11 PM | 30 Nov

EL testamento de Maria

Esta semana no ha estado nada mal, a pesar que no he ganado ningún partido en la Herrería. Primero una peli del turco Nuri Bige Ceylan en SUEÑOS DE INVIERNO, que me recordó a Secretos de un Matrimonio de Bergman, con unas luces amarillas interiores que contrastan con el blanco de los paisajes de la Capadocia.El jueves una visita a la exposición de Patricia Gadea( obligada por ver a Juan Ugalde en el cine muchos viernes)que me impresionó por la dimensión de sus cuadros y los colores. No es  lo mismo ver en internet o en un catálogo que encontrarte de sopetón con el sueño de Franco.

…Y después a ver a Blanca Portillo en su interpretación del Testamento de María. Una obra del irlandés Colm Tòibin, nieto de un militante del IRA que participó en 1916 en la rebelión independentista de Enniscorthy, sobrino de uno de los fundadores del Fianna Fáil (el partido que más veces ha gobernado en Irlanda).Colm Tóibín traza un perfil de Jesucristo y de sus seguidores que también podría servir como retrato robot de cualquier grupo llamado a tomar desde abajo el poder político, religioso o económico. “Mi hijo atraía a los inadaptados: en todos sus discípulos había alguna carencia, y se dirigía a ellos como a un público, con una voz artificiosa que yo no podía soportar” esa frase me a Eugenio y su admiración actual por Podemos. Seguimos debatiendo.

Javier Vallejo en su crítica de la obra  decía lo siguiente: “En producción tan exquisita, el golpe seco que al caer produce un rastrillo arrojado por María resulta grosero: uno desearía que cayera ingrávido, llevado desde la mano de la actriz hasta el suelo por uno de esos kuroko (figuras vestidas de negro y encapuchadas, invisibles para los personajes del drama) cuyas intervenciones hacen del teatro kabuki una cima plástica” y como después de la función allí estaba la actriz soportando las preguntas del público  le pregunté sobre ésta circunstancia, haciéndola saber que yo no había observado ningún golpe seco en el rastrillo, a lo que me contestó con una risa, como dándome a entender que había leído la crítica y que el rastrillo no lo tiraba ya con tanta fuerza.

Me encontré a la salida de un cine con Juanma y su mujer, les facilité nuestra dirección para venir a nuestras proyecciones, seguro que cualquier día me los encuentro de la Juan Negrín.

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