ÚLTIMOS ARTÍCULOS

02 PM | 25 May

 El laicismo y la ética cívica

                            
                   Luis María Cifuentes
    Prólogo de Victorino Mayoral
             Apeiron Ediciones, 2019

Por Antonio Chazarra Montiel

Cuando aparece un libro es frecuente que se hagan reseñas y comentarios. Hace ya varias semanas que tuve ocasión de leer Laicismo y ética cívica de Luis María Cifuentes. No pretendo otra cosa, en esta aproximación, que compartir con los lectores mi satisfacción. Al cerrarlo queda una sensación placentera de obra bien concebida y desarrollada, repleta de pensamiento crítico y sabiduría.

Leer más…

Compártelo:
04 PM | 24 May

…Y TAMBIÉN EUROPA

…. Y también EUROPA

 

Hoy he leído una frase de García Montero, quien por cierto inaugurará los Cursos de Verano,  que vendría muy bien a algunos de los habituales del grupo AGORA dice así: “yo puedo intentar adaptar la palabra poética y el  conocimiento poético a la realidad de hoy, pero no puedo creerme que estoy inventando la poesía”. Si cambiamos la palabra poesía por política, cobra mucho sentido la frase. Yo no sé si, en esos debates electorales en los que  participan candidatos de San Lorenzo, el periodista de turno preguntara por “El verso libre de EEUU” alguno podría darnos noticias de a que poeta se estaría refiriendo, o si preguntara por Timoteo Padrós, que da nombre a una de nuestras calles, el conocimiento fuera muy preciso. Qué queréis que os diga, salvo alguna excepción, me parece que todo es manifiestamente mejorable. ¿Habéis oído a algún candidato hablar de Europa? Me sorprende la falta de debate político sobre Europa, cuando del conocimiento del funcionamiento de las Instituciones europeas, nos podemos beneficiar como vecinos. En la campaña a las europeas del año 1999, tuve la ocasión de organizar un panel de cinco conferencias con la participación de Fernando Morán, Carlos María Bru, Carlos Carnero, Enrique Barón, y la colaboración de la revista SISTEMA,  que dio como resultado que el conocimiento de los futuros concejales socialistas sobre Europa redundara, por ejemplo, con la creación, entre otras cosas, de la Oficina de Desarrollo Local. Pido, desde estas líneas, el voto para Josep Borrell, (al que saludaré en Valdemorillo) y me reservo el día de reflexión para deshojar la margarita municipal gurriata del día 26. (Para la comunidad de Madrid no tengo tampoco dudas)

Compártelo:
09 PM | 19 May

LA DILIGENCIA

Magdalena Tsanis

Madrid, 31 mar (EFE).- Orson Welles dijo haberla visto más de 30 veces antes de rodar “Ciudadano Kane” y muchos lo consideran el mejor wéstern de la historia del cine. “La diligencia” de John Ford ha cumplido 80 años y su mezcla de drama, aventuras, romanticismo y crítica social sigue vigente.

Ocho décadas de un viaje en el que nueve personajes apretujados en el interior de un carruaje se desplazan desde un pueblo de Arizona llamado Tonto a Lordsburg, Nuevo México, pese a la amenaza de ataque de los indios.

Pero también un viaje desde la intolerancia y el puritanismo que oprimen a los protagonistas al sueño de libertad y segundas oportunidades que representa el Oeste.

 

“Hay cosas peores que los apaches”, dice Dallas (Claire Trevor), una prostituta con un gran corazón, al referirse a las señoras de la Liga de la Decencia que la obligan a abandonar el pueblo en los primeros minutos de la película.

La presentación de personajes en esos primeros minutos -la prostituta, un médico borracho, la estirada esposa de un soldado, un jugador empedernido y galante, un banquero miserable, un falso reverendo, un alguacil y el conductor de la diligencia- es solo uno de los elementos por los que el filme es considerado ejemplar.

A ellos se unirá en la primera parada del camino un pistolero prófugo de la justicia, Ringo Kid, el personaje que convirtió a un hasta entonces casi desconocido John Wayne en leyenda de Hollywood y en el vaquero por excelencia.

Las premonitorias ideas de John Ford sobre los males de la América de la época quedan reflejadas también en el personaje del antipático banquero, que en un momento del viaje suelta frases como “América para los americanos”, “el Gobierno no debe interferir en los negocios” o “lo que es bueno para los bancos es bueno para el país”.

La estructura narrativa y el virtuoso manejo de la cámara -especialmente en la secuencia, hacia el final, de la persecución de los indios a la diligencia- son otros de los aspectos por los que el filme figura en prácticamente cada lista de las grandes películas norteamericanas de todos los tiempos.

 

Cuando Ford la rodó -fue su primer wéstern sonoro- el género estaba de capa caída, al director le costó mucho encontrar financiación hasta que convenció al productor Walter Wanger, pero su estreno le dio alas y “La diligencia” quedó para siempre como la gran referencia.

La idea la extrajo de un cuento que había leído su hijo de 16 años, “Stage to Lordsburg” de Ernest Haycoyx. Éste a su vez se inspiró en un relato de Guy de Maupassant, “Bola de sebo”, de donde salen buena parte de los personajes.

Rodada en Monument Valley (Utah), Ford contó con la participación de los indios navajos de la zona, que hacen de apaches, y que en señal de agradecimiento le bautizaron en una ceremonia como Natani Nez (líder alto), tal y como cuenta Harry Goulding, un miembro de su equipo, en el libro “Tras la pista de John Ford”.

Como curiosidad, Wayne cobró en “La diligencia” casi una quinta parte (3.700 dólares) de lo que se embolsó la que se consideró estrella de la producción, Claire Trevor (15.000 dólares). La censura, por cierto, impidió que se mencionara explícitamente el pasado de prostituta de su personaje.

Célebres son también los insultos que Ford, que decía ser su amigo, le dedicó a Wayne en el rodaje, frases como “eres tan torpe como un hipopótamo” o “estúpido bastardo, debería haber conseguido a Gary Cooper”.

 

 

Con motivo del 80 aniversario del estreno en Estados Unidos de la película -a España llegó unos años después, en 1944- la editorial Notorius acaba de publicar un libro de gran formato que combina información del rodaje, los personajes, la estética, influencias y anécdotas con numerosas fotografías en blanco y negro y color. EFE

Compártelo:
10 PM | 16 May

DE TRIESTE A SAN LORENZO

Vengo de este baluarte bizantino que es Trieste, austriaco desde la Edad Media, italiana desde la Primera Guerra Mundial (¿cómo no acordarme del ciclo de cine que hemos hecho este año?) encrucijada de intereses. Allí nacieron escritores como Boris Pahor, Italo Suero, Vladimir Bartos, o Claudio Magris. Allí escribió James Joyce “Retrato de un artista adolescente”, y en el castillo del Duino Rilke firmó algunos de los poemas que hemos leído en la Librería el Cisne Negro. Trieste da para mucho, lo mismo que podría dar San Lorenzo, que imprime una personalidad melancólica, con un ambiente literario y cultural por descubrir en muchas de sus facetas. Si paseas por el Jardín de los frailes hay que recordar necesariamente a Azaña, si te metes en la Iglesia Vieja al Padre Soler, si subes a la Cruz Verde a Juan Negrín, si te adentras en Abantos a Luis Ceballos, cuando escuchas el silencio tge llega la música de Rodolfo Halfter, si paseas por Florida te encuentras con José Ortega y Gasset. He ojeado un libro de José María Torrijos, titulado “El Escorial en la literatura” y allí sobresale Unamuno.En fin, un pueblo con muchas posibilidades, las mismas que Trieste, que ahora, durante la campaña electoral, deberían los partidos presentarnos sus propuestas.

Nosotros, me refiero al Colectivo Rousseau, hemos editado este año tres libros: “Marx hoy”, “Nietzsche en San Lorenzo de El Escorial”, y “Reivindicando a Galdós”, y hay que decir con claridad que no podemos salir de casa, nos los quitan de las manos. Todos los partidos hacen propuestas culturales en sus programas, y Esteban nos ha invitado a su presentación cultural. Desconfiamos de todos, nos sentimos solos en muchos momentos. Veremos que nos cuenta.

Compártelo:
12 AM | 13 May

Orfeo Negro

En Rio de Janeiro, Orfeo se gana la vida como conductor de tranvías y músico, feliz con su novia Mira. Durante la semana de Carnaval, cruza la mirada con Eurídice, una chica que ha llegado a la ciudad huyendo de un acosador, y tiene un flechazo inmediato. Resulta que la prima de Eurídice, Sarafina, es amiga de Orfeo y Mira, por lo que el joven no tarda en volver a encontrarse con su misterioso objeto de deseo, que se le acerca bailando una provocativa samba mientras lleva puesto un vestido de su prima. Mira se pone hecha una furia cuando descubre la identidad de la bailarina, pero esa no es la mayor preocupación de Orfeo, sino que Eurídice está siendo acechada por la Muerte, que la persigue entre la multitud que se agolpa festejando en las calles y la conduce hasta una morgue. ¿Podrá Orfeo salvar a su amada y no echar la vista atrás?

Compártelo: