EL BOTÍN DE LOS AÑOS INÚTILES

EL POETA ANTONIO HERRANZ NOS ENVIA EL POEMA:
«EL BOTÍN DE LOS AÑOS INUTILES»
LO PODEIS ENCONTRAR EN LA SECCION DESCARGAS
autor del dibujo Jaume Plensa.

EL POETA ANTONIO HERRANZ NOS ENVIA EL POEMA:
LO PODEIS ENCONTRAR EN LA SECCION DESCARGAS
autor del dibujo Jaume Plensa.

El viernes supimos del fallecimiento de Edmundo de Ory, el más raro y solitario de los poetas españoles, y al que dedicamos una sesión en los desaparecidos encuentros literarios del hotel Botánico. El miércoles en la sede del parlamento europeo celebramos las jornadas que junto con nuestros amigos de Arco Europeo Progresista teníamos pendientes, fueron todo un éxito y los ponentes se comprometieron a facilitarnos las ponencias que bajaremos en esta página. En la presentación hice referencias a la hegemonía reaccionaria que nos rodea, y leí un cuento de Antonio Gramsci, que escribió desde la cárcel y que nos incitaba a ir a la raíz de los problemas.
La frase de Godard :” Le droit d’auteur, vraiment c’est pas possible. Un auteur n’a aucun droit. Je n’ai aucun droit. Je n’ai que des devoirs“. me ha facilitado el debate con LUPO en torno a los derechos de autor. Yo que siempre defiendo sus derechos, hasta el punto de no visionar una película bajada ilegalmente de la red, me he visto sorprendido cuando me he encontrado de cerca con un autor. Lo he entendido, lo respeto, y reconozco que es cosa grande, pero también digo que me gustaba mucho más jugar a descubrir quién era ese LUPO que nos hacía las críticas de cine al colectivo.

La Iglesia parece olvidar el mensaje que es su razón de ser. ¿Cómo no extrae consecuencias del pasaje evangélico que denuncia el ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio? ¿No es esto -con todos los respetos- lo que le ha ocurrido a Benedicto XVI en su reciente viaje a España? Así lo han percibido amplios sectores de la ciudadanía. Un abordaje crítico de lo oído en discursos y en declaraciones a periodistas no tiene por qué renunciar a confrontar a la Iglesia con sus contradicciones desde una lectura laica de textos bíblicos.
El teólogo Ratzinger ve la paja en el ojo ajeno al abordar el secularismo de nuestra sociedad prescindiendo de la mirada del Vaticano II hacia la secularización como emancipación de la tutela de instituciones religiosas; no ve la viga propia al pasar por alto el conformismo de la Iglesia cuando peligran sus intereses.
El Papa anda tras la brizna en ojo ajeno cuando se lanza contra logros en derechos, sin reparar en esa viga en el ojo propio que impide la autocrítica por el déficit de derechos en la Iglesia. Se fija en la paja de una mal apreciada situación de la mujer en España, sin ver la viga de la misoginia eclesiástica.
Benedicto XVI ataca el fantasma de un laicismo que compara injustamente con el anticlericalismo de la II República, mientras que la viga en su retina no le deja ver el clericalismo que alimenta el confesionalismo con que la Iglesia defiende privilegios.
Una sociedad democrática no debe dejarse atrapar por lastres que impiden aplicar la Constitución, ni por el relumbrón del poder que solo la debilidad propia otorga a quien no lo tiene. Recordemos, frente a tanta viga, el aforismo de Adorno: «La paja en tu ojo es la mejor lente de aumento». Esa lente que supone la paja sobre la que se concentra una mirada poco evangélica hace ver la conveniencia de una nueva ley de libertad religiosa, clave para articular desde un Estado laico la convivencia en una sociedad pluralista.

FELAS