07 PM | 29 Nov

¿Y SI QUIERO ENAMORARME DE UN COCODRILO?

historia de la meva mort

 

 

 

 

 

 

 

En la presentación de su película en el Cine-Club  de Sabadell, Albert Serra confiesa que los orígenes de la misma hay que encontrarlos en la lectura de “Historia de mi Vida” que la editorial Atalanta  puso a nuestra disposición, además de una propuesta para hacer algo sobre Drácula. En el prólogo de la obra, que tiene el paréntesis de (hasta el año 1.797) Félix de Azua equipara al libro como una metáfora antropológica, del nacimiento, desarrollo, decadencia y muerte de un hermoso animal contada por él mismo. Pero es además un documento de singular importancia sobre la vida de Europa en el siglo XVIII y un relato que conmueve, exalta, y excita tanto la lujuria como el raciocinio. Albert Serra, que trabaja todas sus películas sobre mitos muy conocidos, como hizo con  Don Quijote o los Reyes magos, en ésta ocasión lo hace sobre el fenómeno sexual de Europa, añadiendo en sus encuadres y diálogos al eclesiástico, al músico, al inventor, al político, al químico (o alquímico) pero presentándole, como así quieren la mayoría de los canovistas, como el anti-Don Juan, su contrario y su enemigo. Y lo consigue muy bien con la interpretación de Vicenç Altaio, que además de poeta y escritor  estuvo cinco años al frente del Arts Santa Mònica. Serra no trabaja con actores profesionales, y esa naturalidad se agradece y se palpa en sus películas.

La audacia de Serra se pone de manifiesto en la segunda parte de la película, cuando aparece Drácula y crea entonces dos imaginarios contrapuestos, por un lado el racionalismo encarnado en el personaje auténtico de Casanova, y por otro el romanticismo esotérico del personaje de ficción. Personaje contra ficción a modo de una performance, para llegar a una película donde no hay nada real y todo se convierte en una  fantasía que pasa de la luz a las tinieblas, del horror a la belleza y de la belleza al horror, de la injusticia de la belleza a la belleza injusta.

La parte última, la que nos lleva a las tinieblas tiene unas características técnicas muy notables, al conseguir, a base de contratipos unos colores altamente oscuros que tuvimos ya ocasión de ver en francisca de Oliveira, o en el Fausto de Sokurov. No era falta de luz, como algunos murmuraban en la sala, era una situación consciente para provocarnos el desagrado.

Reposada la película, después de unos instantes de desconcierto (que se agradece) la pregunta que nos surge es si eso es una película y que valor le damos a la misma. Partimos de la premisa de que las categorías del arte han sido desplazadas a lo largo del tiempo y por ejemplo las películas de Buñuel eran aborrecidas incluso en París. ¿Existe el arte? A esa pregunta le dedican muchas horas los filósofos, y yo a éste cine, que se sale de la Academia, pero que consigue inquietarme no le despacho con un portazo. Me voy a mi sillón y me pongo a leer las páginas que me quedan (son 3.577) de Historia de Mi vida, y si pueden ser en francés, mucho mejor.

Albert Serra, presenta cinco películas de Hong Sangsoo en un pack que me regaló mi hijo hace ya unos años, ahora a éste director coreano le han dado el primer premio ayer en el festival de Gijón por su mirada humanista de la película Right Now, Wrong Then. ¿La vemos? O nos ponemos a la cola de ocho apellidos… En la obra El Público de Lorca, recientemente representada, al director del teatro del aire le preguntan si sabe cómo orina Romeo.

 

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