11 AM | 06 Mar

COMENTARIO AL FILM “ DOS DIAS, UNA NOCHE”  DE EUGENIO

COMENTARIO AL FILM “ DOS DIAS, UNA NOCHE”  DE EUGENIO

Buena película, simple en su técnica, parece un documental de cine independiente, sin grandes alardes, y, sin embargo, de profundidad psicológica, con derivadas sociales y políticas en las que el film no entra, quizás porque no lo necesita, o, quizás, porque no quiere entrar “a buen entendedor palabras sobran”, aunque lo echo de menos, salvo una alusión al principio, que es clave para mi interpretación del film, cuando el empresario dice “ la competencia obliga a despidos”. Me permito un excurso teórico al respecto.

 

Efectivamente, la competencia entre capitalistas obliga a reducir los costes de producción, entre ellos, el capital variable, el coste de la mercancía fuerza de trabajo, para permitir sobrevivir en la jungla de la competencia, por llevarse la mayor cuota de mercado posible de la mercancía que es producida por el trabajador o conjunto de trabajadores de la fábrica o servicio, que le permita la mayor tasa de ganancia o beneficio posible. Es la lógica estructural y funcional del sistema que habitan empresarios y trabajadores.

Si dejas de ganar y acumular más dinero, la forma equivalente del valor, no podrás hacer frente al mercado de la competencia agresiva en la que habitas y dejarás de ser empresario capitalista, serás expulsado del mercado para ponerte a demandar trabajo para otro empresario que necesite fuerza de trabajo en mejores condiciones para sobrevivir como capitalista, en ese o en otro sector productivo o de servicios.

Lo mismo el trabajador, no puede dejar de serlo, mientras carezca de medios de producción y tenga que vender su mercancía fuerza de trabajo a cambio de un salario que le permita seguir trabajando para vivir. De lo que se deduce una consecuencia, no siempre bien asimilada desde el marxismo convencional, y, también, claro, desde otros lugares no marxistas, como es que la voluntad del capitalista no depende de su mayor o menor bondad, de su moral o religión que practique individual, católica, protestante o mahometana, de su elección libre y de las consecuencias de sus actos ….., en fin, de su esencia como ser humano, que dirían algunos. Sólo o fundamentalmente, depende de la  función estructural de los actores dentro de las relaciones sociales y de producción en las que habitan en la formación social capitalista, en este caso, como los esclavos en el esclavismo, o los siervos del sistema feudal, pero aquí agravada por su carácter fetichista y mistificador del capitalismo como sistema histórico que se naturaliza. Hasta aquí lo que había escrito de la peli, para luego seguir, antes del debate presencial de la noche.

Inicié el debate que me propuso Félix, con la perplejidad o ambivalencia inicial de este comentario, y quería saber cuál de las versiones críticas posibles priorizaban en la película, si la de ser una película critica con el sistema neoliberal exponiendo la crudeza precaria de los trabajadores, el precariado actual, sin valoración, con distancia, lo contrario sería doctrinario, según dijo alguien ( ¿Costa Gavras y Ken Loach, como algunos ejemplos, serian doctrinarios?); o la de ser una película que naturaliza lo que hay, haciendo ver que no hay alternativa, ni resistencia posible. Es así y punto, y los actores juegan el papel estructural que tienen que jugar, los capitalistas y obreros de la lucha de clases tradicional, cada uno el suyo, como hemos visto antes, solo que aquí desaparece esa lucha. Que los intelectuales lo vean como quieran, pero es así de natural y normativizado para todos.

Pero lo cierto es que si comprobamos lo que hacen los protagonistas de la película, Sandra y los trabajadores que visita para conseguir su voto, por una parte, y, los otros personajes del film, empresario y capataz , no hay lugar a dudas. El empresario cumple su papel estructural y funcional en el capitalismo de siempre, neoliberal moderno o el clásico que analizara Marx, diciendo al principio que “ la competencia obliga a despidos” y la del capataz, que es controlar y engañar, en su caso, como en la peli, a los trabajadores, provocando su división para atender los intereses del capitalista como dueño de los medios de producción y de la fuerza de trabajo, incluida la suya, para producir plusvalor en forma de mercancías y nuevo capital fetichizados. El circuito D-M-D´, con el dinero al principio del intercambio y más dinero al final del mismo.

El papel de los trabajadores en esta peli es coherente, hasta los límites de la indignidad personal, con la estructura del sistema. La protagonista que viene de una depresión, que supongo le provocó su función en las relaciones sociales de trabajo, porque no parece haber un conflicto familiar, otra posibilidad de afectar a tu psique, decide ir a entrevistarse personalmente con cada uno de los votantes que pueden echarle de su trabajo, presionada por el marido, para recuperarla de su depresión, no pensemos mal, incluso acompañándola y  aceptando estar en la entrevista, que ella no le deja; digo es coherente, lógica y normativizada socialmente, que descubre, que todos están en una situación similar (¿que esperaba?), y, aún así, sigue en el calvario de entrevistas porque es fundamental para ella ganar la batalla, obtener el empleo y salir de su depresión. Y los demás trabajadores votantes (¿donde se vota una cosa así, en qué fábrica o servicio, de qué país?), pues lo natural, también, unos se compadecen de ella y renuncian a la paga extra que ofrece el empresario (se solidarizan con ella), y otros dicen que “de eso nada”, que cada palo aguante su vela, incluso el joven se violenta y la acusa. Todo sería lógico y habitual, hasta producir, ¡qué curioso!, un empate bastante lógico, simbólicamente. Siempre habrá los más empáticos personalmente con el sufrimiento ajeno, pensando que está peor el otro, y los menos empáticos y “egoístas”, con igual legitimidad, no se olvide eso, dada la naturaleza estructural del sistema, que pensarán que él lo necesita más. Para algunos, eso es lo importante, la empatía individual. Lo social y político del conflicto, interesa menos.

Claro, llegados hasta aquí, el debate se deslizaría para ver cuál es la función del arte, del cine, del intelectual en general, que ya no es el clásico de la critica de la critica, para ver o reflejar la realidad acríticamente, sin atisbar otras dinámicas, procesos y alternativas posibles. En esta peli lo máximo, que para algunos mantiene la esperanza, es que Sandra no aceptara la propuesta trampa del empresario (ya no es el capataz quien habla con ella), y decida no ceder definitivamente la dignidad, engañando a sus compañeros aceptando que ella entrara, los demás cobraran la paga extra y otro sería despedido, el de color que se lo advirtió, por tener contrato temporal, y, quizás, solo quizás, para qué pensar mal, hasta por tener origen extranjero, no patrio.

Para mí, la imagen final, ella perdedora de la votación, por el empate simbólico, caminando fuera de la sala entre ellos, “compungidos”, por solidaridad individual, quizás, solo quizás, pero serviles y adaptados a la lógica del sistema, es lo más interesante de la peli, pero no lo más crítico, porque esa votación jamás se debía haber aceptado, con otras posibilidades que una posmodernidad relativista, no la otra crítica, nos invita a aceptar (esa lógica del sistema). Como la votación que refleja el empate. Todo bien ordenado y feliz. La violencia sigue, pero es la que permite el sistema. Todos adaptados a ella.

Y que cada uno saque sus conclusiones, claro, pero la de la peli es la adaptación acrítica a un sistema de 16 trabajadores, sin que haya alternativas socialmente dignas. Demasiada neutralidad para una función intelectual. Será que el cinismo artístico, ya nos ha entregado.

EUGENIO

 

Compártelo:

Escribenos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 comentario

  • Colectivo Rousseau

    Hola, no he podido conectarme últimamente al Zoom. Leyendo lo que escribe Eugenio, os quería recomendar un libro, que estoy terminando, y que me está resultando muy esperanzador frente a los conceptos vigentes de la empresa y del capitalismo. No se si lo conoceréis, es de Frederic Laloux y se titula “Reinventar las organizaciones” Abrazos a todos. Juan

    ↶Reply7 marzo, 202117:12