Crítica Literaria

03 PM | 04 Mar

TANGO SATÁNICO

 

En una remota región rural de Hungría azotada por el viento y la incesante lluvia,unos pocos miembros de una fallida cooperativa agrícola llevan una vida anodina en un pueblo ya casi fantasmal mientras aguardan impotentes a que un milagro les devuelva el futuro. Hasta que un día reciben la noticia de que, en la carretera que conduce a la aldea, se ha avistado al astuto y carismático Irimiás, desaparecido años atrás y al que daban por muerto. Su simple reaparición infundirá esperanzas en la pequeña comunidad de vecinos, pero también desencadenará acontecimientos desconcertantes y les revelará aspectos que tal vez habrían preferido ignorar. Paródica y mordaz, esta magnífica novela sobre los avatares de la esperanza y el valor de las promesas inspiró la película de culto de Béla Tarr y ya es hoy un clásico contemporáneo.

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06 PM | 25 Dic

Melancolía de la Izquierda


Melancolía de izquierda
24/05/2017 | Michael Löwy

Este brillante ensayo* es un intento de recuperar una tradición ocultada y discreta: la de la “melancolía de izquierda”, un estado de ánimo que no forma parte del relato canónico de la izquierda, más propensa a celebrar los triunfos gloriosos que las derrotas trágicas. Sin embargo, el recuerdo de esas derrotas –junio de 1848, mayo de 1871, enero de 1919, septiembre de 1973– y la solidaridad con los vencidos irrigan la historia revolucionaria como un río subterráneo, invisible. En las antípodas de la resignación, esta melancolía de izquierda es un hilo rojo que cruza la cultura revolucionaria desde Auguste Blanqui hasta Walter Benjamin, pasando por Gustave Courbet y Rosa Luxemburgo, como también el cine crítico. Traverso revela con vigor y de modo contraintuitivo toda la carga subversiva y liberadora del duelo revolucionario.

La historia del socialismo a lo largo de dos siglos ha sido una constelación de derrotas, trágicas, a menudo sangrantes; pero esto no induce a la aceptación del orden establecido, sino todo lo contrario. En su último artículo, de enero de 1919, Rosa Luxemburgo escribió: “La vía al socialismo está pavimentada de derrotas… En ellas hemos fundado nuestra experiencia, nuestros conocimientos, la fuerza y el idealismo que nos animan.” El mismo espíritu anima a Che Guevara cuando, en octubre de 1967, dice a sus asesinos: “Hemos fracasado, pero la revolución es inmortal.” Sin embargo, esta dialéctica de la derrota podía conducir, señala Traverso, a una especie de teodicea seglar, con una fe casi religiosa en la victoria final. Es mejor reconocer, como hizo la propia Rosa Luxemburgo en 1915, que el futuro sigue siendo incierto: “socialismo o barbarie”.

Contrariamente a las derrotas gloriosas del pasado –1848, 1871, 1919–, la de 1989 (la caída del Muro de Berlín, seguida de la restauración del capitalismo) es una derrota oscura que genera desencanto. De ahí el desarrollo, a partir de esos años, de un marxismo melancólico, del que Daniel Bensaid es uno de los representantes más eminentes. Su arte reside, según Enzo Traverso, en la organización del pesimismo (fórmula de Walter Benjamin): asumir un fracaso sin capitular ante el enemigo, sabiendo que un nuevo comienzo adoptará formas inéditas.

La melancolía de izquierda se expresa mejor en las creaciones del imaginario revolucionario que en las controversias teóricas. El libro explorará por tanto esta sensibilidad en el cine, a través de las obras de Chris Marker, Gillo Pontecorvo y Ken Loach. Contrariamente a la historiografía, el cine no aspira a la exactitud, pero muestra la dimensión subjetiva de los acontecimientos, lo que lo convierte en un barómetro de la experiencia revolucionaria. Marxista anticolonialista, Pontecorvo es el realizador por excelencia de las derrotas gloriosas que preparan el futuro, como en La batalla de Argel (1966) o en Queimada (1969), que Edward Said consideraba “una obra maestra”. El mismo juicio puede aplicarse, en cierta medida, a Tierra y libertad, de Ken Loach, que proyecta una mirada melancólica, pero “todo menos resignada”, sobre la revolución española de 1936-1937. Su película quiere ser un monumento a las revoluciones del siglo XX, un monumento épico, pero ni dogmático ni lirico, impregnado de duelo.

Otra obra maestra, Rua Santa-Fé (2007), de Carmen Castillo, es un epitafio dedicado a la memoria de su compañero Miguel Enríquez y de las revoluciones latinoamericanas de la década de 1970. Distinta de la película de Ken Loach, esta es ante todo un documento sensible: Carmen Castillo no indaga en las razones de la derrota, sino en las emociones que esta ha generado, así como en las reacciones de la juventud chilena actual, que “se apropia la memoria de los vencidos”. Las páginas que consagra Enzo Traverso a esta película figuran entre las más logradas del libro.

Las películas de estos tres cineastas, como también las de Theo Angelopoulos o Patricio Guzmán, describen el siglo XX como una edad trágica de revoluciones quebradas y utopías derrotadas. Su melancolía de izquierda expresa el duelo colectivo de una generación.

Traverso dedica un capítulo a lo que denomina “melancolía poscolonial”, que adopta dos formas: l) desencanto ante las descolonizaciones fallidas y 2) decepción ante el desencuentro entre marxismo y anticolonialismo. Analiza con mucha finura los escritos de Marx, destacando tanto su visión eurocéntrica inicial como su progresiva superación a partir de la década de 1860. En el transcurso del siglo XX, la historia del marxismo es indisociable de los movimientos de liberación nacional, por mucho que los marxistas occidentales (Lukács, la Escuela de Fráncfort) hayan ignorado la lucha de los pueblos colonizados. A mi juicio, esta limitación es innegable, pero no creo que haya generado una “melancolía de izquierda”, contrariamente a la primera forma de la “melancolía poscolonial” –la de las independencias fallidas–, de la que Enzo Traverso habla muy poco, pero que ha pesado mucho sobre una generación de militantes anticolonialistas.

El último capítulo del libro está dedicado a nuestro amigo Daniel Bensaid. En la nueva coyuntura creada por los años noventa (restauración del capitalismo en la URSS y Europa del Este), Daniel tratará de repensar la historia a partir de Marx y Trotsky, aunque también de la “galaxia melancólica” –Baudelaire-Blanqui-Péguy-Walter Benjamin–, como el terreno de lo incierto y lo posible, de las arborescencias y las bifurcaciones. Se puede criticar la lectura que hace Bensaid de los escritos de Benjamin –en particular de sus Tesis sobre el concepto de la historia–, porque deja de lado la dimensión teológica y la relación con la utopía. Sin embargo, esta lectura atípica, no convencional, fue una de las primeras en destacar la dimensión política de Benjamin. Más que una interpretación erudita del texto, el ensayo de Bensaid, Walter Benjamin, sentinelle messianique(1990), es una reflexión a partir de Benjamin, a quien utiliza como una brújula para los revolucionarios en la tempestad de 1989-1990. La revolución ya no puede plantearse como “inevitable”: hipótesis estratégica y horizonte regulador, solo puede ser objeto de una apuesta melancólica (la apuesta de Pascal revisada y corregida por el marxista Lucien Goldmann).

En conclusión, Enzo Traverso critica el discurso normativo actual, que presenta el régimen liberal y la economía de mercado como el orden natural del mundo, estigmatizando las utopías del siglo XX. Para este discurso dominante, la melancolía de izquierda es culpable debido a sus vínculos con los compromisos subversivos del pasado. Sin embargo, la propia izquierda ha rechazado a menudo la melancolía para “no desesperar a Billancourt” 1/. Es hora de descubrir esta melancolía rebelde que se diferencia tanto de la resignación como de la “compasión” por las víctimas. Es uno de los atributos de la acción revolucionaria y está inscrita en la historia de todos los movimientos que, desde hace dos siglos, han intentado cambiar el mundo. Porque “es con las derrotas como se transmite la experiencia revolucionaria de una generación a otra”. Creo que el autor de Le Pari mélancolique 2/ (1997) estaría de acuerdo con esta conclusión…

* Mélancolie de gauche : La force d’une tradition cachée (XIXe-XXIe siècle). Enzo Traverso. La Découverte, Paris, 2016

11/04/2017

Artículo publicado originalmente en www.contretemps.eu

Traducción: viento sur

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10 PM | 04 Dic

El marxismo de Gramsci:

NOVEDADES EDITORIALES

El marxismo de Gramsci: nueva publicación de ediciones IPS

El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel, de Juan Dal Maso, es el primer título de esta nueva colección , orientada a la publicación de obras de autores actuales que abordan distintas cuestiones sobre teoría, política y de debate marxista.

Partiendo de un enfoque metodológico que destaca la coherencia interna del pensamiento de Gramsci, este trabajo reconstruye algunas de sus principales ideas, como hegemonía, crisis orgánica, revolución pasiva, guerra de posición y guerra de maniobra, el moderno Príncipe, el Estado integral, nacional-popular, entre otras, proponiendo una relectura de la cuestión de la hegemonía y sus relaciones con la teoría de la revolución permanente. Para ello explora los orígenes comunes de ambas teorías, así como diversos elementos de confluencia entre el pensamiento de Gramsci y el de Trotsky. Con una amplia bibliografía, este libro incorpora una valoración crítica de obras de distintos autores de relevancia en los estudios gramscianos a nivel internacional, como Gianni Francioni, Fabio Frosini, Peter D. Thomas, Alvaro Bianchi, Massimo Modonesi, entre otros.

El libro consta de una introducción a la vida y obra de Gramsci, un primer capítulo que propone las categorías de “traducibilidad de los lenguajes” y “nuevo concepto de inmanencia” como criterios de lectura inherentes a la propia construcción de la argumentación gramsciana, es decir que unen los planos de la política, la filosofía, la historia y la economía, buscando una “nueva síntesis” y establecen un nexo entre las reflexiones filosóficas y las políticas de los Cuadernos de la cárcel.

El segundo capítulo retoma las polémicas de Gramsci contra Croce y Bujarin, analizando la relación entre la crítica de Gramsci a Croce y las polémicas contra el reformismo, así como la importancia del “nuevo concepto de inmanencia” que Gramsci esgrime en sus críticas a Bujarin, a la hora de construir conceptos “integrales” es decir que unan los planos de la filosofía, la política, la historia y la economía.

El tercer capítulo está centrado en la cuestión del Estado integral, retomando las definiciones clásicas de Gramsci así como sus relaciones con los puntos de vista de Trotsky sobre las reconfiguraciones del poder estatal en el períodos de entreguerras, con especial énfasis en la cuestión de los sindicatos, recuperando asímismo algunas polémicas “clásicas” sobre el tema y la importancia de la categoría para el pensamiento estratégico marxista.

El cuarto capítulo explora las relaciones entre revolución pasiva, revolución permanente y hegemonía, destacando los puntos de confluencia y las diferencias entre Gramsci y Trotsky, el rol de la cuestión de la revolución permanente en el pensamiento de Gramsci y los términos en que se relacionan las ideas de “guerra de posición” y “guerra de maniobra” en ciertos pasajes claves de los Cuadernos.

El quinto capítulo está centrado en la cuestión de la hegemonía, analizando distintos planos desde los cuales pueden pensarse el concepto: estratégico (ligado a las cuestiones de la guerra civil y la insurrección), en la sociedad de transición y en la sucesión histórica del capitalismo por el socialismo y el comunismo.

El sexto capítulo retoma los debates sobre el moderno Príncipe y la cuestión del partido, explorando las tensiones entre “partido-proceso” y “partido-policía” y las complejidades de la argumentación gramsciana sobre el tema, su relación con la “democracia fabril” y la cuestión político-militar. El séptimo capítulo analiza los puntos de vista de Gramsci sobre la cuestíon del Estado obrero, la transición al socialismo y la extinción del Estado, así como sobre las relaciones entre la categoría gramsciana de “parlamentarismo negro” y la cuestión de la democracia soviética.

El octavo capítulo retoma el itinerario de Gramsci en América Latina, explorando las acepciones del término Occidente en los Cuadernos de la cárcel, los alcances de la categoría “nacional-popular” y los debates recientes sobre el uso del concepto de revolución pasiva para analizar el reciente ciclo de gobiernos “posneoliberales”. En el epílogo se plantean algunas conclusiones generales sobre los aportes y límites del pensamiento de Gramsci para pensar la reconstrucción y renovación del marxismo revolucionario en la actualidad.

Escrito con rigor y concisión, El marxismo de Gramsci es un libro de gran utilidad tanto para quienes recién se inician en la lectura del comunista sardo como para los conocedores de su obra, y para todos aquellos interesados en reflexionar sobre los problemas actuales de la teoría marxista.

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