10 AM | 28 Ene

DE PRONTO, CUALQUIER DIA

     Mi amigo Juan Torres, desde su blog semanal en “voz populi”, señalaba “El Cebo”  como el mejor thriller español de todos los tiempos, resaltando como uno de los principales méritos contar con guion original de uno de los más gruñones y destacados intelectuales del siglo XX europeo: Friedrich Dürrenmatt.

     Dice Juan que “Dürrenmatt tenía por aquel entonces 35 años y su carrera se encontraba a punto de despegar. Estaba ya escribiendo los dramas que lo consagrarían definitivamente –La visita de la vieja dama (1956), por ejemplo- y ya había firmado El juez y su verdugo (1952), la primera de las extraordinarias novelas policiacas que intelectualizaron el género al modo en que por entonces lo estaban haciendo Sciascia en Italia o Borges en Argentina. Pero Dürrenmatt aún no era el intelectual irascible y temido que luego llegó a ser y ni siquiera había escrito la famosa frase que después se ha pronunciado hasta el aburrimiento:“Tristes tiempos estos en los que hay que luchar por lo que es evidente.”

    El cebo se inscribe en el género policiaco, en el sentido más clásico de la palabra: la investigación de un crimen, sobre la base de datos oscuros e inconexos, va arrojando luz y coherencia a la indagación hasta que se produce el encuentro con la verdad. El argumento es simple. La película está narrada de manera soberbia, con un pulso sostenido, con sobriedad, con un punto expresionista innegable (fotografía tenebrosa, primeros planos en el límite justo de la verosimilitud) y una interpretación sin excesos ni desfallecimientos, termina diciendo Juan, al que conocí siendo responsable de la asociación Presencia Gitana, y sobre todo como poeta.

 Cuando hacíamos las sesiones de poesía en el ya desaparecido bar Babel, tuvimos ocasión de escuchar de propia voz sus versos, (DE PRONTO, CUALQUIER DIA) “de estatura mediana, moreno y desgarbado, soy también hipotenso, miope y sagitario. Me gusta el blues, el cine, las chicas y el tabaco .Creí en Dios .Fui marxista (eran tiempos tan raros).Así se definía en un autorretrato. Como tantas cosas, las lecturas de poesía que organizábamos en Babel y después en La Buganvilla, se vieron interrumpidas por los personalismos de los que permanentemente nos quieren dar lecciones de todo, de democracia incluida. De Vagda me impresionó de pequeño, y todavía no he vuelto a ver “Mi tío Jacinto”, así que Juan cuando puedas unas pequeñas notas de aquella película, nosotros seguiremos cada viernes con otro Juan, apellidado Negrín.

Compártelo:

Escribenos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *