CHRETIEN DE TROYES
Felipe de Flandes pensó en reunir en un relato aquellos acontecimientos que perpetuaran el tiempo que el noble vivió. Para ello pidió al mejor escritor de la época, Chrétien de Troyes, que escribiera una historia alegórica.
Así nació el Cuento del grial, que recreaba el reinado de Artús en tierras lejanas y que acabó constituyendo un manual para la formación del perfecto caballero, además de una historia que aún permanece vigente como tópico en la literatura actual. Sin embargo, Troyes murió sin poder terminar su obra, por lo que la trama, inacabada, tuvo continuación por parte de otros autores.
El Libro de Perceval (o El cuento del Grial) es la última obra de Chrétien de Troyes, el creador de la prosa de ficción en la Europa románica. Escrito a finales del siglo XII, entre los años 1178 y 1181 este romance ha sido considerado como uno de los textos más enigmáticos y fascinantes de la Edad Media. Narra las aventuras de un joven caballero galés, Perceval, llamado a ser uno de los caballeros más importantes de la corte del rey Arturo, y las de Galván, sobrino del rey.
El libro va precedido de una dedicatoria a Felipe de Flandes, donde este noble personaje es elogido por su liberalidad y por sus virtudes cristianas. Al final de los versos introductivos Chrétien, hablando de sí mismo en tercera persona, afirma que se ha esforzado y afanado en rimar el mejor cuento que jamás ha sido oído en corte real, que lo ha hecho por orden del conde, quien le dio el libro del Cuento del Grial.
¿Qué libro es éste que Felipe de Flandes dió a Chrétien de Troyes a fin de que en él se inspirara o se informara para escribir el Cuento del Grial?. Éste es uno de los muchos problemas que plantea la última narración de Chrétien de Troyes, y todo cuanto se ha aventurado sobre este punto es mera conjetura.
En el verso 9.293, a Chrétien de Troyes le sobrevino la muerte cuando estaba escribiendo, murió antes de dar respuesta a los enigmas que planteó, la respuesta a estos interrogantes constituyó toda una literatura.
Le siguieron gran número de imitadores y continuadores del Cuento del Grial en los siglos XII y XIII, y del Romanticismo acá, todos ellos, los antiguos y los modernos, discreparon entre sí y propusieron diferentes explicaciones a los secretos que Chrétien se llevó a la tumba.
Tal vez la clave está en averiguar quién era el judio de Toledo, Flegelatis, quien entregó a Felipe de Flandes el original del Cuento del Grial.