04 PM | 19 Jun

LACRIMA RERUM. Ensayos sobre cine moderno

lacrima rerum      José Luís Gómez Toré

Una advertencia importante para cualquier lector desprevenido que se acerque a este libro: para entender las sutilezas de los análisis de Zizek, es preciso conocer siquiera someramente las teorías de Lacan. Como suele ocurrir con demasiada frecuencia en las lecturas psicoanalíticas de la obra de arte, Zizek no siempre elude el riesgo de la sobreinterpretación. A menudo las teorías lacanianas parecen tener más peso que las películas analizadas. No obstante, hay que señalar que estos riesgos suelen ser compensados sobradamente por la profundidad del análisis. Lacan en ocasiones constituye un obstáculo para el acercamiento a la obra al imponer un esquema de interpretación demasiado rígido. Sin embargo, otras muchas veces la inteligente mirada de Zizek sabe aprovechar el indudable interés de las teorías lacanianas para iluminar el entramado simbólico de las obras cinematográficas.El filósofo y psicoanalista esloveno Slavoj Zizek es un pensador que no rehuye la polémica. Profundo conocedor del marxismo y de Lacan, Zizek es capaz de establecer un respetuoso diálogo con el pensamiento político de Lenin (un autor que ciertamente no está de moda) mientras que no ahorra críticas a filósofos de tanto peso hoy (si bien en líneas de pensamiento muy distintas) como Habermas o Heidegger. En este libro, Zizek nos presenta siete ensayos en los que, como reza su subtítulo, aborda tanto la obra de autores imprescindibles de la historia del cine como estudia la compleja red de relaciones simbólicas que se establece en el nuevo marco del ciberespacio. Desde un enfoque lacaniano, Zizek se adentra en las creaciones cinematográficas de Krzystof Kieslowski, Alfred Hitchcock, Andrei Tarkovski y David Lynch. No sólo los grandes directores captan, sin embargo su atención: también se atreve con el cine como espectáculo de masas. Así se acerca a Matrix, que le interesa más por sus carencias que por sus logros: en las contradicciones internas de las tres películas de los hermanos Wachowski, Zizek cree ver reflejadas algunas claves de nuestro mundo contemporáneo.

Entre los ensayos que aquí recoge el pensador esloveno, destacaría sobre todo el titulado “David Lynch , o el arte del ridículo sublime”, que ofrece una lectura muy iluminadora de este inclasificable director norteamericano. Asimismo reciben una demorada atención aspectos tales como el itinerario vital de la protagonista femenina de Azul de Kieslowski, el entramado ético y simbólico de su Decálogo o el espiritualismo de Tarkovski.

De especial interés resulta el artículo dedicado al denominado “mago del suspense” (“Alfred Hitchcock, o ¿hay alguna forma correcta de hacer un remake de una película?”): el autor esloveno hace así su peculiar contribución a la lectura de un director que, desde lo que suele considerarse cine de entretenimiento, ha sabido crear un mundo muy personal, que desde luego no ha dejado indiferente a la filosofía contemporánea (pienso, por ejemplo, en el estudio que Eugenio Trías dedica a Vértigo en su libro Lo bello y lo siniestro). El interés de este ensayo de Zizek no sólo reside en el análisis de un director fundamental en la historia del cine. Hallamos también en él una muy sugestiva defensa, a partir del psicoanálisis, de la no obviedad de la obra de arte. Las creaciones artísticas (no importa que hablemos de cine, de literatura, de teatro…) siempre parecen necesitar de una región en sombra, que el autor no debe iluminar (lo que, al menos desde la visión de Zizek, puede explicarse no sólo como una necesidad del objeto estético, sino también de nuestro mundo psíquico).

 

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