04 PM | 02 Jun

MAMMA ROMA

Segunda película de una las personalidades más fascinantes de la segunda mitad del siglo XX, ‘Mamma Roma’ se convierte, al poco de su visión, en una de aquellas obras que permanecen impasibles en el grueso de la memoria. Es el crudo retrato de los bajos fondos romanos, del emergente proletariado urbano que, en contra de su sino, pretende prosperar en un entorno en el que no se contempla esa posibilidad.

Concebida como una dura crítica al sistema político imperante, paradigma del desarraigo y de la desvinculación con los orígenes, la historia nos presenta a Mamma Roma (Anna Magnani), una antigua prostituta que inicia una nueva vida en compañía de su hijo Ettore.

Pier Paolo Pasolini da rienda suelta aquí a muchas de sus obsesiones, elementos reiterativos en su producción literaria y cinematográfica. Una particular visión del cristianismo, adscrita a sus inquietudes marxistas, influye de forma trascendental en el devenir de los personajes. En la línea de ‘Accattone’ (1961), y con algunos de los aspectos que determinaron la trayectoria del neorrealismo italiano, Pasolini construye un pesimista relato basado en la imposibilidad del avance social, en la inexistencia de válvula de escape para un estamento social abocado al confinamiento en un callejón sin salida.

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