Barcelona y ’14 de abril: Macià contra Companys’: cuando Catalunya fue una República soberana
Barcelona y ’14 de abril: Macià contra Companys’: cuando Catalunya fue una República soberana
Del 14 al 17 de abril de 1931 Cataluña fue una República soberana, no reconocida. Lo explica con detalle el documental ’14 de abril: Macià contra Companys’mero
Estoy en la plaza Sant Jaume, centro de la ciudad antigua, lugar habitual de encuentro y reivindicación. Me acompaña el periodista e historiador Toni Soler. Conversamos mientras nos vamos tumbando para ir observando detalles de los dos edificios que tenemos bien a la vista, bien conocidos: el Ayuntamiento, con su fachada de estilo neoclásico, en el lado del mar, y el Palacio de la Generalitat, con su fachada renacentista, en el lado de montaña. En estos dos grandes centros de poder político del país se rodó el documental de ficción 14 de abril: Macià contra Companys , con guión de Toni Soler. También se realizaron entrevistas que salen al filme en la Casa Amatller, una de las joyas modernistas del paseo de Gràcia.
14de abril: Macià contra Companys , basado en un libro del mismo nombre de Toni Soler, explora unos hechos clave en la historia del siglo XX del país –la “doble” proclamación de la República sin un solo rasgo–, muestra la personalidad de quienes lo hicieron posible, y la rivalidad entre Lluís Companys y Francesc Macià –el primer líder proclama la República y el primer líder proclama la República primero–. Cabe destacar que el político obrerista proclama la República, y el ex militar, el “Avi”, proclama la República Catalana en el marco de una “confederación ibérica”.
Son unos cuantos elementos del documental que transportan un montón de años atrás: el hecho de que bastantes protagonistas fuman ante la cámara, la poca presencia de mujeres (la mujer de Macià y la dirigente anarquista Frederica Montseny son algunas de las excepciones)… Y, por supuesto, la vestimenta de época.
Si ve este documental dirigido por Manuel Huerga seguro que le sorprenderán escenas como la de Macià y Companys a punto de llegar a las manos –parece que fue así– o el hecho de que varios de los protagonistas pasan la noche –durmiendo pocas horas– en los sofás de los salones oficiales, agotados de reuniones y negociaciones. Companys se duerme en la sede del Gobierno Civil, y cuando se despierta, lo primero que piensa es que han venido a detenerle. Esto está documentado que sucedió.
«Los hechos de los tres frenéticos días de abril de 1931, del 14 al 17, en los que Catalunya fue una República soberana, aunque no reconocida, son memorables, entre otras cosas porque quienes lo hicieron posible se estaban jugando la vida o años de cárcel», subraya Toni Soler. «Incluso el ejército se cuadró ante Macià como presidente de la República Catalana».
«¿Tiene ningún sentido establecer paralelismos con el actual callejón sin salida del Proceso? ¿Podemos sacar alguna lección?», pregunto a Toni. «Sí. Por un lado, cuando hay una oportunidad histórica se debe aprovechar. Companys decidió tomar la iniciativa y la monarquía cayó como un castillo de naipes. Macià no pensaba en una independencia total sino en un régimen confederal. No lo logró, pero sí logró unas cuantas ganancias, que no son menores: el título de presidente de la de Autonomía, que se aprobó al año siguiente”, reflexiona Soler. Y añade, también a modo de lección: “Proclamar a la República no quiere decir que ésta sea real”.
Macià y Companys fueron dos políticos de una fuerte personalidad, representantes de las dos almas del catalanismo. Estas dos almas se juntaron para hacer frente a un enemigo común: la monarquía. La historia del catalanismo está llena de parejas complementarias: Prat de la Riba – Cambó, Pujol-Roca… que, pese a sus diferencias, han caminado juntos con objetivos no muy diferentes, apoyándose cuando se ha acercado la tormenta. Como parecen hacer los estáticos Jaume I y Joan Fiveller.
Por entonces de enorme efervescencia política se hizo un nuevo himno nacional de Cataluña, con letra de Josep Maria de Sagarra y música de Amadeu Vives. El canto del pueblo , se llamaba. «Gloria, catalanes, cantamos, cantamos con el alma…», comenzaba. Pocos días después de haber sido escrito se estrenó en el Palau de la Música Catalana. Se cuenta que la gente le aplaudió, pero acto seguido pidieron a gritos Los segadores . Aquí acabó la discusión sobre cuál debía ser el himno oficial de Catalunya.
Sí prosperó, en cambio, el nombre de Generalitat para designar al nuevo gobierno autonómico. Nos hemos habituado a ello, pero es un nombre poco explícito. En alguna ocasión, Jordi Pujol reveló que cuando decía en el extranjero que era presidente de la Generalitat, algunos pensaban que era presidente de una compañía de seguros.El documental destaca que el nombre de Generalitat fue una propuesta de Nicolás de Olwer, ministro de Economía del gobierno provisional de la República española. ¿Fue un acierto aceptarla?
DANIEL ROMERO.