10 AM | 10 Abr

Una película magnífica

Y es que ya va siendo hora de reivindicar a ese excelente cineasta que fue, y siempre será, Albert Lewin, un director tan exquisito como lo pueda ser un Max Ophüls, Rouben Mamoulian, Luchino Visconti, o Joseph L. Mankiewicz.

Con este último encuentro que tiene muchas cosas en común, aparte de un gusto exquisito por la puesta en escena y la dirección de actores, una afinidad literaria en los guiones, muy bien construidos y un gusto muy cuidado por los diálogos.
Y es que hoy en día, prima sobretodo la puesta en escena, la imagen por encima de todo..herencia de los Hitchcock, Kubrick y Spielberg de turno..
Se cuida mucho la imagen sobre el contenido en el cine actual, los cineastas parecen más preocupados por la manera de contar algo que por contar algo de verdad y de que tenga sentido…de ahí el cine que tenemos hoy en día.
También el denominado “cine de autor” ha hecho mucho daño en este sentido, y las políticas “cahieristas” que han primado el valor de los juegos de cámara, y diferentes filosofías de puesta en escena, por encima de los guiones bien construidos y diálogos exquisitos.
Albert Lewin, como decía en mi introducción, merece todos los honores habidos y por haber en cuanto a reivindicación.
Cualquiera que vea este film, o la hermosa Pandora y el holandés errante, o El retrato de Dorian Gray (por cierto, la mejor versión cinematográfica hasta el momento del relato de Oscar Wilde), descubrirá un cine de enorme calidad, tanto cinematográfica como literaria, con una puesta en escena muy poética, una manera de narrar extraña y para nada clásica aunque lo parezca..
Ciñéndonos a este film en concreto, La vida privada de Bel Ami, nos encontramos una joya del cine que urge redescubrir, que nos habla de la vida y la muerte, de nuestros éxitos y fracasos ante la vida, del ansia de poder, de elegir entre el poder y el “presunto éxito ” y el amor verdadero, y de cómo tomamos decisiones que nos afectarán para siempre. ..todo esto regado de diálogos precisos y para el recuerdo, con unos actores magníficos encabezados por ese soberbio actorazo que fue George Sanders, junto a James Mason, de los pocos actores en la Historia del Cine capaces de conjugar cinismo y ternura, una ambigüedad muy venenosa, que saben extraer de sus personajes un calculado cinismo que los hacen atractivos, de elegancia infinita..
Es una pena que no se de a conocer más a Albert Lewin, y que sólo haya una crítica aquí en Filmaffinity de este excelente film, con la mía ahora ya seràn dos.
Animo a todos los que me lean que vean algo de su cine, no les defraudará si buscan ver cine “clasico” ( y más moderno que el 99% del cine actual) de calidad.

Jaime Rodriguez

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