Artículos

07 PM | 14 Nov

Eterno Retorno (a través de un cuento)

Patricia Lambas Domingo

 

Pero el movimiento de la literatura es ese deslizamiento de una escena a la misma escena que se repite con una forma apenas modificada, apenas deformada, apenas alterada…

Por qué me gusta Barthes, Alain Robbe-Grillet

Laura está buscando un libro de Ricardo Piglia en el trastero. No recuerda dónde lo puso, como no recuerda ya tantas otras cosas. Hace unos días cumplió ochenta años. 80: redondito como las velas rojas que pusieron sus nietos en esa empalagosa tarta que tan mal le sentó. Ahora pasa sus dedos por las estanterías, pero caray, qué desorden, qué suciedad. Todo empezó ayer. Cogió un libro de Ida Vitale, De plantas y animales, y ahí estaba, el acontecimiento. O así imagina Laura que lo ha estado escuchando y leyendo a lo largo de su vida, en forma de gran acontecer, como si no fuera algo normal, y sí algo que había que tener en cuenta, algo memorable, algo que hay que contar una y otra vez para no olvidarlo. Y quizá Laura lo olvida una y otra vez, pero siempre vuelve a aparecer. Ida Vitale, con su voz, se hace eco en una página del gran suceso: Cuando en la adolescencia leí a Nietzsche y supe algo de su vida, me conmovió su locura final, cuando compadecido ante un caballo de tiro maltratado por quien lo guiaba, le abrazó la cabeza y lloró con él como con un hermano. Sí, a partir de esa escena, un antes y un después: Nietzsche cuerdo, Nietzsche loco.

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06 PM | 07 May

Decencia personal, decencia política.

El 5 de mayo, coincidiendo con el 76 aniversario de la liberación de Mauthausen, se ha inaugurado en Zamora un memorial a los veintitantos zamoranos del exilio que tuvieron la desdicha de padecerlo. Dentro, perecieron la mayoría.

Se trata de un acto de reconocimiento promovido por el único consistorio de capital de provincia liderado por un alcalde comunista. En estos tiempos, en los que aquí retiran placas de republicanos represaliados, el hecho tiene una especial relevancia que viene a aliviar, en parte, la amarga resaca electoral madrileña, durante cuya campaña los ciudadanos fueron emplazados, mendazmente, a elegir entre comunismo y libertad.

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11 PM | 18 Abr

Carta al deseo

Carta al deseo

Eres impulso poderoso de vida. Eres tú el que nos lleva a sujetarnos a ella desde el primer aliento, dirigiéndonos a ciegas hacia el pezón del que emana alimento y siguiendo tus dictados descubrimos el primer placer: el del contacto de piel, labios y lengua con la piel de otro ser humano que aún no sabemos que es otro, ni más ni menos que el cuerpo madre capaz de satisfacer ese dolor primigenio que es el de la necesidad, la carencia de algo que no sabemos qué es. El hambre, la sed, pero también ser tocados, acariciados, besados, sentirnos sostenidos y amados.

Eres tú, el deseo, el que nos hace hedonistas innatos: al satisfacerte descubrimos el gozo y luego ya no hay vuelta atrás. Nos pasamos la vida entera buscando repetir la exultante sensación de plenitud, el éxtasis del que tanto nos han hablado los poetas, un éxtasis pequeño y cotidiano o en su forma más violenta y repentina, totalizador. La manzana prohibida, el conocimiento no era más que eso: descubrir el alcance de nuestra capacidad para el placer.

Nacimos para gozar, pero la humanidad ha inventado miles de formas de domesticarte: la represión, el miedo, la desconfianza. Se han establecido leyes para que no fueras el soberano absoluto de nuestra existencia: un mundo regido únicamente por ti sería un mundo que desatendería a los enfermos y desvalidos; si solo te hiciéramos caso a ti, nos impulsarías a alejarnos de todo lo que no fuera placer y no habría vínculos ni familia, ni sociedad, ni paz, ni trabajo. Aunque siendo justos hay que reconocer que eres también tú, deseo, lo que nos lleva a hacernos cargo de los demás y encontrar satisfacción en tareas que nos son obligadas. Esa es también tu complejidad e inteligencia: que te manifiestas en distintas direcciones, que a veces eres contradictorio, que no siempre eres lo que pareces.

Deseo de otro, de consumirlo para la propia satisfacción, pero también deseo de fusionarnos, de darnos enteros. Qué invento prodigioso eres: capaz de imbricar en un solo tallo el placer propio y el del otro, hacer que la mutua satisfacción trence dos cuerpos cuyos límites llegan a confundirse. Gracias a ti, aunque sea durante un breve instante, dejamos de ser el triste animal que nace solo y muere solo. Eres tú, el deseo, el que desmiente a los existencialistas: empujados por ti, hemos descubierto y vivido en propia piel que el paraíso está en los demás.

Tu fuerza ha llevado a los humanos a sus mayores creaciones. Sublimándote, expresándote de las formas más elaboradas, algunos te han transformado en arte: poetas, pintores y músicos virtuosos en todos los campos te han convertido en obras que al ser vistas, leídas o escuchadas invocan tu presencia en quienes te tienen un poco olvidado. Eres la vida.

Te asustan el dolor, la enfermedad y la muerte, y por eso en estos tiempos a veces te escondes, tiritas y dudas, no sabes si tienes derecho a comparecer. Pero hoy más que nunca te necesitamos, deseo, para que, como hicieras al nacer, nos vuelvas a impulsar hacia la vida y nos alejes de la muerte.

La escritora Najat el Hachmi ha ganado el último Premio Nadal con El lunes nos querrán.

 

 

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10 AM | 14 Feb

Respuesta a Javier Cercas de Eugenio

Ya empieza a ser cansino eso de defender la Monarquia declarándose republicano, como hace Javier cercas, y no solo él. No me lo creo. Lo que parece es que les da una cierta vergüenza intelectual, cierto pudor, que todavía creen tener, al defender un sistema político coronado y necesitan legitimarlo, diciendo que lo defienden en nombre de la democracia e incluso de la izquierda que trajeron los antifranquistas. ¡Manda huevos, que diría aquél¡. Encima se creyeron o nos hacen creer, porque ellos tampoco se lo creen, que la conquistamos, que la izquierda nos trajo la monarquía.

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