03 PM | 01 May

Respuesta al comentario de Jorge sobre la peli “El juez y el asesino”

RESPUESTA AL COMENTARIO DE JORGE SOBRE LA PELI “EL JUEZ Y El ASESINO”  

 

Comprendo tu desasosiego y también que no te gustara la película, y, por supuesto, también, mi comentario, visto lo que expones. Lo que no comprendo tanto, es porqué el pensamiento, la inteligencia o la crítica razonada contravenga, según leo, “ los sentimientos y convicciones compartidas por todos…………”, como si la peli, su director o guionista, y mi comentario, no formáramos parte de aquellos que comparte esos sentimientos, y el director y yo fuéramos unos perversos conniventes con el asesino de la peli.

Imagino, que no piensas eso, pero lo deslizas como queriendo decir que tú estás en el sentir de todos o mayoritario y el director y yo no, sobre la valoración del asesino, en cuestión. Quizás tengas razón, en que yo no estoy con mucho del sentir mayoritario de la época que me ha tocado vivir, por eso quiero cambios profundos en un sentido anticapitalista, con revolución o sin ella, eso yo no lo sé, pero eso de por vía evolutiva, que antes creo se llamaba dialéctica, ahora resulta  que todo es como si fuera a caer por su propio peso, al margen del querer de la voluntad de los hombres, de sus intereses, deseos y pasiones…Como queriendo decir, natural, sin conflictos serios, todo consensuado y todos al unísono. Todo “racionalmente” y civilizadamente. Cuidado con ese concepto de civilización. En su nombre se han cometido las mayores tropelías en la historia, asociadas a la barbarie. Pues no, la cosa no funciona así de bien, ni ahora, ni en la historia. Ni tampoco en el hombre individual como se nos ha querido mostrar, desde la metafísica dualista y antagónica, de todo tipo. En la última sesión ya debatimos un poco sobre eso.

Pero el tema es otro, aquí de lo que habla el director, creo, y yo, en mi comentario, es de un juez y la relación con el asesino que establece, desde su prevalencia jurídico política, o sea, de poder, en la que un juez penal, que tiene un poder inmenso de última instancia, que es el de hacer morir desde la ley, pena de muerte, en su época, por intereses personales, en un marco social de odio al vagabundo al marginal, al loco…., puede poner en la picota el estado de derecho, la igualdad ante la ley ( esa cosa que parece funcionar a veces en la forma, pero no real), en nombre de la propia ley que dice servir y de ahí el debate general sobre el concepto en sentido amplio, no solo jurídico, de la prevaricación. Por otra parte, Jorge, convendrás conmigo que el derecho no cae del cielo, como pareces interpretar, aunque en las monarquías absolutas, del XVIII y XIX era su fuente, del que habita allí, sino que las más de las veces lo trae la violencia, como partera de la historia, se decía, o mejor, un conjunto de fuerzas que construyen una hegemonía e instauran un poder constituido, con más o menos tensión política y social.

Efectivamente, hay un vagabundo crédulo, como decía, que confía en la justicia del juez para que haya atenuante a su necesidad imperiosa y reconocida de violar y asesinar a niñes (una pequeña provocación), se lo confiesa al juez así, no dice que quiera eludir la ley, sabe su perversión, y sabe que la sociedad a través de la justicia tiene que hacer algo con él, que no puede dejarle en libertad para seguir matando, aunque va delirando sobre la anarquía y el socialismo. Unos haremos hincapié en el poder del juez que prevarica y otros en la locura como causante de la pena que se merece por parte de la sociedad que se defiende, pero sin maniqueísmos, ni juicios morales previos al conocimiento de lo que se trata. Normalmente cuando se juzga moralmente a los demás es por falta de conocimiento de ellos y de nosotros. En esto, seguramente, tampoco estaremos de acuerdo, porque está muy extendido eso de “pensar” moralmente, juzgando.

Respecto a la prevaricación judicial y haciendo extensiva a otros derroteros, políticos, mediáticos….., para pensarla mejor, creo que es el peor mal del sistema jurídico y del momento actual político, con las fake news y el lawfare, proliferando sin remedio; creo también que se prevarica en sentido estricto judicial, incluso hoy, mucho más de lo que aparece castigado en los tribunales, siendo, insisto, el poder más finalista de todos, el de mayor responsabilidad porque tiene la potestad, otorgada socialmente, de hacer morir, en esa época, o privar de la libertad, en ésta, y no tiene ningún poder por encima que pueda evitarlo, desde luego la victima de la misma no, está indefensa. En España, y, como hemos visto en Latinoamérica, el caso de Lula en Brasil ha sido y se ha  visto meridianamente, y muchos más, tiene recorrido para aburrir, pero claro, no se podrá demostrar, o cuando se demuestre llega tarde.

El problema Jorge, entonces, no es que una sociedad, ni una institución puedan ser “llamadas “prevaricadoras” porque pretendan cumplir sus normas vigentes, y perseverar en ellas”, como dices, sino que, para preservar el sistema de poder establecido, tenga que recurrir a esos mecanismos para su defensa y mantenimiento, prostituyendo el sistema de normas que se dan para todos, por lo que, solo el recurso a la violencia revolucionaria quede para evitarlo. Y para que eso no se produzca, vuelve el fascismo disfrazado de neo, porque ya el consenso hegemónico, cultural y político, se haya roto.

En eso consiste esa alternativa que planteas de vía evolutiva o revolucionaria para transformar el mundo injusto: que cuando las fuerzas dominantes y hegemónicas pierden el consenso cultural y político entre la población, por sus desafueros de poder, por su connivencia con la violencia estructural, solo quedan las salidas fascistas o las revolucionarias, las marchas atrás o hacia adelante, siempre imprevistas y contingentes. Pensemos que fué, el 15-M, un aviso.

Esas son las crisis orgánicas, de las que hablaba Gramsci, y los periodos de transición, entre una hegemonía y otra suelen ser largos, conflictivos, contingentes y, en buena medida aleatorios, pero inevitables. La ley se rompe, y vuelven las fuerzas a su lugar, instituyentes o reaccionarias. Miremos bien el contexto social y político en el que vivimos, porque algo de eso está volviendo a pasar, con consecuencias planetarias.

No es una cosa banal de un juez, “narcisista y estúpido” le llamas, como en la película, que se salta individualmente las normas establecidas por el sistema de poder hegemónico, y, por tanto, no tiene mayor problema, el sigue y escala en la sociedad y el reo es ejecutado o pierde la libertad, NO, es el síntoma de una justicia que pierde legitimidad y ya no establece el consenso necesario para mantener el orden que trajeron las fuerzas que ocuparon el Estado y sus instituciones represivas. A partir de ahí, todo es posible. No confiemos, por tanto, otorgando tanto poder a lo jurídico, menos aún a lo penal, sin rehabilitación del reo, y haciendo que prevalezca sobre la política, en sentido amplio, del pueblo y para el pueblo.

Así vi la película, y ya lo expresé.

Un abrazo

Eugenio

 

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2 comentarios

  • Colectivo Rousseau

    Lo siento, no llego a comprender el discurso; no obstante es claro que no has entendido mi manifestación sobre la formación del derecho, que no viene del cielo. Y, es obvio, que prevaricación, ni en sentido estricto o amplio, es lo que dices. Así no es posible la comunicación. Jorge

    ↶Reply2 mayo, 202119:36
    • Colectivo Rousseau

      Eres listo, Jorge, seguro que si lo has entendido. Ya se dice, “a buen entendedor, pocas palabras bastan”. Perspectivismo.

      ↶Reply3 mayo, 202111:06