12 PM | 05 Dic

El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial en el maravilloso mundo de Alicia

 

 

 

 

“-Llego tarde, llego tarde, a una cita importante”-, decía el conejo de Alicia en el País de las Maravillas. Parece que a nuestro Ayuntamiento le pasa lo mismo y le falta tiempo para llegar puntual a esa cita con la historia que él mismo se ha fijado.

Si no fuese por ese noble empeño no se entendería por qué, desde la publicación del Avance del Plan General, en noviembre de 2008, y ante la resistencia que ha encontrado dicho Avance entre los colectivos de la localidad, se viene afanando en sacar adelante, siempre por sorpresa y con muy escasa publicidad, las iniciativas recalificadoras que contiene.

 

Lo hizo primero con la aprobación de unas Normas Subsidiarias, que hacían, ni más ni menos, el número 14 de las aprobadas, que abarcaban todas las recalificaciones del Plan. Posteriormente, el pasado mes de octubre, se sacó del cajón el proyecto del SAU-2 y ahora ataca de nuevo con un proyecto de construcción de 36 Viviendas de Protección Oficial en la calle de Leandro Rubio, conocido como “el jardín de las Monjas”.

Esta Plataforma se ha esforzado en convencer al Consistorio de nuestra localidad que su Avance del Plan era muy deficiente e irracional, que su filosofía se sustentaba en ideas fuera de momento y que su desarrollo técnico dejaba mucho que desear.

Las contestaciones recibidas, los comentarios vertidos por nuestro Alcalde u otros portavoces como el Sr. Cuesta, Concejal de Urbanismo, han seguido siempre la misma pauta, el desprestigio de nuestra iniciativa (“Son cuarenta, que los he contado yo”, han llegado a decir), una incomprensión, por no decir desprecio absoluto por el sentido histórico de la localidad en la que vivimos (“No voy a dejar que el desarrollo del pueblo esté limitado por una tapia”, declaró Fernandez-Quejo a la prensa local, en relación con nuestras alegaciones en torno a lo que significaba la Cerca de Felipe II.

Pues bien, las seiscientas personas que han apoyado nuestro manifiesto, son bastantes más de las que el Consistorio dice conocer, y el significado de esa Cerca, es algo más que el de una tapia, entendemos, no sólo nosotros, sino la Dirección de Patrimonio de la Comunidad, que lo ha declarado Bien de Interés Cultural.

Amigos, y están en su derecho, de vender sus iniciativas políticas como aportaciones de gran calado en el desarrollo del pueblo, a nuestros regidores les gusta descalificar nuestras observaciones como un freno a dicho desarrollo, cuando no tienen tal carácter, sino un análisis cuidadoso y detallado que viene a racionalizar el futuro crecimiento de la localidad. El precio que tenemos que pagar los que hemos recibido un legado de tal enjundia es protegerlo y no destrozarlo, como ha venido haciéndose con uno de los desarrollos urbanísticos más chapuceros y más especulativos y menos armónicos de los muchos que se han llevado a cabo en la Sierra Oeste, y bien que los ha habido bien agresivos.

Pero el momento no es precisamente el de seguir impulsando un desarrollo urbanístico, cuando todos sabemos que es ese modelo de crecimiento lo que lastra precisamente la economía española impidiéndole salir a flote a la misma velocidad que lo hacen las otras economías europeas.

Cuando todos los especialistas recomiendan que se reoriente al sector de la vivienda hacia políticas que potencien el alquiler, que se promuevan políticas imaginativas que ayuden a vender la ingente masa de construcciones de las que las promotoras no logran desahacerse, y promuevan la movilidad entre poblaciones, este Ayuntamiento se empeña en recalificar, no contento con haber agotado en sus legislaturas todo el suelo público, una proporción de suelo que representa, ni más ni menos que un 60% del suelo urbano, limitando así, entre estas recalificaciones y otras iniciativas, cualquier política futura, porque, esperamos, no van a ser eternos en los puestos que ahora ocupan.

Y en esa táctica de gota malaya con que nos tortura le toca ahora el turno al proyecto de la calle Leandro Rubio, 12, un jardín histórico en el quiere levantar 36 Viviendas de Protección Oficial.

Lo hace pese a que en su momento, y ante las alegaciones presentadas a título particular por una serie de vecinos, les remitió a estos la siguiente información: “El Ayuntamiento Pleno, en sesión celebrada el día treinta y uno de marzo de dos mil nueve, adoptó el acuerdo de desistir la tramitación del expediente referido a la modificación de las normas subsidiarias para el cambio de calificación de terrenos calificados como equipamiento privado a residencial con destino a viviendas de protección pública”.

Las alegaciones formuladas por los vecinos se basaban, entre otras razones, en la firma de un convenio fraudulento entre la Empresa Municipal de la Vivienda de San Lorenzo de El Escorial SA y la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna el 9 de mayo de 2008.

Y así, el alcalde, lejos de mantener dicho desistimiento, en la Comisión de Estudio, Informe y Seguimiento de 26 de noviembre de 2009 consiguió su aprobación para presentar, en el próximo pleno de 1 de diciembre, la Modificación Puntual no Substancial que autoriza la construcción de 36 viviendas de protección oficial en 3.200 m2 de jardín histórico, cortando los árboles que sean necesarios, incrementando el tráfico en la zona ya congestionada a 15 metros del conjunto monumental y contraviniendo la sentencia 267 del año en curso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que resuelve a favor de la protección de la Cerca Histórica de Felipe II y su entorno, entre otros.

Este permiso de recalificación que está dispuesto a conceder el Consistorio actual, la Congregación Carmelita, propietaria de este jardín, hace muchos años atrás, lo solicitó a las autoridades competentes con el fin de ampliar las aulas del colegio que ahora se quiere transformar, pero nunca fue concedido por su cercanía al Monasterio.

La promoción de Viviendas de Protección Oficial es tema que exhiben con orgullo. No estaría de más recordar a nuestros ediles que la única iniciativa de vivienda de protección oficial, entre las miles aprobadas en estas legislaturas, no acabó precisamente bien. La empresa a la que encomendó el proyecto quebró y las viviendas no están ni terminadas ni entregadas. Pues he aquí que este promotor tan poco fiable, cuya única promoción no ha logrado ni siquiera terminar, ni encontrar solución alguna para entregarlas a sus destinatarios, pretende ahora iniciar otra a toda velocidad.

¿Qué se esconde detrás de tanta prisa? ¿Tiene el Ayuntamiento alguna política que promueva la venta de viviendas vacías, antes de apoyar nuevas promociones? ¿En qué se basa para argumentar que esas recalificaciones son necesarias ahora para facilitar una vivienda a las futuras generaciones cuando las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística preven una población en San Lorenzo de El Escorial para el año 2017 de 20.000 habitantes y las pirámides de población indican que la oferta de vivienda podría absorberla perfectamente con las adecuadas políticas e incentivos?

Plataforma Ciudadana Escurialense

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12 PM | 22 Nov

Las buenas formas

 

 

 

 

 No se si os pasa a vosotros, pero cuando me siento en una reunión ya sea de teatro,poesía cine o política y defiendes vehementemente tus posiciones siempre te encuentras con el típico «sepulcro blanqueado» que te dice lo siguiente: «si ,tienes razón pero te pierden las formas».

Os debo decir, como declaración de principios, que me fio mas del fondo de las cosas que del envoltorio, y que por reacción a los que practican las buenas formas pero esconden discursos vacios,a los que no hablan por no molestar, a los que no dicen nada par no significarse, a los que no se pronuncian por no ensuciar su imagen, practico (vehemente) el rechazo a la tiranía del comportamiento políticamente correcto.Reconozco que de seguir así las cosas cada dia voy a ser mas «félix», cada dia me revienta más la sociedad de la apariencia y el simulacro.

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04 PM | 17 Nov

fiesta republicana en París

  Paco Ibáñez nos había invitado y allí estábamos, el 22 de octubre pasado, los españoles de París, abarrotando el Teatro de Châtelet. Más de 2.000 personas habitadas por una misma convicción, movidas por una misma voluntad: dar testimonio de nuestro irrenunciable compromiso ciudadano.La celebridad del cantante nos viene directamente de la contestación de los estudiantes del 68En 1983 y 1987 rechazó la Medalla de las Artes y las Letras del Gobierno francés

El agotamiento y, sobre todo, la perversión de la vida democrática en nuestro país, al mismo tiempo causa y consecuencia de la acumulación, del hacinamiento de turbiedades, estafas, latrocinios, trampas; esa celebración unánime del fraude y la rapiña generalizados en el mundo actual, pero en España elevados a su máxima potencia, acompañados por la obscena codicia de poder y por la obsesión del privilegio que hacen de su conquista y disfrute una partida a vida o muerte.

 

Realidad cuyos propósitos y prácticas han acabado metiéndonos a todos en este lodazal de vilezas e inmundicias, que dominan sin disputa la vida en nuestro país y la someten al solo designio de los más infames, de los más protervos, que han hecho de la política democrática su inagotable pitanza, a la par que su salvoconducto universal y nos han dejado a los ciudadanos de a pie, concernidos por la realidad colectiva, desvalidos e inermes, con la sola referencia válida de la República Española, a la que nos empuja Paco con la trama de su vida, con el mensaje de sus canciones. Por eso al final del concierto que comentamos, se oyeron en diversos lugares de la sala, gritos de «Viva la República Española».

La celebridad de Paco Ibáñez nos viene directamente, es decir, nos nace al calor de la contestación de los estudiantes del 68. Pues fue en mayo de 1969, cuando para celebrar los acontecimientos que tuvieron lugar un año antes, los universitarios más combativos le pidieron que cantase en La Sorbona y allí en la histórica sala Richelieu tuvo lugar su primer concierto universitario. Para entonces, Paco había producido ya en 1964 su primera grabación con poemas de Góngora y de García Lorca; en 1967 un segundo disco para el que ha convocado a Quevedo, Alberti, Blas de Otero, Gabriel Celaya y Miguel Hernández, y la TV francesa presentó en 1968 al autor y a su disco con dos canciones emblemáticas, La poesía es un arma cargada de futuro y Balada del que nunca fue a Granada.

Esa intervención y las que la siguieron le convirtieron en uno de los símbolos más pugnaces de la contestación estudiantil, en una de las expresiones más populares y movilizadoras de la voluntad de ruptura con una sociedad átona y putrefacta, dormida en los laureles de un conformismo poltrón y envilecedor. En diciembre de ese mismo año tuvo lugar su definitiva consagración como cantautor, en el Teatro Olympia, templo de la canción francesa, donde su triunfo fue tan avasallador que los bises y rápeles al final del espectáculo duraron más de media hora. En ese concierto, Paco cantó, por primera vez en público, La mala reputación, de Brassens, en español, que el público puesto en pie vitoreó durante más de 20 minutos.

A partir de ahí, su notoriedad y vigencia como expresión y emblema de la lucha contra el franquismo y por la vuelta de las libertades, que desde su primer concierto en España, en la Trobada de la Cançó de Testimoni en Manresa es una marea que no cesa, se convierte en una presencia tan extraordinaria que Franco no tiene más remedio que prohibirlo.

Pero Paco no es sólo el grito de ruptura contra la mordaza franquista, no es sólo el marginal inconformista que se declara incompatible con esta civilización del dinero y del privilegio, sino que su enhiesto combate contra la dictadura viene emparejada con la lectura más fervorosa y entrañable del amor en la poesía española.

Vehemencia y radicalidad en la reivindicación de la libertad acompañada de la más emocionante celebración de la ternura, de la amistad, de la dignidad personal y colectiva, de la pasión amorosa en muchos de nuestros poetas mayores, algunos de los cuales acaban de citarse: Góngora, Jorge Manrique, Quevedo, Neruda, Lorca, Alberti, Machado, León Felipe, Cernuda, Nicolás Guillén, Celaya, Miguel Hernández, José Agustín Goytisolo.

Pero Paco es, como bastantes de nosotros, un peninsular multilingüe, para quien el castellano no agota su realidad lingüística y por eso habla, y sobre todo, canta también en catalán a Espriu, en vasco a Cesare Pavese con Heriotzaren Begiaky, en gallego a García Teixeiro. Sin olvidar a nuestros vecinos más inmediatos, a los franceses Aragon, Ronsard, Brassens; a los italianos en esa extraordinaria expresión tradicional del XIX, que es la canción Quando l’alber comincia a fiorire.

Paco Ibáñez es un artista total, que ha vivido, durante toda su carrera, en simbiosis, en simultaneidad artística global, con todas las artes.

Por ejemplo, su relación con la creación plástica ha querido escenificarla, asociando a sus conciertos a sus amigos pintores, mediante la proyección de algunas de las composiciones que realizaron para celebrar sus canciones. Y así cuando Dalí oye en 1958 un disco de Paco Ibáñez y quiere conocer al autor, surge la idea de asociarse en la creación y de que el pintor ilustre la portada del disco La canción del jinete.

Luego seguirán en esa línea de colaboración canción y pintura, Saura en A galopar; Corneille en La romería; Ortega en ¿Qué ocorre na terra?; Manessier en La poesía es un arma cargada de futuro; Guinovart en Es amarga la verdad; Amat en Romance de la luna, luna; Soto para Vasija de barro, etcétera.

Pero Paco ha sido también un permanente e incansable promotor de la cultura española en el mundo. Desde que en 1966 funda en París con otros amigos La Carraca, plataforma abierta a todos, en la que se ofrecen representaciones teatrales, conciertos y proyecciones cinematográficas, exposiciones, libros y coloquios literarios, la acción cultural española que tiene su origen en Paco Ibáñez es impresionante, sin que nadie se lo haya reconocido como se merece.

Claro que Paco Ibáñez no sólo no ha buscado los reconocimientos, sino que los ha rechazado. En 1983, Jack Lang, ministro de Cultura de François Mitterrand le concede la Medalla de las Artes y las Letras por su contribución a la afirmación de las Artes y a la libertad de los pueblos. Pero Paco la rechaza, como hace también cuatro años después cuando en 1987 el ministro francés insiste con el mismo ofrecimiento y él se niega de nuevo, porque no quiere menguar su independencia respecto de todo tipo de poderes, a los que se cede al aceptar un premio. Poderes, no sólo públicos, sino todo tipo de poderes sociales, lo que le lleva a rechazar en 1998 el Premio Gerald Brenan de la Sociedad cultural Andaluza Alemana, por su independencia radical y su acción en favor de la libertad y la poesía.

Esta independencia radical que me atrevo a calificar de paradigmática es ahora capital para devolvernos las esperanzas de la democracia española, que se han estragado en tan pocos años y han dado paso a este lodazal de personas, instituciones y prácticas que forman hoy la trama social y política de nuestro país.

Recuperar la voluntad inicial de cambio y transformación radical, convertida en esta siniestra parodia de ejercicio democrático, en esta envilecida celebración universal de la fullería y la mangancia de nuestra democracia postfranquista es nuestro primer y fundamental objetivo. Para cuyo logro conductas como la de Paco Ibáñez, sean cuales sean sus fallos y limitaciones en otros aspectos, son esenciales.

Artículo de Jose Vidal-Beneyto en el diario El Pais 14-XI-2009

 

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11 PM | 19 Oct

PARTICIPACION

 

 

 

 

 

En “artículos de opinión” hemos colgado uno de Ramoneda que hace una pregunta muy interesante: ¿qué hacer con los partidos políticos?, pero a la que no da ninguna respuesta. Justamente esa era la tertulia que teníamos el sábado por la mañana un grupo de amigos en los Mariscos. Como este blog se escribe desde el ámbito de éste pueblo pues voy a contestar a los amigos con la nota que el PSOE de San Lorenzo de El Escorial realizó con ocasión de la puesta en marcha de unas Mesas de Trabajo, decía así:  “Queremos compartir el diálogo entre quienes están dispuestos a argumentar y dejarnos convencer, queremos crear activos para vivir una democracia mas profunda y fecunda. Los socialistas de San Lorenzo queremos fomentar una ciudadanía activa, y por eso pedimos la participación en los debates sobre la salud ,la educación, la inmigración, la cultura, el deporte, etc, queremos potenciar las redes del lenguaje, necesitamos de una democracia radical, porque lo radical es ir a la raíz, y la raíz son los ciudadanos.
Los socialistas de San Lorenzo queremos con esta iniciativa dar cobertura en un documento programático a todas aquellas iniciativas ciudadanas que no tienen un soporte político institucional, queremos abrir discusiones abiertas y públicas, en el que cada ciudadano se enfrente a ideas diferentes a las propias, y alterar el orden de sus preferencias políticas, a nuestro juicio equivocadas y que no pueden llevar por mas tiempo a una nueva mayoría del Partido Popular .Queremos ser el partido de la alternativa.” . Esta nota seguramente no puede producir el reproche, estoy seguro que cuando recibo las críticas de la inanición de la izquierda en mi pueblo se está hablando de la parte de la representatividad pero yo soy de la opinión de que la democracia no se asienta en la representatividad sino en la participación , yo no quiero
 compartir el pensamiento débil, ni la mirada frágil, de quienes renuncian al cambio de la sociedad de nuestro tiempo y se apuntan a la confusa, y según ellos inevitable convergencia, del capitalismo con el dulce social liberalismo, y que nos lleva irremediablemente a las posiciones individualistas. Yo mantengo el criterio de que hay que conseguir que los ciudadanos se impliquen mas en la toma de decisiones, la participación no es solo votar cada cuatro años. Si todos los que critican con razón a los que están ejerciendo en estos momentos la oposición, participaran en las actividades municipales (asistencia a plenos, propuestas alternativas, elaboración de realidades, estudios sociológicos etc) y en alguna ocasión les sacaran los colores seguro que la derecha podría empezar a tener contados sus días. Yo procuro hacerlo, aunque por dar la razón a mis amigos no tengo mucho éxito.
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11 AM | 19 Oct

¿Qué hacer con los partidos?

 

 JOSEP RAMONEDA 18/10/2009  

 

 

La multiplicación de los casos de corrupción, que se extienden como verdaderas plagas, como está ocurriendo estos días en la geografía del PP; la cuestión eternamente pendiente de la financiación; la sensación de que el nivel del personal seleccionado para los altos cargos ha bajado sensiblemente en los últimos años; los lamentables espectáculos que combinan la celebración de las unanimidades con las descarnadas peleas y deslealtades entre compañeros; la bochornosa exhibición de la servidumbre voluntaria, con un verdadero pánico a cualquier forma de crítica o discrepancia interna; y la sensación generalizada de estar ante una casta con intereses corporativos, alejada de la realidad cotidiana, han generado un descontento creciente de la ciudadanía respecto de los partidos políticos. ¿Tienen remedio? ¿O habrá que pensar en otras formas organizativas?

  

 

La Constitución dice que «los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental de participación política». ¿Cumplen estos requisitos? Sólo a medias. Las dinámicas de los partidos tienden más a frenar que a estimular la participación política. En realidad, operan mucho más como agencia de colocación de una profesión llamada política que como canal de discusión y de acción política abierto a la ciudadanía. Expresan el pluralismo político, pero la condición de cártel con la que actúan, más que estimularlo, lo restringe.

La formación y expresión de la voluntad popular se han deteriorado, con un sistema de democracia mediática que favorece el monólogo del gobernante, con las encuestas de opinión como casi única señal que viene de abajo. El complejo mediático-político, una promiscua trama de intereses, ha conseguido que no sea ningún disparate la distinción entre opinión publicada -la que emana de este complejo- y opinión pública.

Si las tareas principales de los partidos son asegurar la participación política y la representación de la ciudadanía, seleccionar el personal para los puestos de responsabilidad política, y formular y liderar propuestas de gobierno que atienden al interés general, hay que decir que en todas ellas las deficiencias son grandes.

¿Dónde están los problemas? En la propia lógica organizativa: se ha dicho que los partidos son la única herencia del leninismo que ha sobrevivido a la caída del muro de Berlín. Lo cierto es que la democracia interna es muy débil y los partidos se han convertido en máquinas de ocultación de las malas noticias, a mayor gloria del jefe. Al mismo tiempo, los sistemas de escalafón son muy rígidos, con efectos perversos como que muchos militantes llegan hasta la cima de la carrera política sin otra experiencia profesional que la vida de partido.

En las élites políticas hay una obsesión por la gobernabilidad, que se expresa en el gusto por el bipartidismo: un club privado de dos socios, los únicos que pueden alcanzar el Gobierno de España, en el que es casi imposible conseguir el derecho de admisión. Los dos gozan de tantos privilegios -económicos, mediáticos, técnicos- que sólo una debacle cainita podría apartarles de esta privilegiada posición. La misma obsesión por la gobernabilidad está en el origen de las listas cerradas, que es una vuelta de tuerca más en el control de la servidumbre.

Naturalmente, en la financiación encontramos una fuente de corrupción insaciable. Siempre se habla de la necesidad de una reforma a fondo, pero nadie la emprende. Hombres ilustres de la política han visto cómo brillantes carreras acababan salpicadas por la corrupción y, sin embargo, sigue sin hacerse nada. ¿Tan grande es el negocio? ¿Tantas son las ventajas de la opacidad que merecen tan alto precio? Si encima se extiende la peligrosa doctrina, desarrollada por la derecha, de que el voto blanquea la corrupción, la sensación de impunidad es insuperable.

Cada uno de estos problemas se podría afrontar con medidas concretas que, sin ser una gran revolución, mejorarían sensiblemente las cosas: legalización de las corrientes internas que darían más calidad a la representación, cambios en la ley electoral que desburocratizaran la política, transparencia en la financiación, obligatoriedad de unos años de experiencia profesional fuera de la política para poder gobernar, etcétera. Pero para el cártel político resulta más cómodo gobernar una sociedad que crece en indiferencia que favorecer la crítica, la participación y la dignidad de la política.

 

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