03 PM | 22 Ago

DESVENTURAS

 

  

 

Hoy (21-8-2010) se cumplen 70 años de la muerte de Trotski, y fue Augusto Assia, corresponsal de La Vanguardia en Nueva York, el que descubrió que quien había hincado el piolet en la cabeza del líder político se llamaba José Ramón Mercader del Rio. De familia acomodada en el barrio barcelonés de Sarria-San Gervasi, culto, conocedor de varios idiomas, fue condecorado por el KGB, siendo sus cenizas enterradas como Ramón Paulovich. Un muerto en vida por la fidelidad al delirio maternal.

He tenido ocasión de escuchar el manifiesto en defensa de las corridas de toros en euskera en la plaza de Azpeitia, donde se lidió la ganadería de Palha y Dolores Aguirre.Recomendamos la exposición que hay en el Museo de Bilbao con el nombre genérico de TAUROS. El origen de esta exposición está en la conmemoración del centenario del club taurino Cocherito de Bilbao y su objetivo es mostrar la complejidad con la que el arte se ha acercado a la figura del toro, a partir de su importancia religiosa en las civilizaciones primitivas y de su poder generador de mitos y manifestaciones zoolátricas, de juegos ceremoniales y sacrificios en las civilizaciones mediterráneas de la Antigüedad. Desde entonces y hasta el medioevo las cacerías de toros, y su participación en los circos romanos y en rituales nupciales de fecundidad desarrollaron una relación con el hombre que acabó adquiriendo un carácter lúdico que paulatinamente se fue convirtiendo en la lidia codificada que hoy conocemos.

Ahora que se va a cumplir el 150 aniversario del nacimiento de Chejov, además de volver a leer “La dama del perrito” recomiendo el libro de Janet Malcolm (Leyendo a Chejov) que me compré después de las discusiones que tuvimos con Paco en la tertulia de los miércoles. Tertulias que tendremos que poner nuevamente en marcha. Allí conocimos, por mediación de Antonio, a Julio Ramón Ribeyro, y así hemos podido disfrutar recientemente con “La palabra del mundo” editado por Seix Barral.

Terminé la marcha de las cumbres en su cincuenta aniversario, esta verz sin Ndendon, y como creo que he cumplido con creces con la tradición y la organización no hace cambios para los que pasamos de cincuenta doy por finalizada la rutina de cada año.

Me han arrancado de cuajo los limpiaparabrisas del coche, y por si fueran daños intencionados lo único que me sale es la frase en latín que se puso en circulación desde la bárbara ejecución de Sebastián Castello: “hominen occidere, non est doctrina tuere, sed est hominen occidere (matar a un hombre por defender una idea no es defender una idea es matar a un hombre).Ya sé que aquí solo se trata de unos daños a un coche,y además no ha sido al único, pués en el garaje hay cinco destrozos parecidos, pero no está mal usar el latín. Sigo con resaca, a pesar de las pastillas que me da mi nuera, me voy unos días a WAHLHEIM.

 

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