COMENTARIO AL FILM COUP DE TORCHON, de EUGENIO

COMENTARIO A LA PELI “COUP DE TORCHON” DE EUGENIO

Como yo no he leído la novela de Thompson, 1280 almas, donde el protagonista principal es un sheriff americano elegido por votación popular, y teniendo en cuenta que Tavernier dice que no se ha entendido a Thomson en América, queriendo decir que él sí, por eso es capaz de hacer una peli en un contexto colonial de impronta francesa en Senegal, que extraiga los valores del Thomson americano incomprendido, pues me libro de hacer valoraciones sobre la adaptación al cine de esa novela. Porque, además, me parece poco relevante, salvo para eruditos de las relaciones entre cine y literatura.

Como soy un cinéfilo compulsivo, que no recuerda las películas que ha visto y las veo casi como nuevas, y de Tavernier creo que solo he visto 2 recientes, ésta y “ El juez y el asesino”, que vimos hace poco, del que hice crónica ya y que debatimos un rato al final de su proyección, un día que Félix estuvo de adquisición de pelis nuevas en ambientes de música lírica, me congratulo poder reunir las claves en este pequeño comentario.

Las 2 películas tienen ambientes o contextos colectivos ricos en profundidad y matices, o sea la sociología que las habitan enmarcan materialmente su trama argumental; y, al mismo tiempo, la psicología de los personajes, dejan huella profunda en el relato y en las consecuencias de lo que dicen y hacen.

En Coup de Torchon, desde luego, el ambiente colonial francés en Senegal, sitúa al relato en las relaciones de opresión y dominación de la población de color, donde son tratados como bestias de carga, de servidumbre y de dependencia absoluta del colonizador francés, blanco, heterosexual y occidental. Un régimen político y social que sirvió para hacer rica y poderosa a Francia en el siglo XIX y XX y a sus herederos posteriores, segundo en importancia respecto al inglés en esos siglos.

Al tiempo, aparece la relación de dominación y dependencia de las mujeres de la peli respecto a los hombres, a pesar de que comienza con un trato vejatorio de la esposa del protagonista, incluso con violencia física, jefe de la policía local. Luego se vería que no. La subalternidad y dependencia de esas mujeres recorre la película del principio al fin, incluso, cuando utilizan su sexo para atraer y hacerse valer ante sus protectores varones, existente o deseado, necesariamente. Son las mujeres de los colonizadores. Otra perspectiva de clase, en este caso femeninas, que se cruza transversalmente a la de la colonización esclava.

El relato de la peli transcurre genialmente, desde las primeras imágenes, con un personaje principal, que va imaginando y realizando su venganza de todos los que le humillan a lo largo del film, desde su mujer y amante hermano, sus amigos chulos que le hacen lo que hoy se llamaría Bullying en la escuela, pero entre adultos, su amigo maltratador de su esposa, en plena calle, sus compañeros policías, y su amante, a la que hace caer en la trampa final. Todos mueren en esa diabólica trama para liberarse de su escasa o nula querencia de sí mismo y de su indolencia y falta de autoridad, aun siendo la máxima en la seguridad local. Es justo el asesino que nadie esperaría, por su carácter y su situación social. Aquí se ve la maestría en el perfil cinematográfico de los personajes y su secuencia que avanza inmisericorde en el relato que quiere contar. Lo discursivo de los pensamientos que hay en la peli, en particular del protagonista, hace de la peli una cultura crítica, en sí misma.

Al final, para relacionar el contexto sociohistórico, con el de la psicología profunda de los personajes en la trama argumental de la película, le hace decir al jefe de la policía, asesino en serie calculador, que “siempre se ve impelido a realizar la violencia con los débiles y oprimidos, nunca con los ricos y poderosos, que sería lo lógico”. Un: ¡Qué se le va a hacer¡. En el contexto de la sociedades de dominación, no cabe esperar otra cosa, viene a concluir.

En las 2 películas que he visto de Tavernier, hay contexto crítico y personajes muy sugerentes y contradictorios, locos por un lado, que devienen asesinos en serie, con delirios anarquistas y pedófilos del deseo, como en “el Juez y el asesino”, y poderosos, que saben cómo hacerse valer en el sistema y sostenerse, y escalar en él, a pesar de sus adyecciones, el juez de una justicia prevaricadora, en esa peli anterior, y el jefe de policía, invalido de sí mismo, en esta de hoy.

Habrá que hacer un ciclo completo de este autor, Félix, para ver si el resto de sus películas trasuntan de forma similar, con sistemas corruptos de dominación y servidumbre, críticas de la realidad, y de locos asesinos, simpáticos incluso, a pesar de sus perversiones.

EUGENIO