03 PM | 15 May

Comentario a la peli ” El Post” de Eugenio

COMENTARIO A LA PELI “ EL POST” DE SPIELBERG POR EUGENIO

 

El acierto en el tema de la peli de Spielberg sobre los wattergate del poder gubernamental en EEUU, en este caso el Informe Mac Namara oculto sobre la guerra del Vietnam, que mintieron al pueblo americano desde la administración Nixon y que luego sacaron a la opinión pública el New York Time y el Washington Post, cuando fue filtrado dicho informe, pone de manifiesto la necesidad de una prensa libre para frenar el poder de los gobiernos, máxime cuando se trata aquí del poder imperial que ejerce, aún, EEUU sobre el resto del mundo. ¿Pero acaso han cambiado las cosas por eso?

Se podrá decir que las mentiras no quedan impunes, y tienen un coste político personal, si, como le ocurrió a Nixon con su Wattergate, que vino después del informe Macnamara de la peli, o a Clinton con su abuso de poder en su relación sexual con la Lewinsky, a otros muchos.

Pero respondiendo a la pregunta con otra: ¿acaso los casos Assange y Snowden, más recientes, y otros menos mediáticos, sobre abusos de poder estadounidense, permiten pensar que no ha cambiado nada? Porque está bien que lo conozcamos y podamos sostener, fuera de la hipótesis posible o probable, como un hecho político, jurídico y comunicativo que ocurrió materialmente, y nos pueda servir para confirmar nuestras tesis sobre el poder corrupto, si luego eso que hacen tan bien los americanos de mostrar sus oscuridades a ellos mismos y al mundo no se traduce en hechos que sostengan lo contrario, que se ha tomado nota y se rectifica, y cambian sus instituciones realmente. Pues a pesar de eso, de que no se rectifique, sigue siendo necesario el control del poder político a través del poder mediático.

Pero es que el llamado cuarto poder ha cambiado mucho, en los últimos tiempos de crisis del capitalismo, y ya no es el cuarto, sino probablemente el primero, del que hay que estar más precavido que del gubernamental, por muy biopolítico, y, por tanto, tanatopolítico (ver genocidio nazi) que haya sido y vaya a seguir siéndolo. Y es que, en la época de la posverdad la palabra no es nada, se la puede torcer, retorcer, cambiarla radicalmente, tergiversar, manipular con todo tipo de imágenes, algoritmos, estadísticas…, que todo funciona como si fuera verdad, porque en un mundo crédulo, de escasa formación crítica con la educación y lectura, llega al pueblo y es eficaz, sobre todo con la televisión, y, además, se gana dinero, mucho dinero con ello. Que se lo pregunten a Pablo Iglesias y a Podemos en España, a Varoufakis en Grecia, a Lula en Brasil, a Dinma Russell en Chile, a otros latinoamericanos que han probado como ha cambiado la forma de ejercer el poder e impedir los cambios sociales y políticos.

Porque, ahora ya no es necesario dar golpes militares cruentos, que lo harían si fuera imprescindible, no lo dudemos, sino que una buenas combinaciones entre cloacas del estado, medios de comunicación, periodistas de renombre en primera fila de las TV y aparatos jurídicos y penales, se bastan para cambiar el signo de los tiempos o las correlaciones de fuerzas en países concretos que no quieran seguir las prioridades del stablisment económico, nacional o mundial, que por eso controlan y financian, con pérdidas incluso, de ahí su importancia para ellos, ese poder mediático discursivo. Elaboran, los discursos, preparan los thinz thanzs, mediante laboratorios de pensamiento que lanzan a la opinión ya diseñados para entrar en los cauces aceptables por el sistema, incluso con apariencia de pluralismo y libertad de opinión. A esto me refería en otro comentario anterior sobre otra peli, el grado de “prevaricación” extendida a otros ámbitos del poder, más allá del jurídico penal, que, por supuesto, también, de manera irresoluble.

Y esto es así, porque se han dado cuenta que son poderes opacos que no tienen control a su vez, nadie controla al poder judicial, ni tampoco al poder mediático, incluso si lo criticas eres un conspirador contra la libertad de prensa, y no digo si pretendes legislar sobre ello, para limitar el control económico oligopolístico sobre ellos. Sin embargo, el poder ejecutivo, desde el triunfo del liberalismo político y las democracias liberales, si está sujeto a control por los parlamentos, los votos del pueblo y los medios de comunicación, aunque ya se encargan de dirigirlos adecuadamente, desde sus instancias que no están sometidas al voto popular.

Esto que digo, no permite pensar en pesimista total, sin duda puede lucharse contra estos poderes no democráticos, con mucha voluntad, mucha perseverancia y una combinación de pueblo activo, voluntad política, azar y relación de fuerzas. Y mucha valentía, que no hay demasiada en la izquierda política.

Ahora, que ha sido el aniversario del 15-M, en España, podemos comprobar que algunas cosas han cambiado, no demasiadas aún, pero ya no serán como antes, aunque el neofascismo disfrazado de trumpismo sea todavía el beneficiario de estos poderes en la sombra. Para eso ha emergido de nuevo, porque hay riesgos que no quieren correr y son conscientes de que el capitalismo de nuestros días tiene límites internos que no puede soslayar y necesita recurrir a otros medios, valga la paradoja, mas mediáticos, de nuevas subjetividades que les sostengan.

La peli, que vimos, ha quedado desfasada un poco, desde esta perspectiva novedosa, aunque seguirá vigente siempre con la perspectiva liberal, ya insuficiente.

EUGENIO

Compártelo:

Escribenos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *