Debido a la duración de la peli West Side Story, y como tenemos acotado el tiempo hasta las 20,30 no pudimos dirigir unas palabras. El nuevo sonido, que disfrutaremos en su plenitud el próximo jueves con la música que interpreta Jordi Saval, y que se percibe sobre todo con los bafles situados detrás de la pantalla, además de los altavoces laterales, ha sido como consecuencia de nuestra apuesta por los Presupuestos Participativos. Así que tenemos que dar las gracias a los que votaron el proyecto y al Ayuntamiento que lo ha puesto en marcha. Si las pelis que programemos duran mas de dos horas haremos la introducción por este medio (imprescindible su consulta) y dejaremos 15 minutos para el coloquio.
A los “cinéfilos de pacotilla” que se quejan de la duración de alguna película dos recomendaciones: “Esculpir el tiempo” de Andrei Tarkovski y “Verdad y tiempo” de Gilles Deleuze.
La importancia de Cassavetes tes llega hasta nuestros días, estrenan en los Teatros del Canal “The Second Woman”, una inspiración en Opening Night, la peli con la que inauguramos la temporada.
«Una mujer bajo la influencia» está contagiada, como todas las suyas, por las circunstancias de la producción, prácticamente se rueda en su casa y el dinero lo puso su amigo Peter Falk (le dijo: con cuatro capítulos de Colombo te la financio). Hace una película honrada del mismo modo que Robert Lowell escribiendo poesía o Picasso pintando cuadros. Sentimientos de una mujer, un ama de casa inestable, con continuos cambios de humor…y que José Francisco Montero en su famoso libro sobre Cassavetes, lo da la vuelta para decir que la peli en realidad es un autorretrato del propio director. Aunque nos pueda parecer raro, Mabel y su situación era la representación de como Cassavetes entendía la vida. Es un estudio, según dice, del cruel destino que espera a un espíritu libre y una mente independiente, un excéntrico, un exigente, que toda su vida la construyó con una filosofía que basa su importancia en el inconformismo, ¿estáis de acuerdo con ese planteamiento?
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Hemos comenzado el ciclo El wéstern, las mil caras del cine, con una presentación a cargo de Alfonso Peláez, que podéis encontrar en el apartado DESCARGAS de la web
La primea película que nos ha ofrecido fue de Ford, con el título en español Pasión de los fuertes, aunque a mí me gusta más el original My Darling Clementine.
El segundo acto, después de que Wyatt visitara la tumba de James, es el del conocido monólogo de Hamlet. Nos cuenta Paulino Viota, uno de los mejores especialistas en Ford, que el actor Eddi Foy, que estaba trabajando en Tobstone, Arizona, en el Bircardge Theatre, fue el que que interpretó el monólogo en la película Frontier Marshal, antecedente de Clementine, y que vivió en directo el tiroteo de OK corral. Las vicisitudes de este actor han dado origen a una película sobre su vida, que tengo pendiente de ver.
Ford ha preferido inventarse un actor. Los Clanton le secuestran y lo llevan a la taberna mexicana, donde le hacen recitar, llegan Wyatt y Doc a rescatar al actor, y cuando este se confunde y ya no puede continuar, Doc le sustituye para concluir. Comprendemos por tanto que Doc es un hombre de cultura. Ford ha buscado la extrañeza máxima. El encuentro fortuito del monólogo de Shakespeare y un improbable actor, no sólo es culto, la muerte le acecha. Cuando se recita que hay que morir, Doc tose de tuberculosis y termina el poema sobre la muerte. El contraste de la taberna y la alta cultura, expresan a mi juicio el tema fundamental de la película que es, la instalación de la ley y el orden en una sociedad salvaje. Si esta mañana en nuestras matinés sobre Godard, hemos aplaudido las referencias a Simone Weil, ¿cómo nos iba a extrañar la extravagancia de oír a Shakespeare en el oeste?