02 PM | 19 Ene

EL GUSTO POR LA BELLEZA

   

 

 

Si pregunto lo que valen una cubiertas Michelín para colocar en mi coche, visito Clermont-Ferrad sin parar  de mirar al cielo para que caiga una nevada, me empeño en pasear por las playas de Biarritz y me embobo hasta perder un fotómetro con el que estaba intentando medir la luz, miro sin parar el cielo cada vez que estoy en un atardecer cerca del mar, y no pararé hasta veranear un año en Saint Malo, y además Mozart me acompaña en mis momentos mas íntimos, es desde luego por culpa de Rohmer.

 No solamente a mí me ha trasmitido el gusto por la belleza, también fue capaz de regalárselo a todos lo que fui capaz de reunir en la proyección de  Le genou de clair”, allí estaban, entre otros, Diego con Alex que no han parado de recordármelo .Rohmer siempre me pareció que nos contaba historias lineales que pasaban en el presente, su universo funcionaba con una construcción y un dominio extraordinarios del mundo real, parecía que estábamos “allí. Una de las cosas que mas me han gustado era la composición de los colores, son incalculables la cantidad de “kodacrome” que he gastado para algún día hacer una composición parecida, y debo decir que nunca lo he conseguido. Será que estoy obsesionado (como me machacan desde cerca) pero cuando estoy en un viñedo no puedo por menos que recordar a Isabell y Magali.

 

   
Compártelo:

Escribenos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *