Este llamado ha sido lanzado por Mikis Theodrakis el domingo 12 de febrero de 2012, con ocasión de la gran manifestación de la plaza Syntagma en Atenas, durante el debate parlamentario sobre la adopción del nuevo Memorándum impuesto por la troika (Comisión Europea, Banco Central europeo, y el FMI) a Grecia. Cuando Theodorakis, 86 años, y Manolis Glézos, 90 años, pidieron a los policías de la unidad especial anti-motines MAT poder dirigirse a la multitud desde las escalinatas del Parlamento, la única respuesta de estos últimos ha sido un disparo tupido de gases lacrimógenos que parecía una tentativa de asesinato. He aquí como se trata en este país «entroikizado» a los hombres que, en Japón, serían como «tesoros vivientes».
Un complot internacional está en curso, con el objetivo de llevar a término la destrucción de mi país. Los atracadores han comenzado en 1975, con el blanco de la cultura griega moderna, después han continuado la descomposición nuestra historia reciente y de nuestra identidad nacional y hoy intentan exterminarnos físicamente mediante el desempleo, el hambre y la miseria. Se el pueblo griego no se subleva para pararlos, el riesgo de desaparición de Grecia es bien real. Yo lo veo llegar en los próximos diez años. El único elemento que va a sobrevivir de nuestro país será la memoria de nuestra civilización y de nuestras luchas por la libertad.
Hasta 2009 la situación económica de Grecia no tenía nada muy grave. Los grandes males de nuestra economía eran los gastos inmoderados para la compra de material de guerra y la corrupción de una parte del mundo político, financiero y mediático. Pero una parte de la responsabilidad incumbe a los estados extranjeros, de los cuales Alemania, Francia, Inglaterra y los EEUU que ganaron miles de millones de euros a expensas de nuestra economía nacional vendiéndonos todos los años el material de guerra. Esta sangría constante nos ha devastado y no nos permitió más seguir avanzando, mientras que era fuente de enriquecimiento para otros países. Se puede decir lo mismo por el problema de la corrupción. Por ejemplo, la empresa alemana Siemens tenía una rama especial encargada de corromper a los griegos, con la finalidad de colocar mejor sus productos en el mercado griego. De este modo el pueblo griego ha sido víctima de este dúo de predadores, alemanes y griegos, que se enriquecieron a expensas de Grecia.
Es evidente que estos dos grandes males habrían podido ser evitados si los dirigentes de los dos partidos políticos pro-norteamericanos no hubieran infiltrados por la corrupción. Esta riqueza, producto del trabajo del pueblo griego, fue así drenada a las cajas fuertes de los países extranjeros. Los políticos han intentado compensar esta huída de capital recurriendo al endeudamiento excesivo que a desembocado en una deuda pública de 300 millardos de euros, es decir, 130% del PBI.
Mediante esta estafa, los extranjeros ganaros doblemente: por una parte, con la venta de armas y de sus productos y por otra parte, mediante los intereses de la deuda gubernamental (y no al pueblo). Como hemos visto, en los dos casos, el pueblo griego fue la víctima principal. Un solo ejemplo bastará para convencerlo: en 1986, Andreas Papandreou tomó deuda por un millardo de dólares a un banco de un gran país europeo. Los intereses de este préstamo no han sido reembolsados más que en 2010 y se elevaban a 54 millardos de euros.
El último año, M. Juncker ha declarado que había subrayado el mismo que la hemorragia financiera masiva de Grecia se debía a los gastos excesivos (y forzados) para la compra de material de guerra – a Alemania y a Francia en particular. Y concluyó que estos vendedores nos conducían a un desastre seguro. Desgraciadamente, reconoció que no había hecho nada para contrarrestar esto, para ¡no perjudicar los intereses de países amigos!
En 2008, la gran crisis económica arriba a Europa. La economía griega no fue salvada. Sin embargo, el nivel de vida que era hasta este momento suficientemente alto (Grecia se clasificaba entre los 30 países más ricos del mundo), se mantuvo prácticamente sin cambios, a pesar del aumento de la deuda pública. La deuda pública no se traduce necesariamente en una crisis económica. La deuda de los grandes países tales como los EEUU y Alemania es estimada en miles de millardos de euros. Los factores determinantes son el crecimiento económico y la producción. Si estos dos factores son positivos, es posible endeudarse con los grandes bancos a una tasa de interés inferior al 5% hasta que la crisis haya pasado.
En noviembre del 2009, en el momento de la llegada de George Papandréou al poder, estábamos exactamente en esta posición. Para que se comprenda lo que el pueblo griego piensa hoy su política desastrosa cito dos cifras: en las elecciones de 2009 el PASOK – el partido de G. Papandreou – obtiene 44% de los votos. Hoy, las encuestas no le dan más que 6%.
M. Papandréou habría podido enfrentar la crisis económica (que reflejaba la de Europa) con los préstamos de los bancos extranjeros a la tasa habitual, es decir, inferior al 5%. Si lo hubiera hecho, nuestro país no habría tenido problemas. Como estábamos en una fase de crecimiento económico, nuestro nivel de vida se hubiera mejorado.
Pero M. Papandréou ya había entablado su conspiración contra el pueblo griego en verano del 2009, cuando el se ha encontrado secretamente con M. Strauss-Kahn, con el fin de poner a Grecia bajo la tutela del FMI. Esta revelación ha sido hecha por el antiguo director del FMI.
Para llegar allí, el cuadro de la situación económica de nuestro país debió ser falsificado, para que los bancos extranjeros tuvieran miedo y elevaran las tasas de interés de los préstamos a importes prohibitivos. Esta operación onerosa comenzó con el aumento artificial del déficit público de 12% a 15% en el año 2009 (Andreas Georgiou, presidente del consejo administrativo del Instituto Nacional de Estadística, ELSTAT, decidió súbitamente en 2009, sin pedir acuerdo, ni informar a su consejo administrativo, contabilizar en el cálculo del déficit público ciertos organismos y empresas públicos que anteriormente no lo habían sido jamás en ningún otro país europeo, excepto Noruega. El objetivo era hacer subir el déficit de Grecia por arriba del de Irlanda (14%), para que sea ella la que tenga el rol del eslabón débil de Europa, NdT]. Hace 20 días, el procurador M. Pepònis llevó ante la justicia a M. Papandréou y a M. Papakonstantinou (ex-ministro de Finanzas), para rendir cuentas sobre este crimen.
A continuación, M. Papandréou y su ministro de Finanzas llevaron a cabo una campaña de descrédito durante 5 meses, en el curso de la cual intentaron persuadir a los extranjeros que Grecia estaba como el Titanic, hundiéndose, que los griegos eran corruptos, perezosos y pues incapaces de hacer frente a las necesidades del país. Después de cada una de sus declaraciones, las tasas de interés subieron, para que Grecia no pudiera pedir más prestado y que pasara por un salvataje nuestra adhesión al FMI y al Banco Central Europeo. En realidad, era el comienzo de nuestro fin.
En mayo del 2010, un ministro, el de Finanzas, firmó el famoso Memorándum, es decir nuestra sumisión a nuestro prestamistas Según le ley griega, la adopción de un acuerdo de esas características debe ser sometida al Parlamente y aprobada por las tres quintos de los diputados. Bien, el Memorándum y la Troika que nos gobiernan, funcionan ilegalmente – no solamente respecto de la ley griega, sino también del derecho europeo.
Desde entonces, suponiendo que nuestro camino hacia la muerte sea representado por una escalera de 20 peldaños, hemos recorrido ya la mitad del mismo. Imaginad que el Memorándum regala a los extranjeros nuestra independencia nacional y la propiedad nacional, a saber: nuestros puertos, nuestro aeropuertos, la red de rutas, la electricidad, el agua, todas las riquezas naturales (en el subsuelo y submarinas) etc. Agregadle a eso nuestros monumentos históricos, como la Acrópolis, Delfos, el Olimpo, Epidauro y otros sitios, una vez que hayamos renunciado a hacer valer nuestros derechos.
La producción ha sido paralizada, la tasa de paro se disparó al 18%, 800.000 comercios han cerrado, como también miles de fábricas y centenas de trabajadores manuales. Un total de 432 000 empresas han quebrado, decenas de miles de jóvenes científicos dejan nuestro país que se cubre más y más de las tinieblas de la Edad Media. Miles de personas que vivían bien hasta una fecha reciente, están ahora a la búsqueda de alimento en la basura y duermen en las aceras.
Entretanto, supuestamente estamos viviendo gracias a la generosidad de nuestros prestamistas, los bancos europeos y el FMI. De hecho, la totalidad del paquete de decenas de millardos de euros tirado sobre Grecia, vuelve a quien lo otorgó, mientras estamos cada vez más endeudados a causa de los intereses insoportables. Y como es necesario mantener funcionando al Estado, los hospitales y las escuelas, la Troika grava a las clases medias y bajas con tasas exorbitantes que llevan directamente al hambre. La última vez que vivimos esta situación de hambre generalizada en nuestro país fue al principio de la ocupación alemana, en 1941, con cerca de 300.000 muertos en seis meses solamente. En nuestros días, el espectro del hambre vuelve a nuestro país infortunado y calumniado.
Si pensáis que la ocupación alemana nos ha costado un millón de muertos y la destrucción completa de nuestro país, ¿Cómo podemos aceptar nosotros los griegos, las amenazas de la Sra. Merkel y la intención de los alemanes de imponernos un nuevo Gauleiter, que esta vez llevará una corbata?
El período de la ocupación alemana de 1941 hasta octubre de 1944, prueba que Grecia es un país rico, y hasta que punto los griegos son trabajadores y conscientes (conciencia del deber de libertad y del amor a la patria).
Cuando la SS y el hambre mataron un millón de personas y la Wehrmacht destruía nuestro país, confiscaba toda la producción agrícola y el oro de nuestros bancos, los griegos pudieron sobrevivir gracias a la creación del movimiento de Solidaridad Nacional y de una armada de partisanos que contaba con 100.000 combatientes, que fijaron 20 divisiones alemanas en nuestro país.
Al mismo tiempo, los griegos han sobrevivido no solamente gracias a su aplicación al trabajo, sino también, en las condiciones de la ocupación, gracias a un gran desarrollo del arte griego moderno, en particular en el dominio de la literatura y de la música.
Grecia ha elegido la vía del sacrificio por la libertad y la supervivencia al mismo tiempo.
Hemos sido atacados, hemos respondido con Solidaridad y Resistencia y hemos sobrevivido. Hacemos ahora exactamente la misma cosa., con la certeza de que el pueblo griego será finalmente vencedor. Este mensaje esta dirigido a la Sra. Merkel y al Sr. Schäuble, subrayando que sigo siendo amigo del pueblo alemán y un admirador de las grandes contribuciones a la ciencia, la filosofía, el arte y la música en particular. La mejor prueba de estas grandes esto es el hecho de que he confiado la totalidad de mi obra musical a dos editores alemanes, Schott y Breitkopf, que cuentan entre los más grandes editores del mundo y mi colaboración con ellos es muy amigable.
Amenazan con expulsarnos de Europa. Si no nos quieren, devolvemos el décuple; no queremos formar parte de la Europa de Merkel – Sarkozy.
Hoy, domingo 12 de febrero, Manoles Glezos – el héroe que arrancó la esvástica de la Acrópolis, dando señal de, no sólo a la resistencia griega, sino también a la resistencia europea contra Hitler _ y yo mismo nosotros nos preparamos para participar de una manifestación en Atenas. Nuestras calles y nuestras plazas estarán llenas de miles de personas que manifestarán su cólera contra el gobierno de la Troika.
Ayer escuché al Primer Ministro-banquero decir, dirigiéndose al pueblo griego, que casi hemos tocado fondo. ¿Pero quién nos amenaza a este punto en dos años? Son los mismos que en lugar de estar en prisión, amenazan a los diputados, para que voten por un nuevo Memorándum peor que el primero, que será aplicado por las mismas personas que nos han llevado a donde estamos. ¿Por qué? Porque eso es lo que nos obligan a hacer el FMI y el Eurogrupo, amenazándonos en caso de no obedecer, con la quiebra… Aquí se representa un teatro absurdo. Los medios que nos odian (griegos y extranjeros) y que son los únicos responsables de la situación dramática de nuestro país, nos amenazan y nos chantajean para poder proseguir su obra destructiva, hasta nuestra extinción definitiva.
En el curso de los siglos, hemos sobrevivido en condiciones muy difíciles. Es cierto que, no solo los griegos van a sobrevivir, pero ellos quieren revivir incluso si se nos conduce a la fuerza al ante último peldaño de la escalera que lleva a la muerte.
Actualmente consagro todas mis fuerzas a unir al pueblo griego. Intento convencerlo de que la Troika y el FMI no son la única salida. Que hay otra solución: cambiar el rumbo de la nación. Girar hacia Rusia para lograr una cooperación económica y la formación de asociaciones que nos ayudarían a poner en valor nuestras riquezas en términos favorables al interés nacional.
Propongo no comprarle más material militar a los alemanes y a los franceses. Haremos todo para que Alemania nos pague las reparaciones de guerra debidas. Estas reparaciones se elevan, con los intereses, a 500 millardos de euros.
La única fuerza capaz de hacer estos cambios revolucionarios, es el pueblo griego unido en un frente de Resistencia y de Solidaridad para que la Troika sea expulsada del país. Paralelamente, hay que considerar como nulos y sin valor todos los actos ilegales (préstamos, deudas, intereses, impuestos, compras de riqueza pública) Por supuesto, los socios griegos – que ya han sido condenados en el espíritu de nuestro pueblo como traidores-, deben ser castigados.
Estoy enteramente avocado a este propósito (la unión en un Frente) y estoy persuadido que lo lograremos. Yo tomé las armas contra la ocupación hitleriana. Conozco los calabozos de la Gestapo. Fui condenado a muerte por los alemanes y milagrosamente sobreviví. En 1967, fundé el PAM (Patriotikò Mètopo – Frente patriótico), la primera organización de resistencia contra la junta militar. Pasé a la clandestinidad. Fui arrestado y encarcelado en el «matadero» de la policía de la junta. Finalmente, también sobreviví.
Hoy, tengo 87 años, y es muy probable que no estaré más el día que mi amada patria sea salvada. Pero moriré con la conciencia tranquila, porque continuaré para cumplir con mí deber para con los ideales de libertad y derecho.
Mikis Theodorakis es un famoso compositor griego y resistente al régimen que instauró la junta de los coroneles
Una obra como la de Georges Franju no puede ser explicada de forma independiente a la revitalización del cortometraje que desde mediados de los 50 preludia el renacimiento del cine francés gracias a la “Nouvelle Vague” y demás jóvenes cineastas surgidos en torno a ésta. La obra como cortometrajista de Franju, muy apreciada por la crítica y la cinefilia en general, abarca catorce films, de los cuales doce pertenecen al cine de no-ficción ―las excepciones son Le Métro (1934), su debút cinematográfico, realizado junto a su amigo Henri Langlois, y La Première nuit (1958)―. Dentro de esta obra, no tan bien conocida en nuestro país como cabría suponer, con la salvedad, claro, de esos dos films-referentes que son Le Sang des bêtes (1949) y Hôtel des Invalides (1951), encontramos una gran variedad de enfoques y temáticas. El propio Franju, teniendo en cuenta el orígen común de la mayoría de esas películas (encargos subvencionados a través de distintas instituciones oficiales), no dudó en agruparlas bajo la etiqueta común de “films culturales de propaganda” (2). En cualquier caso, esa diversidad converge en una misma forma de ensayo cinematográfico muy personal: un documental de “meditación”, por utilizar el término de Noël Burch, que se impone como tendencia dentro del género a partir de la década de los 50, y que tiene en Alain Resnais, Chris Marker o Pierre Kast algunos de sus más brillantes epígonos. Esta forma novedosa está basada, a nivel argumental, en conflictos de ideas surgidos de los propios temas abordados, lo que a su vez determina unas estructuras, digamos “dialécticas”, preocupadas en exponer esas opciones y contra-opciones temáticas a través de la misma forma del film. El estilo de los primeros documentales de Franju no tiene nada que ver con la intención objetiva y socialmente responsable de la escuela documentalista clásica (de los Flaherty o Grierson, por ejemplo). Y si a menudo los argumentos de uno y de otros apenas difieren, lo que los distingue radicalmente “es el funcionamiento de esos argumentos en el interior de un discurso que se ha hecho mucho más proteiforme con la reciente introducción de las dialécticas de materiales y juego de papeles de la cámara, posibilitadas por algunas adquisiciones técnicas” (3). Si bien la ética griersoniana, ese ideal verista en el que la forma está subordinada al “mensaje”, conlleva necesariamente una jerarquización de los distintos aspectos posibles del film de no-ficción (ideológico, informativo, poético…), las meditaciones de Franju incorporan a un tiempo los films de tesis y de arte, la poesía y el comentario social. De manera un tanto simplista podemos decir que, en ellas, se produce una perfecta simbiosis de los conceptos de “fondo” y “forma” (o, si preferimos la nomenclatura de Burch, entre “argumentos“ y “formas”).
La obra documental de Franju, presentada bajo muy diversos aspectos, trasciende siempre los estilos que en un principio parece abordar: el reportaje, como en Navigation marchande (1954) o Le Théâtre National Populaire (1956); el travelogue y/o el film turístico ―En Passant par la Lorraine (1950), Sur le pont d’Avignon (1956), Notre Dame, Cathédrale de Paris (1957)―; o las diferentes posibilidades del documental biográfico: de las meditaciones biográficas (más o menos hibridadas con técnicas de ficción), como Le Grand Méliès (1952) y Monsieur et Madame Curie (1956), a entrevistas filmadas como Rencontre avec Fantômas (1966; rodada para la televisión (4)), dedicada a Marcel Allain, creador junto a Pierre Souvestre de Fantômas, una de las lecturas de cabecera del cineasta bretón.
Sin emargo, la obra de Georges Franju no debe de ser pensada en términos de una ruptura: el documentalista vs el cineasta de ficción. Ambos roles aparecen interconectados por numerosos elementos temáticos, conceptuales, iconográficos, estilísticos. Veamos algunos ejemplos. En Monsieur et Madame Curie y sobre todo en Le Grand Méliès conviven escenas representadas por actores (evocaciones, reconstrucciones dramáticas) con aquellas otras de estricta vocación documental, dando como resultado un todo inusualmente armónico. Películas como La Tête contre les murs (1958) y Ojos sin rostro (Les Yeux sans visage, 1959) no son más que el resultado visible de una estética y de una ética personales de las que sus cortometrajes habían marcado una lenta y fecunda elaboración. En esta última, uno de sus films de ficción más célebres, reaparecen destellos del Franju documentalista: a través del uso de fotos fijas vemos el resultado fallido de los experimentos del Dr. Genessier (Pierre Brasseur) para devolverle el rostro a su hija (Edith Scob). El mismo Franju expresó en numerosas ocasiones una de sus mayores creencias cinematográficas: “Todo el cine es documental” (5).
Le Sang des bêtes y Hôtel des Invalides fueron las primeras manifestaciones significativas de la “forma-meditación”. Ambos films han sido analizados exhaustivamente en tantas ocasiones que apenas me detendré en ellos en beneficio de otras realizaciones menos conocidas del autor de Judex (Judex, 1963). El orden a partir del cual Franju estructura sus documentales es esencialmente poético y se apoya decisivamente en la imagen (a pesar de que utilize de manera recurrente el comentario en off, éste siempre queda en un segundo plano). Basadas en yuxtaposiciones, más que en un discurso explícito que articule un punto de vista o en un simbolismo unívoco, las películas de Franju a menudo pueden resultar ambiguas. En contra de los films “de mensaje”, sus conclusiones quedan libres a un espectador que, a partir de las imágenes a menudo pertubadoras a las que ha sido sometido, puede realizar inferencias no menos inquietantes. Esta ambigüedad, de la que se hacen eco numerosos autores, ha planteado un interrogante tenaz: ¿es Franju realmente un cineasta político? Es evidente que películas como Le Sang des bêtes y Hôtel des Invalides, pero también En Passant par la Lorraine y Poussières, le granjearon una firme reputación de documentalista social. Pero más allá de ésta, la forma de esas películas, su dialéctica yuxtapositiva, es un elemento en sí mismo nítidamente ideológico. Por ello, siguiendo la célebre máxima godardiana podemos afirmar que los films de Franju más que films políticos son “films hechos políticamente”. Tomemos el ejemplo de Hôtel des Invalides. Por su temática, un reportaje dedicado al Museo de la Guerra (de hecho comisionado y distribuido por el Ministerio de la Guerra), podríamos considerarlo un film de propaganda patriótica. Sin embargo, bastan unos pocos minutos de visionado para cambiar radicalmente esta opinión. La fuerza dialéctica de sus imágenes, que combina la sutileza de En Passant par la Lorraine con la violencia acusadora de Le Sang des bêtes, subraya siempre la intención del autor. Así, una panorámica comienza con la desfiguración inhumana del rostro de un herido de guerra para terminar mostrándonos la pléyade de condecoraciones en su pechera. Todo el horror y el absurdo de la guerra surgen de esta confrontación. Como indicó Javier Sagastizábal ―pionero de los estudios sobre el cineasta en nuestro país―, Franju se apoya en los elementos contrapuntísticos a lo largo de todo el film. En otro momento, la cámara recorre uno de los patios del edificio pasando de una estatuta de Napoleón Bonaparte a un veterano, en estado casi vegetativo, paseado en silla de ruedas por una enfermera. El comentario en off («La leyenda tienes sus héroes. La guerra tiene sus víctimas») resuelve todo equívoco posible. Desde luego hay que considerar esa ambigüedad como un elemento propio del discurso del cineasta, pero no como algo reversible o indeterminado, como un intento de escamotearnos su toma de posición frente a la realidad, ya que considero que el sentido último de sus films resulta bastante evidente en todos los casos: la denuncia de los brutales métodos utilizados en los mataderos en Le Sang des bêtes, la diatriba contra la guerra en Hôtel des Invalides, la demostración de la falta de seguridad laboral en Poussières y En Passant par la Lorraine…
(1) A modo de homenaje, el título del presente artículo está tomado del de un texto publicado por Javier Sagastizábal en Film Ideal nº111, enero 1963, de referencia en los estudios sobre el cineasta en nuestro país.
(2) En Brumagne, M.-M.: Franju. Impressions et aveux, Lausana, L’Age d’Homme, p. 24.
(3) Burch, Noël: Praxis del cine, Madrid, Editorial Fundamentos, 1970, p. 164.
(4) Franju es también responsable de una extensa labor documental para la televisión, que incluye tres piezas de la serie Pour le plasir (emitidas entre1966-68) y diecisiete emisiones breves (de una duración de seis minutos y medio) para la serie Chroniques de France (entre1965-76). Desgraciadamente la mayor parte de ellas me son totalmente desconocidas. Para un listado completo de estos trabajos, ver la filmografía incluida en V.V.A.A.: Georges Franju, Madrid/Málaga, XVI Semana Internacional de Cine de Autor de Málaga/Filmoteca Española, 1988.
(5) Franju citado en Sadoul, Georges: Diccionario del cine. Cineastas, Madrid, Editorial Istmo, 1977, p. 182.