Karel Zeman (Oströmer, 1910 – Praga, 1989), fue un cineasta y director de películas de animación. Estudió en Francia, y trabajó en Marsella en un estudio de publicidad, un sector que por aquel entonces necesitaba de todos los aportes posibles. Los materiales que aplicó en sus trabajos fueron diversos: lata, madera, hasta destacar con la animación en vidrio.
Karel Zeman trabajando en sus últimos años con algunos elementos de animación
Al regresar a Checoslovaquia, su tierra natal, Zeman continuó trabajando en el mundo de la publicidad para las compañías Bata y Tatra. El cineasta Elmar Klos, interesado en su obra, le ofreció un trabajo en sus estudios de animación de la ciudad de Zlín, que Zeman aceptó en 1943. Su primera obra, Sueño de Navidad (1946), fue premiada como la mejor película de animación en el Festival de Cannes, lo que le proporcionó un gran prestigio.
Una Invención Diabólica (traducción más literal del título Vynález Zkázy, aunque también conocido como The Fabulous World of Jules Verne) es un largometraje checoslovaco de 1958 producido por Zdenek Novák y dirigido por Karel Zeman. Basado en varias obras de Verne, principalmente su novela de 1896 Ante la Bandera, el film evoca las ilustraciones originales de los libros combinando actores reales con diversas formas de animación. El resultado es una fascinante mezcla de aventuras y ciencia-ficción “retrofuturista” deliberadamente irreal y cuyo género sólo puede describirse apropiadamente como “fantasía”.
Andrés, un avaricioso dueño de una carnicería, trata en vano de desahuciar de un edificio de su propiedad a un grupo de inquilinos con el objetivo de poder demoler la vivienda y obtener así el dinero suficiente con el que construir un nueva residencia de lujo para su familia, compuesta por su joven mujer y su senil padre.
Con Uno, dos tres, película del año 1961, hoy cerramos el miniciclo dedicado a Billy Wilder. Estamos ante una comedia desternillante e iconoclasta que no deja títere con cabeza. Sin embargo su estreno tuvo un paso mediocre por la cartelera, además de recibir algunas críticas verdaderamente agrias. Las críticas se pueden comprender desde la razón histórica.
Se trata de una película divertidísima, por su trama brillante, heredera de una obra de teatro estrenada a finales de los veinte; porque los chistes fluyen sin pausa dentro de un torrente de acción vertiginosa; y porque los personajes son tan verazmente caricaturescos que casi llegan a producir ternura.
Hacía 12 años que Wilder ya no trabajaba para la Paramount. Desde Sabrina. (Esta es una aclaración para Félix). Hacía 7 de Con faldas… Hacía 6 de El Apartamento: Tres Oscars. Jack Lemmond, su alter ego, no cesaba darle alegrías con ese estilo suyo, de sujeto desvalido al que la rueda del destino siempre termina arrastrando a la honradez, aun a su pesar. La última vez con Irma la dulce. Cuando un domingo, viendo un partido de fútbol americano por la tele, (Wilder era muy aficionado a los resultados deportivos), se le ocurrió una fantástica idea: la que dará pie a esta película.