03 PM | 31 Mar

SENTIR LA NECESIDAD DEL OTRO

                                                                  FELAS

Con  un cierto sabor a Dickens, los hermanos Dardenne hacen una buena película de realismo social en la ciudad de Seraing, de donde son naturales.Narrativamente con mucha fuerza, excepto el momento en que aparece la encarnación de la “mala compañía” personificada en un delincuente juvenil. Al igual que Robert Guediguian filman a la perfección la clase trabajadora no dudando en disponer para cada película del mismo elenco de actores y las mismas localizaciones, sobresaliendo en este caso el niño de 13 años Thomas Doret, y la perfecta adecuación al personaje de la peluquera de la actriz Cecile de France, que tuvimos ocasión de ver en “Más allá de la vida”.

El momento de felicidad hedonista paseando con las bicis al lado del rio Mosa lo ha rodado a la perfección Alain Marcoen, cámara habitual en todas las películas de los hermanos.

Las instituciones consiguen en esta ocasión frenar la violencia de Cyril, ofreciéndole la posibilidad de volver a ser niño en un acto jurídico impecable que tiene pocos imitadores en las sociedades donde se ha instalado como fuente de inspiración la venganza y la carcel.Muy importante destacar el valor de asumir compromisos individuales frente al dolor ajeno. Con el” Concierto del Emperador” como fondo y un color que nos recuerda a Rohmer, nos vemos obligados a sentir la necesidad del otro aunque sólo sea por ochenta minutos.

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