12 PM | 17 Abr

Comentario a la peli “La Mujer del Cuadro” de Eugenio

COMENTARIO AL FILM “La Mujer del Cuadro” de Fritz Lang por EUGENIO

 

La película de esta semana nos sitúa ante la problemática del deseo, el insconciente y el sueño terapeutico, por tanto, en el territorio de la psicología individual, aparentemente, y en un marco filosófico más amplio ante la presencia de los dualismos que la filosofía occidental nos ha dejado producto de la metafísica, en este caso, lo animal frente a lo racional o naturaleza frente a la cultura.

La peli comienza con la mirada de un hombre, el protagonista principal, a un cuadro de mujer en un escaparate, que idealiza, y una posterior comida con 2 amigos, en la que se dialoga sobre la necesidad-posibilidad de la aventura en ellos, digamos hombres maduros, que se interrogan y se provocan sobre ella, si son capaces. Toda la película es lo real vivido por este personaje, que trascurre como tal en un fondo de cine negro, de género, hasta que al final nos muestra que solo fue un sueño. El azar le lleva a realizar un homicidio, en defensa propia, en la casa de la mujer, ante la presencia amenazadora de un hombre de grandes recursos económicos, amante ocasional de esa mujer. Al ingrediente de la imagen de la mujer del cuadro y su fantasía, se añade la presencia física, real, de una bella mujer, imagen del cuadro, que seduce e incita al hombre que miraba el cuadro, que la representa, de alguna manera, a irse con ella. La mujer, otra vez, como seductora maligna que incita a los hombres al pecado del deseo sexual, tan construido por la moral religiosa dominante en la historia. También, Freud y la psicología profunda del deseo a la palestra del debate.

La pregunta que surge, aunque no explicita en el debate en zoom, es si el hombre podía o debía resistirse al deseo, en aras de una vida sin aventuras, plácida junto a su familia, de la que se había despedido para una tarea profesional  de conferenciante sobre temas de homicidios; o, preso del deseo, seguir la aventura que se le proponía, y de la que habían conversado los 3 amigos maduros, en un juego detectivesco, muy logrado, con el amigo fiscal del caso de homicidio en cuestión, sin saber que el protagonista la iba a experimentar, de una forma trágica, cometiendo un homicidio ( a estos efectos, lo de menos es si fue en defensa propia, homicidio o asesinato, que sí tiene enjundia para el código penal social).

Y, claro, el debate sobre la inconsciencia del deseo, sobre la pulsión y el instinto, como si fueran compartimentos estancos, o, por el contrario incorporados, ineluctablemente, en la vida que trascurre, sin definiciones previas lógicas, de cada una, como fuerzas inconscientes del ser humano, que pueden crear un sentido u otro en la tensión permanente de construcción de un ser individual atravesado por fuerzas exteriores que pliegan interiormente. Deseo social siempre o representación edípica burguesa, en el teatro familiar, de la culpa y el incesto. La falta como causa del deseo de objeto: “deseo lo que y porque me falta”, o “deseo siempre y nada falta”. Aquí pugnan las distintas visiones del psicoanálisis, desde Freud hasta el esquizoanálisis, pasando por Lacan o Melanie.

Aquí aparece también la antinomia animal-racional del hombre, tan cara a la metafísica tradicional. ¿El hombre es animal con una serie de características más desarrolladas que en otros animales, y menos en otras, o no tiene nada que ver con el animal porque es un sujeto creado de una vez por todas y para siempre con unas características específicas, dotado de alma o espíritu, que le hacen superior y contrario al resto de los animales, y de cuyo componente debe separarse si quiere aspirar a ser libre?. Auswitch, ¿es irracional, contrario al ser humano o un cálculo razonado de exterminio, aquello de “ El sueño de la razón produce monstruos” de un grabado de nuestro Goya?.

La sospecha de Nietzsche sobre lo que esconde la moral, la de Marx sobre lo que se esconde bajo la mercancía y el dinero, y la de Freud sobre lo que hay detrás de la razón y la consciencia, cobran su naturaleza crítica y, en este caso, nos obligan a preguntarnos si el humano debe “jugar” con el riesgo de perderse y  asumir la aventura del deseo como su naturaleza genuina, para así aprender a dirigir los instintos para ser cada vez más libre, sin renunciar a ellos, como la metafísica religiosa y moral nos ha propuesto y prescrito hay que hacer, eludiendo el pecado, el mal, el desequilibrio, la angustia, del que estará preso si no renuncia.

¿Asumirá el hombre, de una vez ya, su naturaleza animal, su devenir animal, con los instintos que le dan vida, para crear nuevas formas basadas en la invención, en la creación y en la repetición extensiva de su memoria, con la cooperación intercerebral de todos; o, seguirá preso de la metafísica que le inunda de todos los peligros, con todos los miedos, que ciertamente existen, claro, que le invitan a renunciar y a plegarse a la vida cómoda, dormida y servil, dominada ya por los fuertes con instintos que han sabido desarrollar, de forma que siga el pastoreo, ora de la religión, ora de la moral dominante, del psicoanálisis burgués individualista o familiarista, funcionando todos como sujetos automáticos del mercado del placer del consumo individual, del dinero-mercancía, y del trabajo social abstracto en la sociedad de nuestro tiempo?

La peli que vimos, al mostrar el sueño al final, y colocar al protagonista, en la imagen inicial con la mujer seductora, diciendo que de ninguna manera seguirá el deseo, visto lo visto y vivido lo vivido en el sueño, parece decirnos que hay que plegarse a la vida construida para ti, para que no la vivas, y que seguir el deseo es un juego demasiado peligroso como para asumir su dirección. Mejor plegarse a lo que ya existe y ha sido probado, aunque signifique la muerte en vida, la servidumbre voluntaria.

EUGENIO

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3 comentarios

  • Colectivo Rousseau

    Mejor que te lo den todo hecho.
    Mejor decir que tu momento ya ha pasado.
    Mejor dejarse llevar por la corriente
    Mejor que haya un dios padre que te diga lo que se puede hacer.
    Mejor no pensar
    Mejor no hacer caso a los impulsos.
    Morirse después casi no cuesta, salvo a los que han estado toda su vida luchando para sobrevivir
    LUIS RODRIGO

    ↶Reply18 abril, 202116:40
  • Colectivo Rousseau

    Terminado de leer tu análisis, he recibido el comentario del libro “LEJOS DE AQUÍ”, en el que se cuenta la relación del director Eloy de la Iglesia con el “actor” José Luis Manzano. En síntesis, a Manzano lo encuentra en los billares de Callao, procedente de la UVA de Vallecas, lo prostituye, le introduce en la heroina, muere en su casa de sobredosis, después de haber protagonizado algunas de sus películas. Eugenio, me deja confuso eso del devenir animal. No obstante, un comentario muy interesante para leer. FÉLIX

    ↶Reply18 abril, 202118:43
    • Colectivo Rousseau

      Porque seguimos presos del dualismo que legitima la superioridad del espiritu, su ruptura con el cuerpo, presos de la metafisica. El devenir animal seria un retorno del animal.en el hombre que haga posible cultivar una panoplia de formas de vida singulares e irreductibles, un ocaso del hombre construido por siempre jamas.
      EUGENIO

      ↶Reply19 abril, 202118:27