SINOPSIS PARA UN RECONOCIMIENTO
Las lágrimas de Petra son falsas.
Karin no sabe amar.
Fassbinder llora amargamente detrás de la cámara.
Una cama puede ser una cárcel;
el amor, una manera de despertar al dolor;
el matrimonio, un acuerdo para descubrir el fracaso.
La maternidad puede transformarse en desprecio;
la amistad, en un disimulado reproche.
Los mitos son una explicación para saber de dónde venimos.
La humillación puede ser una elección de vida.
La libertad es poder amar a quien quieras;
el odio, una forma de esclavitud.
El teatro es construir una nueva realidad.
La realidad es puro teatro.
La precisión en la mirada enseña una verdad escondida.
El espacio que habitamos puede ser, a la vez, infierno y paraíso.
¿Pueden los maniquíes tener sentimientos?
El cine nunca será motivo de frustración.
Antonio Herranz
Era una promesa tentadora. La utopía del tercer milenio presagiaba la comunicación sin límites. Con la superación de antiguos tabúes, la aparición de los teléfonos inteligentes y la exuberancia de amistades en redes sociales, el futuro auguraba un desconocido esplendor de conversaciones y conexiones. Y, sin embargo, hoy nos descubrimos atrincherados mentalmente y más solitarios que nunca. Aunque compartimos una honda sed de atención y escucha, hacemos oídos sordos y nos hablamos con hostilidad o indiferencia. En todas partes aflora una queja recurrente: la falta de consideración. Unas pocas personas reciben todo el reconocimiento, mientras una inmensa mayoría se siente desatendida, acallada y aislada.
Buena parte de las conversaciones cotidianas son distraídas y rutinarias. Se arrojan palabras al vacío para llenar el tiempo y conjurar la incomodidad. Nos educan para temer el silencio como algo hostil, pero lo esquivamos con torpeza. Seríamos personas distintas si los encuentros que decidieron el rumbo de nuestra vida hubieran sido menos mudos y superficiales, si de verdad hubiéramos intercambiado pensamientos. Quizás este mundo hechizado por la exuberancia de información empieza a añorar el placer —y el poder— de la conversación. Como dijo Luis Buñuel: “Yo adoro la soledad a cambio de que un amigo venga a hablarme de ella”.
La libertad conlleva responsabilidad. En el siglo XXI los ciudadanos no somos llaneros solitarios, sino más bien pasajeros del Metro en una hora punta perpetua.
Noam Chomsky, uno de los intelectuales más influyentes de Estados Unidos, escribió que los medios de comunicación en Estados Unidos “son instituciones ideológicas poderosas que generan un apoyo propagandístico efectivo del sistema, confiando en las fuerzas del mercado, auto-censura y sin coerción obvia”. A este proceso le puso el nombre de manufacturing consent (fabricar consentimiento). Se trata de un estudio sobre la economía política de los medios de comunicación estadounidenses que sigue considerándose de gran importancia.
Esta primavera celebramos los libros al estilo cervantino: encerrados en nuestros cuartos, engalanando las horas con imaginación y lecturas. En nuestros anaqueles, en nuestras fieles bibliotecas, cada volumen es un umbral que ningún confinamiento impide traspasar. Don Quijote y Sancho montaron en el inmóvil Clavileño, un mágico caballo de madera, y soñaron que galopaban por el firmamento entre rebaños de estrellas. A lomos de nuestros clavileños de papel, cabalgamos desde el sillón hacia desconocidas lejanías. En la literatura exploramos nuestros deseos y todas las vidas posibles, pero también las cicatrices que deja cada crisis, cada epidemia, cada desgracia que hiere la piel de los sueños humanos. En ella aprendemos que no hay nada nuevo bajo las sombras, tampoco hoy.
Política anticapitalista en tiempos de COVID-19
David Harvey 22/03/2020
Cuando trato de interpretar, comprender y analizar el diario flujo de noticias, tiendo a ubicar lo que está pasando con el trasfondo de dos modelos de cómo funciona el capitalismo que son distintivos pero se entrecruzan. El primer plano estriba en la cartografía de las contradicciones internas de la circulación y acumulación del capital como flujos del valor del dinero en busca de beneficio a través de los diferentes “momentos” (como los denomina Marx) de la producción, realización (consumo), distribución y reinversion. Se trata de un modelo de la economía capitalista como una espiral de infinita expansión y crecimiento. Se vuelve bastante complicado a medida que se va elaborando a través, por ejemplo,de las lentes de rivalidades geopolíticas, desiguales desarrollos geográficos, instituciones financieras, políticas de Estado y reconfiguraciones tecnológicas, y de la madeja siempre cambiante de las divisiones del trabajo y de las relaciones sociales.