11 PM | 13 Jul

EL SEPTIMO SELLO

  

    

Esta mañana estuve en la conferencia que ha dado Fernando Vallespín, en los cursos de verano, con la muerte como telón de fondo, por la noche el laboratorio escénico de Univalle-Colombia, en un estupendo castellano, daban muerte a Plácida y Victoriano en la égloga de Juan de la Encina. La literatura, desde Gigamesh, hasta Tristán e Isolda, recoge una plétora de muertos con el amor como trasfondo. Las sensaciones sobre dicho tema en el día de hoy me hacen recordar algunas  ausencias  para mi significativas y que me gustaría destacar. En primer lugar la de Jaume Curbet, uno de los fundadores del PSC-reagrupament, estudioso de la seguridad  y gran defensor de una ética policial basada en los derechos humanos, coincidimos en aquella Barcelona que me hizo descubrir tantas cosas, luego le he seguido en sus libros, y las veces que venía a Madrid me habría nuevos caminos intelectuales en un campo tan arduo como es el de la seguridad. Me hubiera gustado  comentar con el libro de Foessel  “Estado de Vigilancia”.

   A Carles Novales, dirigente de la izquierda en Cataluña, también fallecido, le recuerdo cuando celebramos un congreso con el lema “En otra dirección”. Unos pocos supimos ver que las políticas de Interior de aquella época no darían resultados positivos a la larga. No nos equivocamos.

  Recuerdo  el fallecimiento a los 100 años de Gunnar Fischer, primer director de fotografí­a de Ingmar Bergman. Fue considerado a todos los efectos el creador del look expresionista que distinguirí­a al director, y el responsable de la foto en una docena de colaboraciones que culminarían en El Séptimo Sello, en cuyo rodaje Fischer protagonizó una anécdota muy curiosa: según parece, en el transcurso de la partida de ajedrez entre el Caballero y la Muerte (con las facciones de Bengt Ekerot), Fischer empleó dos poderosas luces para contrastar los cuerpos de los actores, tan potentes que daba la sensación de que el cielo tení­a dos soles. Otros creí­an que la escena era muy artificial. A lo que Fischer contestaba: “Si es posible aceptar que un caballero está sentado en una playa jugando al ajedrez con la Muerte, serás capaz de aceptar que hay dos soles en el cielo”.

  Leo en el libro  de Gomá sobre la ejemplaridad que hoy la política es menos cuestión de cosas-planes,programas,proyectos-y más de personas en acción, menos res publica y mas dratis personae.

 

 

 

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