12 PM | 09 Ago

Veinticinco años cultivando saber

Félix Alonso.

Hace veinticinco años, y así quedó constatado en nuestro primer libro Cine de Autor, (una recopilación con comentarios críticos de las películas proyectadas en la desaparecida sala Juan Negrín). En la presentación del libro, datado en 2012, decíamos que: “un grupo de amigos creamos una asociación que tenía como objetivo la defensa del medio ambiente y el fomento de la participación cultural”. Fue Rousseau nuestra inspiración, pues nadie como él se preocupó tanto del estudio de la naturaleza, y las relaciones sociales de los hombres, junto con Montesquieu y Voltaire, iluminador de la Revolución Francesa, cuyos nobles objetivos eran crear una sociedad mejor, ajena a consideraciones religiosas y apoyada en las premisas de igualdad, libertad y fraternidad. Se pretendía pues, una plena humanización del orden político orientada por la diosa razón y por el ideal de progreso constante. Ya barruntábamos en aquellos años que el neoliberalismo se iba a convertir en el motor de las dinámicas actuales. Pensábamos, y pensamos ahora con mas fuerza si cabe, que por mediación de la cultura y bajo la consigna de Kant “atrévete a saber” nuestras tertulias crecerían a lo largo del tiempo, hasta incluso ser hegemónicas. Nos creíamos a Gramsci.

A lo largo de estos años hemos sufrido derrotas, la más importante, la clausura de la sala Juan Negrín. Hicimos una carta abierta, aún sin respuesta, a los autores del agravio. Por otro lado, hoy mismo, se cumplen cuatro años de nuestra participación en la remodelación del salón de actos de la Casa de Cultura de El Escorial, se votó por el cine, y a pesar de las dificultades y del parón a que nos hemos visto sometidos, seguro que nuestra determinación nos hará volver. Ya estamos preparando unas jornadas sobre el cine en el expresionismo alemán de la mano de Fritz Lang.

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12 AM | 09 Ago

Gaza

La obra de Nasser Rabah en los medios

Poesía entre los escombros. Gaza: el poema hizo su parte de Nasser Rabah.
«Crecen rosas en los cascotes. Y desde una Gaza devastada por el genocidio nos llegan los diamantes poéticos de Nasser Rabah, destellos de la fuerza de vida de una sociedad palestina que vencerá a la muerte.»

«Ediciones del Oriente y del Mediterráneo acaba de publicar “Gaza: el poema hizo su parte”, un compendio de los versos más actuales de Nasser Rabah. Su lectura nos impacta y nos conmueve. Sus versos son de una belleza trágica, y surgen de una voz poética arrasadora.»

Joan Arnau | De Verdad digital.

A continuación, tres ejemplos:

Patria fuera de servicio

El gimnasio está fuera de servicio.

¿A quién le importa? No tengo tiempo para cuidar mi cuerpo

frente a espejos hechos añicos:

¡Para qué! No hay cafés para lucirse un jueves, ni balcones

para una tarde de domingo.

La luz se va por todas partes.

Las bibliotecas se buscan a sí mismas entre las cenizas.

No importa… Ningún libro conmueve mi corazón tras el libro

de los tanques.

La vida y yo:

un ciego de rodillas entrega un anillo de luz a una ciega.

Lo que queda es la imaginación,

un músculo incansable.

La imaginación es el café de los extraños, los espejos

del inconsciente, las bibliotecas de los cautivos.

La imaginación es lo que nos queda para hacer una patria

de la nada.

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02 PM | 03 Ago

EL QUE PUEDA HACER QUE HAGA

EL QUE PUEDA HACER QUE HAGA
Félix Alonso

Para este mes de agosto tenía el propósito de leer la novela Camí de sirga de Jesús Moncada, una evocación a la desaparición de Mequinensa, un pueblo en los enclaves del Ebro y del Segre, y que según me dicen está considerada como una de las obras cumbres de la literatura catalana, pero se me ha cruzado el ensayo de Volker Ulrich sobre El fracaso de la república de Weimar y no he podido resistirme por el subtítulo: las horas fatídicas de una democracia. Por algunas similitudes con el momento actual, destaco la campaña de difamación que sufrió Ebert, presidente de la República, y que están consideradas como las mas importantes jamás vividas por un político en la joven democracia alemana.
Las élites que gobernaban antes de 1918 no podían soportar que un hombre de origen humilde, sastre de formación y socialdemócrata, ostentara el cargo mas alto del Estado. Friederich Ebert, muy conocido en España por la fundación que lleva su nombre, impartidora de muchos cursos de formación a socialistas, fue elegido líder del SPD (partido socialdemócrata de Alemania) en 1913, a la muerte de August Bebel, y primer canciller después de la revolución de noviembre de 1919.
Los caricaturistas de la prensa enemiga de la República, se hicieron eco de comentarios maliciosos, a raíz de una foto que mostraba a Ebert con el ministro de defensa Gustav Noske, en un balneario del mar báltico con bañador. La foto sirvió para insultos variados de todo tipo, que buscaban socavar la reputación del Jefe del Estado y el orden democrático que encarnaba, acusándole en los medios contrarios a la república de corrupción y enriquecimiento personal.
Ebert reaccionó en un primer momento con reserva, pero optó posteriormente, después del asesinato de Rathenau por la ultraderecha, por presentar doscientas demandas hasta finales de 1924, con lo que pretendía defender su dignidad y el prestigio de la república. Todo fue en vano. En junio de 1922 Emil Gansser, uno de los promotores de Hitler, le difamó en público, en plena calle llamándole Traidor a la Patria. Gansser le envió posteriormente una carta abierta en la que decía que :“era una prueba de carga demasiado peligrosa para la república la permanencia en la misma de una persona que tolera la acusación de traición a la patria”. Sus abogados le recomendaron que no pusiera demanda, pero a los pocos días un periódico de tendencia nacionalista, recogió a finales de 1924 la afrenta de Gansser con este titular :“Demuestre señor Ebert que no es traidor a la patria”. Ebert presentó una denuncia contra el editor del periódico, y lo que comenzó como un caso de difamación se convirtió en la oportunidad de poner en tela de juicio la política entera de la socialdemocracia durante la Primera Guerra Mundial. Celebrado el juicio con una condena mínima al editor, la sentencia dictaba que: “Ebert había cumplido en términos objetivos y subjetivos con el acto de traición a la patria, por su participación en el liderazgo de la huelga y por ciertas acciones en esa situación”.
El fallo desató la indignación de los círculos republicanos, juristas, políticos y artistas de renombre hicieron declaraciones a favor de Ebert, el proceso de apelación no vio su luz pues el socialdemócrata moriría antes de iniciarse las actuaciones.
En las elecciones para elegir a un nuevo presidente, los seguidores de Thälman, dirigente del partido comunista, no tuvieron ningún remordimiento en que, por apoyar su candidatura, el ganador fuera Hinderburg, que luego daría el poder a Hitler. El Vorwäts, el 27 de abril tituló “Hindenburg, gracias a Thälmann” Ahí me quedo, a la espera de ver el estreno de hoy: “La gran ambición”, la peli de Andrea Segre, que reflexiona sobre los motivos del fracaso del pacto entre el PCI y la democracia cristiana, que pudo cambiar el curso de la historia en Italia.

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05 PM | 25 Jul

Blue velvet

Volver a ver Blue velvet

(In memoriam de David Lynch)

 

David Lynch es un hábil tejedor de atmósferas postmodernas, dice Adrián Massanet. Sin embargo, habría que añadir, desde mi punto de vista, que  Lynch es también un urdidor de historias complejas, a veces inexplicables o incomprensibles (surrealistas), donde el espectador cae en una tela de araña de imagenes y de guión de la que es difícil desprenderse hasta que la película acaba.

La capacidad de sorprender de Blue velvet viene desde la extrañeza ante las cosas que suceden y que carecen de una consistencia racional, que se nos escapan por su alejamiento de la normalidad, como si Lynch destapara el doble fondo de una realidad que existe, pero que no se ve.

En la trama coexisten un tipo de comportamiento convencional con otro sórdido, violento y corrupto. Es decir, la vida misma. La cámara de Lynch se introduce en la tierra de ese jardín, y observa miles de insectos y cucarachas. Más expresivo imposible. De forma verdaderamente magistral ha unido los dos mundos: el aparente y luminoso, y el oculto y tenebroso.(1)  A través de la trompa de falopio de una oreja cortada y encontrada en el césped, llena de hormigas (no nos podemos olvidar de Buñuel), accedemos a ese submundo donde se desarrollan comportamientos extremos, observados por un joven, que llevado por la curiosidad, revelará una trama de corrupción policial. Un «filme noir» de trasfondo clásico trufado de comportamientos inquietantes.

La película ofrce el punto de vista crítico con una sociedad que Lynch sitúa en el enfrentamiento entre una moral convencional y la total ausencia de la misma. No hay empatía entre ambas, se encuentran e intentan destruirse. Lynch es, sin embargo, condescendiente con sus personajes a los que comprende y respeta. Hay una excepción con Frank, que está condenado de antemano. El consumo de drogas y alcohol junto con la música, crea en este personaje estados alterados de conciencia donde se mezclan el sexo y la violencia, y un fetichismo exacerbado que se manifiesta en la caricia continua de un trozo de tela de terciopelo azul, mientras escucha su canciónes preferidas. La música tiene un papel relevante, la banda sonora creada para la ocasión por Angelo Badalamenti y las canciones incorporadas del inicio de la década de los sesenta (Love letter de Ketty Lester, Blue Velvet de Bobby Vinton , In  dreams de  Roy Orbison) aumentan el climax a lo largo del film.

Yo sé distinguir el bien del mal.

Le dice Dorothy Vallens (Isabella Rossellini) a Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), pero el mal absoluto al que se enfrentan a punto está de costarles la vida. Estos son personajes clave en el guión, junto a Frank Booth (Dennis Hopper), malo, malísiimo al que  hacíamos referencia anteriormente, y Sandy Williams (Laura Dern), actriz fetiche del director, que representa la ingenuidad y la candidez de una joven a punto de dejar el instituto y que encuentra el amor de su vida en su relación con Jeffrey.

Terciopelo azul es el inicio de una nueva etapa en la manera de modular un lenguaje cinematográfico por parte de David Lynch: la representación del lado oscuro. Un mundo onírico y sórdido, entre la pesadilla y la pasión desbocada que suscitan los deseos más inconfesables. Es verdad que la atmósfera que crea es inconfundible: espacios donde hay puertas que abrimos y que nos llevan a sitios que no sabemos muy bien si queremos entrar. Lynch se mueve como pez en el agua en esta historia enrevesada y maligna, y es capaz de construir la tensión y el suspense con gran habilidad. (2) Un «final féliz» abrocha la película: un jilguero, con un insecto en su pico, se acerca a la ventana de la casa que representa la imagen del sueño americano, donde viven felices y relajados los personajes que han sobrevivido.

Antonio Herranz

 

(1) y (2)  Adrián Massanet (editor). David Lynch: «Terciopelo Azul», tenebroso viaje hacia la luz. Revista Spinof.

 

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02 PM | 24 Jul

Escribir poemas después…

Escribir poemas después de …
El poeta es un hombre necesitado, no tiene libre elección.
Eugenio Montale
Quizá escribir poesía después de…
(ponga el lector el nombre de un genocidio)
sea una barbarie, como dijo Adorno.
Pero tuvo que rectificar
porque es inevitable que surja alguien
como Paul Celan,
que con su profundo dolor,
escribiera poesía
en el mismo lenguaje que utilizaban
(los asesinos:
«Schwarze Milch der Frühe wir trinken sie abends wir trinken sie mittags und morgens wir trinken sie nachts (…)
wir schaufeln ein Grab (…)
der Tod ist ein Meistet aus Deutschland» (1)
para convencernos de que los bárbaros
(eran otros.
Sin embargo, él no habría podido entender
que las víctimas son ahora los verdugos.
Sí sabía, en cambio, que en la Poesia
está la voz de los que sobreviven.
T.S. Eliot, poeta entre dos guerras,
quiso explicar el mecanismo perverso
y circular del tiempo
para entender el comportamiento del ser
(humano.
«El tiempo presente y el tiempo pasado
se hallan, tal vez, presentes en el tiempo
[futuro (…) (2).
Los acontecimientos de los que ahora
tenemos noticia nos dicen
que esto es así.
¿Es la vida lo más parecido
a un eterno error que se repite?
¿Es la Poesía un aullido de denuncia presente
o la premonición de un silencio futuro?
Antonio Herranz
(1) «Negra leche del alba la bebemos de tarde
la bebemos a mediodía de mañana la bebemos
(de noche (…)
cavamos una fosa en el aire (…)
la muerte es un maestro alemán»
Todesfuge (Fuga de la muerte). Paul Celan. Obras Completas. Traducción de José Luis Reina Palazón. Edt. Trotta. 1999.
(2) «Time present and time past
Are both perhaps present in time future, (…)»
Four Quartets (Cuartro Cuartetos). Burt Norton, I. T.S. Eliot. Poesía selecta. Traducción de Juan Malpartida y Jordi Doce. Edt. Círculo de lectores. 2001.
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