08 PM | 09 Abr

ELECCIONES ANDALUZAS

elecciones andaluzas

 

por EUGENIO

 

El PSOE ha ganado, claramente, en Andalucia, aunque ha perdido más de 100.000 votos. No me enredo en si ha ganado el PSOE o Susana Díaz, pero convendremos en que la fuerte personalidad política de esa mujer ha resistido el castigo de los ciudadanos que se merecía el Partido Socialista por la corrupción de muchos años en esa Comunidad, tanto en los nauseabundos ERES como en los Cursos de Formación, y quién sabe si algo mas que no haya salido aún. Son cientos de imputados que sus responsables máximos no podían no saber.

 

Susana Diaz, como mínimo, ha sido un complemento fundamental, en su relativo éxito. Quizás, también, haya contribuido al olvido ciudadano el hecho de que Griñán, supo irse, antes de ser imputado, sin autocrítica eso también, y antes de que la ciudadanía contabilizara su rechazo y pudiera dar el voto a otras fuerzas emergentes que no existían aún, aunque sigan sin dimitir de sus puestos en el Senado, él y Manuel Chaves, una vez “imputados” por la Juez Alaya. También a que el PP sacrifica uno tras otro candidatos que no tienen credibilidad entre los andaluces, y que no se atreven a alzarle con la victoria por el miedo y desconfianza que, desde que luchó contra su autonomía del 151 de la Constitución, aún les produce, además de las políticas austericidas en momentos de crisis.

 

Pero es verdad que ante la llegada de PODEMOS, que temían, resolvieron relativamente bien con Susana Diaz, adelantando las elecciones, cogiendo a las otras formaciones, PP y PODEMOS, en el primero caso, el PP, sin candidato muy conocido, Moreno, el perdedor de las mismas, a pesar de ser el 2º mas votado, y en el segundo, PODEMOS, sin estructura territorial consolidada ( nopudieron hacer primarias antes, como estaba previsto, para la Secretaría General y el Consejo Ciudadano).

 

Por cierto, a diferencia del PSOE, en PODEMOS hicieron primarias abiertas a todo el mundo, para elegir candidatos, y votaron los andaluces que quisieron hacerlo, a pesar de las prisas por el adelanto electoral, y nadie designó a nadie con el dedo, como el PSOE a un independiente, Angel Gabilondo en Madrid, con Asambleas de militantes plebiscitarias, sin primarias, ni abiertas ni cerradas. Esto que parece una minucia, es lo más importante para los ciudadanos y la democracia, para que los Partidos no sean estructuras oligárquicas, una casta donde manden unos pocos del aparato y se conviertan en profesionales permanentes, y los ciudadanos podamos revocarlos en cualquier momento, y elegirlos siempre en convocatorias abiertas, aunque no sean militantes del partido.

 

Sobre el resultado, hay que estar de acuerdo con Carolina Bescansa en que es insuficiente para PODEMOS, a pesar de ser un éxito histórico (pasar de 0 a 15 diputados), para ganar las elecciones generales, que es el objetivo principal, porque con un 15 % en Andalucia, si se repitiera ese resultado en las generales, sería muy difícil ganarlas por mayoría, en todo el Estado. Hay tiempo para trabajar, para que se sepa lo que proponen de rescate ciudadano y habitacional, y cambio de modelo productivo y energético, mas incrustado en el tejido social y empresarial de esa tierras y potenciando las energías renovables para producción y consumo en una zona de sol ilimitado, además de evitar el clientelismo y la corrupción, con mas transparencia. Veremos también el programa electoral general que tendrán que empezar a preparar y debatir para que sea conocido por la ciudadanía. Si se consiguiera un acuerdo transitorio (de transitar juntos, no de coalición de partidos) con Izquierda Unida a nivel nacional, o, al menos en algunos territorios, como el andaluz, la hegemonía en la izquierda podría cambiar y PODEMOS convertirse en la alternativa real al PP, o a lo que quede de él.

 

Para el PSOE, que podrá gobernar solo en Andalucia, con pactos puntuales con el PP (cambio de cromos “te apoyo a ti aquí y me apoyas a mí en los Alcaldes mas votados según mayoría”), o CIUDADANOS ( estos han exigido ya la dimisión del Senado de Chaves y Griñan para apoyarlo), todo quedaría en suspenso hasta las generales y lo que pase en este tiempo en las autonómicas y municipales. Porque aquí tiene su gran problema el PSOE, si en Madrid, Valencia, y otras no consiguen buen resultado, y “pinchan”, como indicaban las encuestas antes de las elecciones andaluzas, que les han hecho respirar, van a tener la  tentación de cambio en el cartel electoral, porque no podrán ser alternativa general al PP, y PODEMOS tomaría el relevo para ganarlas, aunque sea por mayoría minoritaria.

 

En el caso del PP ya era hora de que sufriera un castigo dado su nivel de implicación en la corrupción del sistema, y en la pérdida de riqueza y empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras del país, que ha hecho tanto daño en una región pobre, a pesar de que se ha amortiguado algo porque el PSOE, en coalición con IZQUIERDA UNIDA, ha tenido algo más de sensibilidad en los efectos de la crisis en Andalucía, a pesar de sus estructuras corruptas después de tantos años de poder, y de su neoliberalismo irredento. Para el PP el problema lo tiene con CIUDADANOS que es el reducto de los descontentos con ese partido y que está creciendo, rápidamente a su costa, como alternativa de derechas regeneracionista.

 

El tiempo es escaso y la oportunidad única para que los partidos regeneracionistas, PODEMOS y CIUDADANOS, puedan renovar el mapa electoral y el sentido del nuevo reparto del poder que se avecina. ¿Llegarán a tiempo de hacerlo apelando a la transversalidad entre los sectores de la población que aún no votan? O, por el contrario, ¿los partidos tradicionales recuperarán la credibilidad algo y se producirá empate técnico con 4 partidos con % de votos similar?. Este es el asunto clave y depende de muy pocas cosas, aciertos o errores de cada uno de los 4 partidos, en el tiempo que queda, y de cómo los veamos los ciudadanos a partir de ahora.

 

El enemigo de PODEMOS para mí debería ser el PP, la derecha española incapaz de renovarse, ya no tanto el PSOE, al que puede necesitar para una mayoría política en el parlamento, que cambie este país. Queda la posibilidad, en Andalucía, de que PODEMOS negocie la abstención en la votación de investidura de Susana Díaz con un acuerdo de algunos puntos mínimos de su programa de emergencia ciudadana. Todo dependerá de la valoración que hagan los ciudadanos a nivel general sobre su sentido de la responsabilidad institucional, atendiendo al cumplimiento de las reglas del juego de la democracia parlamentaria, permitiendo que gobierne el PSOE allí, para ganar credibilidad y transversalidad, en las mayorías sociales sufridoras de la crisis, que necesitan también transparencia, y que aún no votan, cara a los próximos comicios autonómicos y generales.

 

En todo caso, si el PSOE no  atiende demandas mínimas sobre corrupción, sobre desahucios diarios de Bancos a familias empobrecidas por las políticas que controlan y dirigen, y sobrecostes de asesores innecesarios…, es que el PSOE no está en condiciones de liderar procesos regenerativos de la democracia.

 

En mi opinión, para las próximas campañas electorales, el debate de los programas puede ser una clave, y, en quién confíe la ciudadanía para llevarlos a cabo, para regenerar la democracia y recuperar la dignidad de los ciudadanos y un futuro económico con igualdad razonable. Me adelanto a pensar que el programa de PODEMOS, su veracidad y realismo y la ilusión que genere, van a ser muy influyentes. No debería ser un programa socialdemócrata al uso, de raíz keynesiana en economía, porque eso ya no es suficiente. Y debe ser muy participativo.

 

En mi opinión, debe ser un programa que aborde por primera vez en España una economía feminista, una economía ecológica y una economía social, además de una ecología individual que nos haga sentirnos ciudadanos de verdad, recuperar las instituciones para los ciudadanos, resistiendo a los poderes que nos  manipulan, y roban o secuestran la democracia, hoy en crisis degenerativa. En este sentido, el texto sobre el CUIDADO denominado “ES AHORA Y CON NOSOTRAS”, que han elaborado para el debate, y que no ha sido objeto del mismo, (¡tanto pedían programa a PODEMOS, que ahora no interesa, mentira todo mentira, era para desgastarlos, nada mas!), abre la posibilidad a una economía feminista de nuevo cuño indispensable para la igualdad de género, la universalidad de la educación de 0 a 3 años, la copaternidad, y la igualdad en general. Ojalá sigan las aportaciones por ese camino en lo ecológico y en lo social, además de lo relativo a la transparencia y la corrupción, que se les supone.

 

Las elecciones autonómicas van a tener una gran importancia, pero sin duda las catalanas en Septiembre serán decisivas, porque un PSOE y un PP a la baja allí, casi desaparecidos, hará imposible una mayoría política en el parlamento español, y todo dependerá del bocado que PODEMOS puede conseguir allí, al independentismo catalán.

 

También aquí la esperanza de no quiebra del Estado, territorialmente, en el corto y medio plazo, ante la marginalidad previsible del PP y del PSOE, en esas tierras catalanas, es PODEMOS. Claro que la estructura del Estado, entonces, tiene que ser distinta a la actual. Mas federal o confederal, según la relación de fuerzas.

 

Veremos

 

Eugenio

 

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1 comentario

  • Colectivo Rousseau

    Manolo Monereo
    Cuarto Poder

    Hay que insistir una y otra vez en que la clave siempre está, y en estos momentos históricos mucho más, en saber cómo mandan los que no se presentan a las elecciones. La cuestión básica, a mi juicio, es saber “leer e interpretar la fase”: lucha denodada, sistemática y sin cuartel entre pasado y futuro, continuidad y cambio, restauración dinástica-oligárquica o ruptura democrático-plebeya. Todo lo demás, creo, debe leerse en el marco de este conflicto de clase y, sobre todo, de poder, incluidas las elecciones andaluzas.
    La política es un arte y la estrategia, su instrumento principal. Susana Díaz, la Presidenta de la Junta de Andalucía, cuando convocó anticipadamente las elecciones andaluzas sabía lo que hacía: situar “a contrapié” a Podemos, destrozar al PP y quitarse de en medio a una díscola IUCA dirigida por Antonio Maíllo, alguien que no era de los suyos. Todo el mundo estaba de acuerdo en esto y las elecciones le han dado la razón. Hasta aquí, todo normal, todo previsible. Hay que ir más allá.

    ¿Qué es lo específico y qué es lo general de las elecciones andaluzas? Deberíamos centrarnos en esto. La jefa de Andalucía es “orgánica del poder”, es decir, tiene conciencia de Estado: hay que defender al régimen y oponerse con todas las fuerzas a la ruptura democrática. El instrumento debe ser el PSOE y ella, la dirigente, la que decide. Es su misión histórica, defender a la clase política, al bipartidismo y, sobre todo y más, a los grupos del poder, a los que mandan y no se presentan a las elecciones. Ella lo sabe bien, mejor que nadie; es aparato, ‘purito’ aparato. El rey es la clave porque asegura la estabilidad del poder y que todo siga como debe ser, igual, es decir, que los Botín sigan mandando.

    El verdadero partido del régimen es el PSOE. Felipe González se lo enseñó. El PP es demasiado derecha, demasiado comprometida con las clases parasitarias y clasistas. El PSOE es ‘moderno’ y abierto al mundo. Ellos saben hacerlo, es decir, encontrar el “centro de gravedad” donde se hace posible que las clases subalternas (los asalariados y asalariadas; los trabajadores y trabajadoras) acepten que los que mandan deben seguir mandando. No es fácil, pero ellos saben el secreto. Si les dejan, si confían en ellos, si los apoyan y los financian abundantemente, demostrarán que son capaces de defenderlos mejor que nadie, mejor que el PP de Rajoy. Esta es la batalla que Susana Díaz ha ganado en Andalucía. La duda es si Pedro Sánchez será capaz; pero si no lo es, ella siempre estará ahí asegurando la línea de defensa última y la gobernabilidad del sistema.

    En Andalucía ellos son un régimen, es decir, la cristalización de una estructura de poder, un formidable dispositivo político organizado, estructurado y legitimado por más de treinta años de ejercicio sistemático de dominio sobre la cosa pública. En unos años hemos visto cómo el PSOE pasa de ser un partido andaluz, el principal si se quiere, al Partido de Andalucía. La clave es una inmensa capacidad para neutralizar el conflicto social. Los ERE son eso, medios, instrumentos para desactivar la relación entre lucha social y política, conflicto y poder en Andalucía. La sociedad civil ha sido reorganizada desde las instituciones e integrada. Se practica un juego donde la discriminación y cooptación de las diversas y singulares oposiciones (sociales, culturales, políticas) son sabiamente dosificadas.

    La urdimbre del poder creado durante tantos años articula instituciones de la Junta, diputaciones, ayuntamientos y toda una variedad de organismos que penetran, organizan sujetos y desactivan conflictos. No es que se opongan sin más a la sociedad civil, el asunto es otro: impedir la autonomía de los movimientos, desorganizar cualquier oposición que pueda poner en peligro a los que mandan y conquistar el “sentido común” de las gentes. La represión pura y dura siempre dejan que la haga Madrid.

    Que el PSOE es en Andalucía un partido-régimen se pone de manifiesto en la persona de la presidenta. Desde que fue ungida a la máxima magistratura de la Comunidad se ha comportado como si fuese una recién llegada, sin pasado, hasta el punto que muchas veces ha aparecido como si fuese la “oposición” del gobierno andaluz, es decir, de sí misma. Ser a la vez “posición” y “oposición” son elementos característicos de los regímenes que despreciativamente se suelen llamar “populistas”. Este aspecto no es menor. La neutralización del conflicto en lo interno es inteligentemente sustituido por la construcción de un conflicto externo: la derecha de Madrid, Rajoy, que discrimina, castiga, insulta y ofende a Andalucía, en la persona de su presidenta.

    El discurso populista de Susana Díaz ha dado un salto de calidad en estas elecciones, hasta llegar a un ejercicio nada disimulado de caudillismo. El populismo construido es una variedad de “nacionalismo sin nación” pero que actúa con las mismas claves: definición del enemigo (la derecha de Madrid); identificación de la presidenta con el pueblo andaluz discriminado y ofendido; y culpabilizar como “malos andaluces” y, por lo tanto, aliados de la derecha, a los que se oponen a la Junta y a su presidenta. El eje derecha-izquierda está así subordinado a otro eje que es el de enemigo (Madrid y Rajoy)-amigo (Andalucía y Susana Díaz). Esto explica bien dos cosas de la campaña que son la no presencia de Pedro Sánchez y la presencia constante de Rajoy como interlocutor-adversario de la candidata-presidenta.

    Es esta forma partido-régimen la que explica con claridad los dramas pasados y presentes de Izquierda Unida en Andalucía. La novedad y la radicalidad de la propuesta que hizo Julio Anguita tenían que ver con su planteamiento de construir una alternativa con voluntad de mayoría y de gobierno a la forma partido-régimen que se construyó en Andalucía en torno al PSOE. No se trataba ya de convertirse en “la izquierda”, o en complemento, o en el “ala radical” del partido de Rodríguez de la Borbolla y de Felipe González, sino la alternativa a sus políticas y a sus modos de organizarlas. El concepto básico era construir la alternativa.

    Desmontar este dispositivo de poder requería una fuerza política nueva, plural, unida programáticamente y organizada como una forma-movimiento. La estrategia era la de “guerra de posiciones”: construir desde abajo (contra-)poder combinando lucha social y electoral, trabajo en las instituciones y en los movimientos, forjando alianzas y programas comunes. Esto, hay que subrayarlo hoy, generó unidad y esperanza, recuperación de la militancia y una significativa politización de nuevas generaciones.

    En la etapa de Luis Carlos Rejón se llegó al punto más alto social y electoral, 20 diputados. No es este el momento para valorar ese periodo, los posibles errores cometidos y su tipología. Baste decir que no se fue capaz, fuera y dentro de Andalucía, de organizar el debate sobre una cuestión estratégica que afectaba, y sigue afectando, a los fundamentos mismos del proyecto. Esta cuestión pronto se saldó, a mi juicio, al modo politicista: sin debate y sin autocritica, y lo que es peor, se giró sin decirlo, en los hechos, a posiciones que nos situaban en la fase previa a “Convocatoria por Andalucía”. Reaparecieron los viejos fantasmas y los viejos clichés heredados de la Transición, había que hacer política y ser realistas, saliendo de los sueños utópicos de Anguita y echando a un lado cualquier referencia en serio a la cuestión de la alternativa.

    Lo fundamental, se repetía una y otra vez, era “tocar poder”, es decir, gobernar y hacerlo desde lo que somos; si tenemos un 12% de votos esa será nuestra influencia real y punto. Para ello era necesario aliarse con el PSOE, poner el acento en programas susceptibles de ser aprobados por nuestro socio preferente y, decisivo, reconstruir una organización que sirviera para estos fines y no otros. Estas cuestiones, pero no solo ellas, tienen que ver con los resultados obtenidos por IU de Andalucía. La campaña ha sido buena, y muy inteligente la recuperación de Anguita y su discurso en el tramo final de la misma.

    Desde este punto de vista, los resultados de Podemos son buenos. Hay siempre un peligroso juego que mezcla expectativas, resultados y movilización electoral. Se ha dicho antes y lo decimos ahora: era el momento peor y en el lugar peor para el partido de Pablo Iglesias; Susana Díaz lo sabía y las encuestas, de una u otra forma, lo decían. La aritmética es simple: en votos y, en escaños, la suma de Podemos e IU son los mismos que en la época de Rejón. Ese es el techo a superar y no se conseguirá solo con (es la gran enseñanza que deja IUCA) el trabajo institucional y saliendo en los medios de comunicación. Se trata de conquistar posiciones, de trenzar alianzas y construir un proyecto autónomo con voluntad de mayoría y de gobierno; para ello hace falta organización, militancia, activismo para promover formas plurales de articulación social y disputarle “sentido común” a los poderes dominantes. Y, sobre todo, unidad: IU y Podemos son insuficientes para construir una verdadera alternativa a la estructura de poder dominante hoy en Andalucía.

    La novedad ha sido Ciudadanos. Por fin (no ha sido fácil) han conseguido crear una fuerza del cambio desde la derecha. El objetivo era claro: taponar a Podemos por el centro y buscar un comodín, un partido bisagra capaz de aliarse a derecha y a izquierda. Pronto sabremos la procedencia de sus votos y la consistencia y dirección de sus políticas.

    Ciudadanos va a poner de manifiesto debilidades del discurso de Podemos como, por ejemplo, poner el acento en los procedimientos democráticos y no en los contenidos de las políticas. Existe el peligro de que una fuerza liberal como Ciudadanos pueda, sin grandes dificultades, hacer un discurso de regeneración democrática y a la vez defender que para luchar contra la corrupción es necesario menos Estado, más organismos independientes para regular el mercado e impuestos más bajos para los ricos. Esto lo hace Renzi en Italia sin demasiadas dificultades.

    Si la “casta” solo son los políticos, se deja a un lado lo fundamental, a los poderes económicos; basta cambiar a aquellos, es decir a los políticos, para que la oligarquía financiera siga mandando, que es de lo que trata. Hay una cierta dificultad para entender que el problema de nuestras debilitadas democracias tiene que ver con el control creciente que los grupos de poder económico ejercen sobre la cosa pública. El problema central de nuestras sociedades es la creciente desigualdad, que no es solo económica sino de poder: los que mandan tienen cada vez más poder y lo ejercen. Sin afrontar esto, la supuesta regeneración democrática es mera retórica.

    ↶Reply9 abril, 201520:43