10 AM | 21 Nov

Hotel del norte-hoja de sala

París, bajos fondos

Estupenda muestra del realismo poético de Marcel Carné, que sirve también para retratar los bajos fondos parisinos, algo que aprendió de la manó de René Clair, de quien fue ayudante de dirección en Le jour se lève, rodada seis años antes. El film adapta una novela de Eugène Dabit, cuya trama discurre alrededor de un modesto hotel en un barrio popular de París. Allí toma habitación para una noche una joven pareja con intención de suicidarse: Pierre matará a Renée de un tiro, y luego disparará contra sí mismo. Llegada la hora de verdad, Pierre sólo hiere a su amada, no se atreve a disparar contra sí mismo y huye. Renée salva la vida y Pierre se entrega a la policía; el joven será incapaz de aceptar las muestras de amor de su novia, avergonzado de su falta de determinación. Mientras Pierre está en prisión, Renée consigue empleo como camarera en el hotel; la joven fascinará a Edmond, un gángster que vive con una prostituta, hasta el punto de provocarle un cambio en su visión de la vida.

 

Como es habitual en el cine de Carné, la fotografía, en blanco y negro, es de una belleza deslumbrante, muchos planos rebosan poesía. Al tiempo, sabe definir toda una serie de tipos populares que se mueven alrededor del hotel -el hombre que comercia con su sangre para hacer transfusiones, el matrimonio que regenta el hotel, el gángster, la prostituta, los invitados a la primera comunión de una niña y sus padres…- con realismo elegante, que evita los elementos escabrosos sin escamotear información. El conjunto deja una impresión de fuerte sabor agridulce, pues si bien deja espacio para la esperanza, ello ocurre, de modo fatalista, aunque paradójicamente, redentor, a costa de la felicidad de otro personaje. De las interpretaciones destacan los trabajos de ellas, Annabella y Arletty, y del “gángster” Louis Jouvet.

 

 

 

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