11 AM | 21 Oct

Las zapatillas rojas, jueves a las 18 horas

Vicky Page es una aspirante a bailarina dividida entre la danza y el amor. Mientras que su imperioso instructor le insta a olvidar todo excepto el ballet, Vicky comienza a enamorarse del encantador joven compositor. Entonces deberá elegir entre seguir su arte o su romance, una decisión que conlleva consecuencias graves.

Las zapatillas rojas está basada es un cuento de hadas del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen. La obra original habla de una niña que usa estas zapatillas que no la dejan dejar de bailar. Y es este específicamente el tema de la película. Si bailar es más importante que vivir, una vez que Vicky Page (Moira Shearer) empieza a usar las zapatillas de ballet, ya no puede hacer otra cosa. Conflicto que se convierte en el principal una vez que se enamora del compositor de la obra y tiene que decidir entre uno u el otro. La decisión la lleva a un lugar mucho más triste.

La película de The Archers (Powell y Pressburger) es un drama expresionista en fotografía, maquillaje y arte. Recurre a lo onírico valiéndose de algunos efectos provocados por el montaje en el que la realidad se confunde con la obra representada. Esa confusión es propia de la desestabilidad mental y emocional de Vicky Page.

La señorita Page todo lo que quiere hacer es bailar. Borís Lérmontov lo sabe y la manipula en consecuencia.

Lérmontov es un obsesivo productor de ballet. Su nueva obra The red shoes está por estrenarse y para ello la incorpora como prima ballerina de su cuerpo de baile. También contrata a Julian Craster (Marius Goring), un estudiante de composición muy talentoso que se acerca a Lérmontov porque en una obra producida por él han tocado partituras creadas por él sin autorización. Ya desde ese momento conocemos al titiritero Lérmontov.

La película comienza con un grupo de estudiantes universitarios y público en general desesperados por ver la última obra de este productor. Algunos (Craster incluido) desesperados por la música; otros, para ver a la bailarina protagonista.

Así ambos directores plantean dos caminos en la película, a través de los tipos de público; de la misma forma que distinguen a los dos protagonistas que los presenta cada uno por su lado, por su arte. Entonces al principio los vamos a ir viendo separados y trabajando en paralelo. Uno es la música, la otra el baile: ambas partes clave de un Ballet.

Y es el ballet que los une. Ambos carriles se convierten en uno cuando trabajan juntos en la obra The red shoes. Y se enamoran. Lo que propició Lérmontov, es también lo que hace que estalle. Lo que los une, también es lo que los separa.

Esta obra llamada The red shoes que Craster termina componiendo y que Page le da vida con su cuerpo y pies, habla de unas zapatillas que una vez puestas, la bailarina ya no puede dejar de usarlas. No puede dejar de bailar. Intenta parar pero no puede, llevándola a la perdición.

The archers, los directores, toman una decisión riesgosa que se convierte en uno de los mayores artes de esta película. Usan esta obra dentro de la película para contar por partida doble la historia creada por Andersen. Por un lado, la obra creada por la compañía que está siendo retratada y la película se detiene para mostrarla completa (15 minutos aproximadamente de ballet filmado). Como si al mostrarla ya nos estuviera advirtiendo (y probablemente a Vicky también) el final inevitable que le espera.

Por otro lado, lo que está atravesando Vicky en su vida luego de haber bailado esa obra que no solamente la catapultó a la fama en el circuito del ballet europeo, sino también en la que se enamoró del hombre de su vida.

La decisión de que ambas se concentren en el personaje de Vicky Page es clave. Traslada al espectador aún en mayor medida la impresión de que la protagonista quedó envuelta en una maldición por haber interpretado el rol más importante de su carrera. Así es que se le presenta el desafío más importante de su vida: elegir entre bailar y amar. Porque después de todo, ella creía que todo lo que amaba era bailar – más que su propia vida – hasta que aparece otro tipo de amor.

The Red shoes dirigida por Michael Powell y Emeric Pressburger, y estrenada en 1948, fue – y sigue siendo – una sorpresa en el primer visionado. Con ideas para ese entonces innovadoras, trucos a partir del montaje que provocan magia y un uso de lo psicológico para mostrarle al espectador lo que está viviendo el personaje, es fácil entender por qué se convirtió en un clásico, aunque no inmediatamente.

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