Análisis de Películas

12 AM | 12 Jun

El camino a casa: Poesía cálida desde Oriente

 

 

      Gélida y cálida. Así es esta poética película. Gélida en sus extremos mientras el calor irradia en su mismo centro. El director chino Zhang Yimou ha buscado ese contraste para dramatizar visualmente las diferencias entre el presente y el pasado de su país. Un paisaje lleno de nieve fotografiado en un diluido blanco y negro aparece en la primera secuencia. Es un plano subjetivo que se abre sobre un camino, el camino, y por él entramos en un mundo recóndito y frío dominado por el dolor y la muerte. Un hombre de negocios vuelve a su pueblo, a la casa paterna, tras varios años de ausencia. Tras encontrar a su madre ha de tomar una decisión respecto al entierro de su padre; es el momento en que sus esquemas de hombre práctico chocan con el espíritu tradicional de su madre.

Es entonces cuando Zhang Yimou abre una ventana al pasado y el paisaje cobra vida, satinando la pantalla de colores cálidos y carnales, con ese color rojo que siempre reina en las películas de este director. No sólo el paisaje despierta, también lo hacen los personajes.

El camino a casa narra cómo se conocieron el padre y la madre del hombre de negocios. Cómo la tradición ahogaba sus vidas, en la época en que los matrimonios eran concertados. Yimou muestra la relación de forma minimalista, muy al estilo oriental, deteniéndose en cada actividad que realizan los personajes. De la simple preparación de una comida hace una secuencia, pero no para retratar un espléndido banquete, sino para detenerse en la vida, en la importancia de las cosas pequeñas, para sonsacar la esencia de los actos humanos casi como simples ritos. Porque Yimou en esta película fija su mirada en los rituales como forma de vida; pero esos planos de ella esperando al borde del camino, esa lucha por alcanzar el amor deseado, con sacrificio y con constancia, son los que dan sentido y alma a esos rituales que serían actos gélidos y absurdos sólo por sí mismos.

Compártelo:
12 AM | 23 May

La peli del jueves 29

IDA. Una joya de la cinematografía polaca y mundial. Un film de Pawel Pawlikowski

IDAIDA. Una joya de la cinematografía polaca y mundial.

Ida

Titulo Original: Ida (Sister of Mercy).

Año: 2014.

País: Polonia.

Director: Pawel Pawlikowski .

Guion: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz

Música: Kristian Selin Eidnes Andersen

Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski (B&W)

Reparto: Agata KuleszaAgata TrzebuchowskaJoanna KuligDawidOgrodnikJerzy TrelaAdam SzyszkowskiArtur JanusiakHalina SkoczynskaMariusz Jakus.

 


Sinopsis:

Polonia, 1960. Anna (Ágata Trzebuchowska), una joven novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre, pero que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga entonces a Anna a que visite a su tía antes de tomar los hábitos. La joven conoce entonces a Wanda (Agata Kulesza), una jueza desencantada y alcohólica antigua fiscal del estado, que cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi. (FILMAFFINITY)

Si hablamos de obras de arte cinematográficas, de aquellos films que impresionan por su calidad, estilo y sobriedad tenemos que nombrar a  “Ida”.

Ida está ambientada en Polonia en los años sesenta, sin embargo el drama polaco de la segunda guerra mundial está presente a lo largo de toda la historia. El film es de una gran sobriedad y nos deja perplejos en varios momentos,  aquellos en donde la imagen no necesita de las palabras sino que se comunica por sí sola, basta ver los primeros minutos de este film donde descubrimos a nuestra protagonista sin escuchar una sola palabra; la película parece tomarse su tiempo y sin prisa se deleita presentándonos imágenes de gran significado. Es el tipo de film que no necesita hablar mucho, pareciera por momentos rendir culto al silencio, se dice lo justo y  necesario y se le permite a la imagen contar la historia en su propio lenguaje visual.

Todos los elementos del lenguaje cinematográfico de este film comulgan con una gran sobriedad, los planos fijos, la iluminación, incluso el director rompe con ciertas  convenciones clásicas de la misma manera,  a esto se suma el color del film, el cual está presentado en blanco y negro por motivos de bajo presupuesto, pero le agrega una connotación histórica dejando sentir el fantasma de la segunda guerra mundial.  La película pareciera prescindir adrede de un colorido innecesario que le restaría atención a lo que quiere relatar.

La actuación de Agata Trzebuchowska, en el papel de Ida, es igualmente sobria. La mano del director está presente en la personalidad de la muchacha; quien vive una dramática historia que comienza cuando está a unos días de hacer sus votos y convertirse en monja. Entonces se entera que es judía, una contradicción que le crea un gran dilema del cual no dice ni una palabra,  pero que la inquieta lo suficiente para cuestionar su vida y poner a prueba su fe.  Todo este cuestionamiento se presenta con una gran naturalidad y sutileza, casi sin darnos cuenta nos envolvemos en esta terrible situación de vida que se mezcla con la verdad sobre la muerte de los padres de Ida y con el duelo interno que vive también Wanda, la tía de ésta, interpretada por Agata Kulesza. Incluso en un momento del film, la muerte que nos acompaña desde el inicio, se toma su tiempo para prepararse y parece saltar al vacío sin previo aviso.

La labor de Pawel Pawlikowski con el lenguaje cinematográfico es un trabajo digno de un artífice heleno y cómo a una delicada filigrana le va adicionando detalles uno tras otro, agregándole valor a la cinta con cada uno de ellos. El director concentró la atención del espectador y se aseguró que éste se sumerja en  la profunda y dramática historia que cuenta el film.

Es un film imperdible, véala con calma, saboréela y disfrútela, a mi me emocionó.

Compártelo:
08 PM | 26 Abr

BELLE, EL PRÓXIMO DÍA 8

La mejor película de Mamoru Hosoda

Belle‘Belle’ es para mí la mejor película de Mamoru Hosoda. Y no es solo por ser la mejor adaptación de ‘La Bella y la Bestia’ que he visto hasta ahora, mucho mejor que cualquiera que haya hecho Disney y eso que aquí se copia algún que otro plano. La sitúo por encima de otras obras de Hosoda como ‘Mirai’ o ‘La chica que saltaba a través del tiempo’ porque consigue ser una obra de gran actualidad, moderna, tecnológica y enriquecedora. Y además es una película que agrega más perspectiva con tramas añadidas y un giro final demoledor.

Por establecer una comparativa con cine actual… Si, esta es una nueva interpretación de ‘La Bella y la Bestia’ pero donde el castillo es digital y la turba enfurecida no se manifiesta con antorchas y hoces, sino con publicaciones hirientes. Entramos en un juego en el que nos vemos representados por un avatar, como en ‘Ready Player One’, pero ese “otro yo” es tan feo o tan bien agraciado como lo sea nuestra personalidad. Las similitudes con ‘Matrix’ son también fáciles de establecer. En ese mundo o red social de realidad virtual llamada “U” interactúan los personajes y se desarrolla la mayoría de la trama de ‘Belle’. Ahí es donde se expone un discurso que nos hace pensar sobre el tema de la superficialidad, la sinceridad con uno mismo, los influencers, los trolls, las ideas preconcebidas…

Leer más…

Compártelo: