07 PM | 18 Ene

SUEÑOS DE INVIERNO

Hemos terminado la proyección de dos pelis de Ceylan, ahora sólo nos falta  hospedarnos en el hotel  Otello en la Capadocia y observar sentados en el salón tomándonos un te, entre la luz amarilla de su interior y el blanco de la nieve de unos paisajes espectaculares , como se van poniendo al descubierto, al modo de secretos de matrimonio de Bergman, la dignidad, la generosidad, la culpa, la compasión, y casi al final de la peli el dinero, en una escena memorable. Es decir, SUEÑOS DE INVIERNO, que ya la tenemos comprometida.

Un verso entrañable de Miguel Torga, recogido en “La paz posible es no tener ninguna” dice simplemente “siento el miedo del reverso” y eso es lo que debemos pensar equivocadamente al enterarnos de la duración de la cinta, sentir el reverso del cine comercial, pensar que no vamos a poder aguantar tanto tiempo en la sala de proyección. Un equívoco sin duda. Jame Campión, directora del festival de Cannes aseguró que “podía haber estado viendo la película otras dos horas más”.

SUEÑO DE INVIERNO es un cine que enseña a mirar, y también a saborear diálogos muy potentes. Si uno dice “la compasión es refugio de los cobardes” el otro responde “todos soñamos con grandes empresas para seguir fracasando”. Nada menos que Shakespeare frente a Doctoyevski, envuelto en unos cuentos de Chejov.

 

Refugiado en una tierra que perteneció a su padre Aydin, el exactor que vive con su mujer más joven y su hermana, terminará escribiendo la historia de teatro turco después de reflexionar sobre la naturaleza humana. ¿estamos preparados? Pues adelante, y por favor no me preguntéis cuando estemos sentados eso de ¿Qué película nos pones hoy? o lo de ¿cuanto dura?

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