10 PM | 16 Dic

EL SARGENTO YORK

El Sargento York (Howard Hawks, 1941)

Hoy toca dedicar el análisis del día a una película de la Primera Guerra Mundial rodada durante la Segunda Guerra Mundial. En ese intervalo de tiempo donde lo normal era atiborrar con cine de propaganda y patriótico ambientado en la misma contienda, “El sargento York” representaría una rara avis. Si bien, tiene truco el film de Howard Hawks, ya que se rodó cuando EEUU aún no había entrado en la contienda.

Curiosamente es uno de los apartados que se tratan en este film rural/bélico donde la guerra es protagonista únicamente en su último acto, donde el cabo Alvin York llega a ser condecorado como héroe de guerra. El film dedicado a la memoria de un hombre que fue a Europa a luchar, no era sino un intento de Hawks por promover la conciencia pública americana vendiendo, nuevamente, que la guerra era necesaria. La película fue un exitazo de taquilla, aprovechándose indirectamente del boom post Pearl Harbor (A pesar de su estreno en septiembre). Fue el film más taquillero de 1941, doblando lo logrado por el siguiente de la lista: “Murieron con las botas puestas”.

Sinopsis
Alvin York (Gary Cooper) es un joven que vive en una granja junto a su madre y hermanos. Él, el mayor, tira de la familia durante el día, matándose a trabajar… pero por las noches le sale la vena juerguista y es el “liante” del pueblo, del que todos hablan, ganándose muy mala fama entre los vecinos, para desgracia de una madre que no para de escuchar cuchicheos acerca de su hijo.

Este tipo de vida cambia cuando se topa con Gracie, una vecina del pueblo de la que se enamorará, inciando así un flirteo en el que, ni corto ni perezoso, le propone matrimonio. Consciente de que ha de cambiar el modo de vida, decide comprar una parcela de terreno, puesto que su granja está muy mal ubicada para poder conseguir buena cosecha. Empeña su mula y promete al arrendero que en 60 días conseguirá 60 dólares (tengamos en cuenta que un dólar de la época no tiene nada que ver con hoy en día).

Ahí comienza a buscarse la vida trabajando de día y de noche, vendiendo cosas y sacando dinero de donde puede. Plano a plano, Hawks nos demuestra como va avanzando los días y los ingresos, y como a una semana de llegar al objetivo apenas alcanza los 45 dólares… dejando claro lo imposible de conseguir recaudar la cantidad necesaria, a pesar de haberse matado a trabajar (y a no beber). Alvin va donde el hombre con el que hizo el negocio y le promete que “El martes no tendrá el dinero, pero el sábado conseguirá el dinero con el concurso de tiro”.

Dicho y hecho, nuestro héroe protagonista demuestra su destreza en el tiro (y parte de su fanfarronería) logrando primero cazar al ganso, y venderlo a cambio de “tiros” para conseguir el ternero, auténtico gran premio del concurso. Con gran puntería Alvin gana los 5 premios y se lleva el ternero entero, y aprovecha para sacar tajada pidiendo un dólar a cada participante a cambio de competir de nuevo por el vacuno. Sin embargo en ese momento llega el hombre con el que hizo el negocio y le dirá que “ya ha vendido el terreno” justamente al mayor enemigo de Alvin; lógicamente este entra en cólera.

Vuelta a la vida nocturna, Alvin se emborracha nuevamente para ahogar penas en una noche de tormenta. Volviendo a casa un rayo le cae encima y él aturdido pero vivo, lo ve como una señal de Dios, y decide entrar en la iglesia, donde el cura del pueblo da misa cada noche para los fieles feligreses donde se incluye la madre de Alvin. Nadie puede creer lo que ve, pero abrazan a un York que ha comenzado a cambiar, como nos demostrarán los siguientes planos donde le vemos hablar de Dios, abrazar la biblia y perdonar a cuantos enemigos pudiera tener, hasta el punto de pedirle a su mayor enemigo trabajo en la que ahora será “su granja”. Todo ello con vistas a un futuro prometedor con Gracie.

La guerra
Pero la guerra irrumpe en la apacible vida en la vida rural hasta entonces inalterable. Alvin debe alistarse voluntariamente o le irán a buscar y, a pesar de las alegaciones suyas (y del cura del pueblo) por conseguir que no vaya a combatir por su renuncia “a matar” según el mandato de la biblia, finalmente no le quedará más remedio que ir. En el campo de entrenamiento demostrará su habilidad con el tiro y será propuesto para ascender a cabo y enseñar al resto a disparar. Él duda y el Mayor al mando le entrega un libro sobre la historia de Estados Unidos, diciéndole que por mucho que la biblia diga una cosa, este país ha crecido según… (pongan aquí las palabras patrioteras que quieran).

Finalmente, tras sopesarlo consigo mismo, vuelve y decide que sí, que adelante con todo y a la guerra. Una vez allí el film se nos sitúa en las trincheras, donde los más veteranos les enseñan la cruda realidad. Como dato a tener en cuenta, estamos ya en 1918, en Octubre, con lo cual la guerra está a punto de terminarse (acabó en noviembre). Se nos sitúa en la batalla de Meusse-Argonne, y concretamente en el día del 8 de octubre, cuando llegaría a ser reconocido mundialmente.

York y los suyos asaltaron un puesto enemigo, y tras conseguir hacer prisioneros a unos cuantos alemanes, se vieron sorprendidos por las ametralladoras alemanas que, desde la colina, disparaban. Los pocos supervivientes aguardaban lo peor cuando York consiguió escabullirse, asaltar las posiciones enemigas, matar a unos cuantos enemigos y, él solito, hacer prisioneros al resto antes de volver con los suyos y ver morir a su mejor amigo del pelotón.

Posteriormente volvería a casa, y tras un heroico tour para enseñar al héroe por Nueva York, decidiría volver a casa renunciando a jugosas cifras por hacer publicidad de todo tipo. No importaba, el Estado de Tennesse igualmente le había comprado el terreno y construido la casa donde viviría con Gracie, cerca de su familia y sería muy feliz. Y todo, según él, por intentar salvar las vidas de sus compañeros de combate.

La secuencia
Rodada como un drama rural típico de aquellos años (al estilo de “Qué verde era mi valle”), “Sargento York” se diferencia claramente en dos películas. La primera, la del drama rural donde se nos muestra como es un trabajador innato y como se emborracha (pelea de bar del Lejano Oeste incluida), como se enamora y pelea por su amada… y como muestra sus habilidades con el tiro en competiciones con el resto del pueblo.

Esa apacible vida contrasta con la instrucción y entrenamiento para el combate y con la guerra, mostrada en apenas 25-30 minutos pero donde se ve a las tropas aliadas avanzar por la tierra de nadie rumbo al enemigo. En pocos minutos se nos enseña también como se vive en las trincheras (escuetamente). Y, sobretodo, hay tiempo para el acto heróico, sin duda alguna, la secuencia cumbre de la película.

Una vez son acribillados por el enemigo, York se mueve arrastrándose para buscar una posición desde la cual abatir a los hombres de las ametralladoras. Una vez allí vemos un par de detalles que tienen que ver con lo visto hasta entonces. Como los enemigos con las ametralladoras disparan a sus compañeros y él está en un flanco pero no les puede ver, hace el mismo ruido que un ganso. En el concurso de tiro, para cazar al ganso tuvo que hacer eso para que el bicho le prestara atención y saliera de su escondite. Los alemanes, al oir el ruido, levantan la mirada y York les dispara a matar.

Poco después se ve una trinchera donde numerosos alemanes disparan a la ofensiva aliada al otro lado. Pocos minutos antes, durante el entrenamiento, York enseña al resto como se caza a patos que están volando: “primero hay que disparar al de atrás” porque así el resto seguirán el trayecto sin asustarse en exceso… y así, uno a uno, acabas con todos. Así de sencillo y eso mismo hizo con los alemanes, disparando al que más cerca tenía, uno a uno, el soldado que tenían a su lado se daba cuenta pero antes de que pudieran hacer nada, ya estaban muertos… y así hasta que finalmente el resto deciden rendirse.

Sí, se cuenta que mató a unos 20 soldados alemanes él solito allí arriba, e hizo un porrón de prisioneros, como vemos en esa secuencia donde él y otros 7 soldados acompañan a unos 100 prisioneros alemanes hacia las líneas aliadas. Y ahí nadie se queda con tantos prisioneros, hasta que un oficial de alto rango se sorprende al comprobar que tan pocos hombres han sido capaces de hacer prisioneros a tan amplio número de alemanes. Con gente así, sin duda, la guerra estaba ganada.

Valoración
“El sargento York” puede ser acusada de intento patriotero vulgar por quienes no vean más que lo que se intenta vender, la vida de un héroe americano. Sin embargo hay muchos detalles que hacen de ella un notable drama. Hawks rueda con gran pulso una historia dramática (mucho más allá que romántica). La historia de amor no tiene suficiente peso y se centra en la vida rural, y ahí la película gana en interés.

La historia dramática se sigue con interés porque Hawks, como buen director de Westerns que llegaría a ser, rueda una de vaqueros sin tiros, la del granjero que intenta ganarse la vida. El montaje ayuda mucho para ir viendo pasar el tiempo y conociendo más al personaje y lo que le rodea, biblia incluida.

Después está la parte del combate, donde nuevamente el montaje es un punto fuerte del film. Dejando pinceladas de detalles (como el que comento de la forma de cazar patos), la película se nos pasa volando a pesar de que apenas una cuarta parte de la misma tiene que ver con el combate. Pero llega esa guerra que el amante del cine bélico está esperando y no decepciona.

A pesar de que podamos tildarla de un tanto fantasma (no pondremos en duda que sea verídico lo que pretende contar), el hecho es que toda la secuencia de combate está rodada con un acabado notable, muy bien trabajada en todo momento y dejando claro que el director sabía lo que hacía. Cooper está sensacional como demostraría que con este film lograría su primer Oscar.

Nota: 7,75

Lo Mejor: Gary Cooper, la vida rural y un montaje muy conseguido para la época
Lo Peor: Que el mensaje eternamente patriótico le pase algo de factura con el paso de los años.

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