cinta de tan solo 22 minutos, que obtuvo en 1963 un premio al mejor documental en el Festival de Mannheim (Alemania), y que incluso ha sido proyectada en la SEMINCI de Valladolid, comienza así:

“El mundo está lleno de fealdad. Aún habría más si el hombre apartara la mirada. Van a ver en pantalla una imagen de la fealdad, un retrato del sufrimiento, que sería injusto ignorar. Por respeto al hombre, debemos luchar contra esta fealdad, aliviar este sufrimiento. Esta es la esperanza que ha inspirado esta película”.

En 1965 el director italiano Bernardo Bertolucci, después de viajar a Irán para entrevistar a la joven poeta y cineasta, decidió producir una película sobre su vida —película sobre la que apenas hemos encontrado información y que en algunas biografías se dice que no llegó a terminar. No obstante, se pueden encontrar en la red imágenes y un pequeño fragmento de la entrevista—. También existen referencias a un documental sobre ella producido por la UNESCO en 1963.

Forough Farrokhzad es ahora mismo una escritora y una cineasta admirada en todo el mundo, y traducida incluso al coreano, que —en palabras de Clara Janés, una de sus primeras traductoras al castellano— “amén de tener la fuerza de las imágenes de un Lorca no es ajena al surrealismo francés, ya que fue gran lectora de Paul Eluard. Es sorprendente, porque aunque rompe con la tradición, también la incorpora a su obra. La pugna de estilos dentro del poema representa la lucha hombre-mujer».

Hace dos años, con motivo del 50 aniversario de su muerte, el realizador iraní Hassan Fayyad dirigió el documental titulado Forough Farrokhzad: A Journey Along the Line of Time, en el que recoge testimonios sobre su vida y su obra.

 Traducciones de su obra al castellano

En España la poesía de Forough Farrokhzad era prácticamente desconocida hasta que en 1997 la revista Caminar hizo una pequeña presentación de su figura y su obra, junto a tres poemas traducidos al castellano por la profesora iraní Najmeh Shobeiri.

En el año 2000, El Bardo publicó una selección de poemas bajo el título de “Noche en Teherán”, en una edición a cargo de Amelia Romero.

En 2004 vio la luz “Nuevo Nacimiento” (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), antología en edición bilingüe (poemas en castellano y en farsí) con traducción de Clara Janés y Sahand.

En 2019 la editorial Gallo Nero reúne su poesía completa en el volumen titulado “Eterno anochecer”, con traducción de Nazanin Armanian.

 Tres poemas de Forough Farrokhzad

PECADO

He pecado y era un pecado lleno de placer
junto a un cuerpo tembloroso y desmayado
Dios, no sé qué he hecho
en aquel lugar privado, oscuro y silencioso

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me fijé en sus ojos llenos de secretos
En mi pecho anhelante temblaba el corazón
por la pasión de sus ansiosos ojos

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me senté junto a él desconcertada
sus labios vertieron en los míos el deseo
me libré de la tristeza del corazón desbocado

Murmuré en su oído la historia del amor
Te deseo, oh alma mía
Te deseo abrazo que das vida
a ti, mi loco amante

El deseo estalló en llamas en sus ojos
El vino tinto bailó en la copa
Mi cuerpo en el suave lecho
sobre su pecho tembló ebrio

He pecado y estaba llena de placer
en un abrazo suave y ardiente
He pecado entre unos brazos
cálidos, rencorosos y de hierro.

LA REBELIÓN

No me impongas el silencio
Tengo una historia que contar
Quítame esta cadena de los pies
Mi corazón se agita por una pasión

Ven, hombre, egoísta, ven
Abre las rejas de esta jaula
Me hiciste prisionera de por vida
Libérame para mi último vuelo

Soy ese pájaro
Que desde hace tiempo sueña con volar
Mi canto se hizo suspiro
En mi apesadumbrado corazón
Mis días huyeron en lamentos

No me impongas el silencio
Debo revelar mi secreto
Hacer oír a todo el mundo
El eco fulminante de mi poema

Ven a abrir la reja, para que vuele
Al cielo límpido de la poesía
Si me dejas volar
Seré una flor
En el jardín de la poesía

Mis labios se impregnan del azúcar de tu beso
Mi cuerpo retiene el olor de tu cuerpo

Mi mirada arroja sus chispas contenidas
Y mi corazón canta su dolor sangriento

Hombre egoísta
No digas:
Tu poesía es una vergüenza

El espacio de una jaula es estrecho
Para el alma tomada de pasión
No digas que mi poesía es sólo pecado

Dame el vino de este pecado y esta vergüenza
Y te dejaré el paraíso
Sus vírgenes y sus fuentes
Alójame en un rincón del infierno

Un libro, un lugar tranquilo, un poema, un silencio
Bastan para embriagarme de vida
No siento pena si el paraíso se me escapa
Otro paraíso también eterno habita mi corazón

Una noche en que la luna danzaba despacio
En mitad del cielo
Dormías y yo excitada en todos mis deseos
Tomé su cuerpo en mis manos

El viento del alba me daba mil besos
Y mil besos di al sol
Una noche en la prisión donde eras el guardián
Un beso hizo temblar mi existencia

Hombre, detén esta fábula del honor
La vergüenza me colmó de un placer delirante
El dios que me dotó de un corazón de poeta
Sabrá perdonarme

Ábreme la puerta
Para que me escape por el cielo limpio
Déjame volar
Y seré una flor en el jardín de la poesía

EL VIENTO NOS LLEVARÁ *

En mi noche, tan breve, ¡ay!
El viento está a punto de encontrar las hojas.
Mi noche tan breve está llena de devastadora angustia
¡Escucha! ¿Oyes los susurros de las sombras?
Esta infelicidad que siento ajena a mí
Estoy acostumbrada a la desesperación
¡Escucha! ¿Oyes los susurros de las sombras?
Allí, en la noche, algo está ocurriendo.
La luna está roja e inquieta.
Y, agarrada a este tejado,
podría derrumbarse en cualquier momento.
Las nubes, como una multitud de mujeres de luto,
esperan el nacimiento de la lluvia.
Un segundo, y luego nada.
A través de esta ventana,
la noche tiembla
y la tierra deja de girar.
A través de esta ventana, un extraño se preocupa por
mí y por tI.
Tú, en nuestro césped,
pon tus manos –aquellos abrasadores recuerdos–
en mis tiernas manos
y pon tus labios, llenos de calor vital
en contacto con mis tiernos labios.
¡El viento nos llevará!
¡El viento nos llevará!

[* Nota: Este poema figura en la película “El viento nos llevará” de Abbas Kiarostami.]

Homenaje a Forough Farrokhzad. Página para el fanzine “Conversación COR ara”, 2019. © Eloísa Otero.

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“LOS POEMAS COLGADOS”

NOTA de Eloísa Otero e Ildefonso Rodríguez: Esta sección quiere ser una Miniantología (que puede alargarse hasta donde nos den las fuerzas y las ganas). Un doble criterio nos guiará: El primero, serán poemas que los autores no podrían colgar por sí mismos, por ser ya de aquellos que Joyce sin más llamó fantasmas (“… alguien que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres”). O por decirlo con Quevedo, en nuestra Miniantología viviremos “en conversación con los difuntos”. Y segundo: nuestros propios gustos, que ojalá sepan recoger el hermoso Babel de la poesía, la Gran Republicana.

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