Artículos de Opinión

02 PM | 12 Nov

EL VIAJE A LA FELICIDAD DE MAMA KUSTER

El cine de Rainer Werner Fassbinder tiene la extraordinaria virtud de no dejarme nunca indiferente: o me aburre o me encandila, paradoja que considero una fantástica cualidad. Mi sensación es que gran parte de la culpa de esta irregularidad en mis gustos cinematográficos se debe al draconiano ritmo de trabajo que empleaba el cineasta alemán, produciendo un mínimo de dos películas por año. Máximo exponente del llamado nuevo cine alemán de los setenta, su carácter indomable se plasmó en todas las películas que completan su extensa filmografía concentrada en el corto período de trece años. Uno de los aspectos que me conquistan del bávaro es su insobornable independencia -si bien fue miembro integrante de la izquierda alemana-, hecho éste que le acarreó  numerosos problemas con diversos sectores de la comunidad germana, tanto de un lado como del otro del espectro ideológico, y que confieren a su cine una personalidad inquebrantable en continua lucha por reflejar los avatares de los perdedores del sistema.

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11 AM | 25 Oct

Blog de Félix

 Ayer vimos la película más más prestigiosa del británico Michael Powell (1905-1990) y del húngaro Emeric Pressburger (1902-1988).  De este último, menos conocido, le recordamos por “el fotógrafo del pánico”. Hay que destacar también, diálogos adicionales en el guion de Keith Winter, que se inspira libremente en un cuento de Hans Christian Andersen. El libro de Powwel, que ayer no recordaba, es “Juego de espera”, que esta prologado por Javier Marías, lo cual ya es una garantía.

Una de las cuestiones más importantes de la película es que se rodó en escenarios reales de Londres (Royal Opera House, The Mercury Theatre), Paris (Opera National de Paris, estación ferrocarril de Lyon), Gers (Villa Leopolda, Francia) y Mónaco (Hotel de Paris, estación ferroviaria de Montecarlo)

No se les puede negar es un dominio de la técnica e iluminación absolutamente magistral, que pudimos ver con el nuevo equipo de proyección.

El próximo martes día 29 nos acompañará a las 18,30 el profesor Villacañas con una conferencia que lleva por título “Max weber en contexto”. Estamos pensando en proyectar alguna película que trate el protestantismo,  de Dreyer o Bergman. Atentos.

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11 AM | 13 Oct

La palabra, la música y el aire. ANTONIO HERRANZ

La palabra, igual que la música, necesita del aire para llegar a todas partes, para hacerse oír. Me acuerdo de esa famosa canción “Blowin’ in the Wind”(Volando en el viento)
de Bob Dylan, cuyo estribillo decía “La respuesta, amigo mío, vuela en el viento. /La respuesta la trae el viento”. Bien es verdad que hay una diferencia entre aire y viento, pero para el caso es lo mismo. Las respuestas están llenas de palabras, igual que las preguntas. Música y poesía están en el aire y las propaga el viento -sí, ya sé, pura nostalgia. La motivación de esta reflexión, sin embargo, viene provocada por la visualización de una película “Todas las mañanas del mundo” de Alan Corneau, donde se cuenta la coincidencia en la vida de dos músicos: El Señor de Saint-Colombe, hombre maduro, desolado por la temprana muerte de su esposa, y el joven Marin Marais. El primero, un virtuoso de la viola de gamba, también compositor, para su propio goze: el arte por el arte, como diría Nuccio Ordini : “La utilidad de lo inútil”; el segundo, un aprendiz que quiere ser iniciado en los secretos de ese instrumento para dominarlo y así alcanzar honor, gloria y riqueza. Dos caminos opuestos. A Saint-Colombe, el mundo junto con sus veleidades y sus afanes cada vez le importa menos. Se construye una cabaña (una caja de resonancia para su propio deleite) bajo una morera y allí se pasa el tiempo perfeccionando su destreza en el manejo del instrumento y buscando la inspiración para componer su música, lo que le acerca a un estado de mística y ensueño cercano a un delirio que le permite ver y hablar con su esposa, a la que no puede tocar porque se desvaneceria, igual que su música: es el paso del tiempo y la descomposición que provoca (puro barroco). Marin Marais,”desenmascarado” en sus intenciones por el austero y misógino músico, lo desprecia y lo expulsa de su lado. Pero Marais vuelve, no solo para ver y refocilarse con la hija mayor de Saint-Colombe, sino para escuchar al maestro, escondiéndose bajo la cabaña. Las notas se escapan entre las rendijas que dejan entre sí las maderas, el aire las propaga, llegan a sus oídos: es la única manera que tiene para aprender de él. Cada vez más alejados ambos músicos, hay, sin embargo, una poética que los reconcilia: ambos se han inspirado en el amor para hacer música. Desde la decepción y la vanalidad de los logros sociales y materiales, Marin Marais reconoce que se ha equivocado. Saint-Colombe, ya desde el otro
lado del espejo, le invita a tocar una obra que Marais había dedicado a Madeleine, la hija de Saint-Colombe: “La soñadora”, mientras llora amargamente.

Antonio Herranz
Octubre 2024

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01 AM | 04 Oct

TODAS LAS MAÑANAS DEL MUNDO

El jueves día 10 vamos a tener el  magnífico ejemplo de hasta qué punto puede servir el cine como espacio único de encuentro entre las artes, esta película va mucho más allá del relato del que se sirve y del contexto histórico en que se enmarca.
Construida a partir de escasos diálogos, una reflexiva y evocadora voz en off -pues toda la historia no es sino una rememoración del pasado- y los pensamientos de sus principales protagonistas, la película trata de capturar la esencia de la experiencia artística durante el barroco francés, contraponiendo con tal fin las divergentes actitudes de dos músicos, que encarnan a su vez las dos caras de la época; así, por un lado encontramos al artista ascético, misántropo, que crea a partir de si mismo y para si mismo (Sainte Colombe), y por el otro al artista de éxito, que busca el reconocimiento y la popularidad (Marais). Más allá de esto, lo que hace verdaderamente valioso el filme es que esa contraposición, y las reflexiones a las que da lugar, son perfectamente universales, aplicables a cualquier otra época, manifestación artística o personas. También hoy podrían plantearse las mismas cuestiones que inquietan a los personajes de la película, y qué mejor medio que el cine para ejemplificarlo, toda vez que en esta moderna manifestación artística ése es un debate ya tradicional, aunque no necesariamente resuelto (tal vez porque no es necesario hallarle solución).

La película se basa en un libro de Pascal Quinard.En la primavera de 1650, Monsieur de Sainte Colombe pierde a su mujer y queda al cuidado de sus dos hijas pequeñas. Para aumentar sus ingresos, decide dar lecciones de viola de gamba.Sainte Colombe vive aislado, encerrado en una cabaña donde se sumerge en la música para olvidar la muerte de su esposa, y perfecciona sin cesar su instrumento hasta convertirse en el gran maestro de su tiempo. Ni las repetidas solicitudes de Luis XIV invitándolo a tocar en Versalles rompen su retiro.Un día, el joven Marin Marais le pide que le acepte como alumno. Sainte Colombe valora su técnica y le da clases, le hace escuchar el sonido del viento, le habla de la relación entre la música y el silencio. Hasta que descubre que Marais ha tocado delante del rey. Furioso, Sainte Colombe rompe el instrumento de su alumno y le expulsa de su casa. Es así como se enfrentan dos maneras de entender el arte: el músico que busca la gloria al calor de los favores públicos y el que concibe la música como un sacerdocio, como un retiro necesario y doloroso para alcanzar la creación de la más pura obra de arte.Marin Marais fue el viola de gamba predilecto de Luis XIV y uno de los personajes más representativos del Grand Siècle. De Sainte Colombe se desconoce incluso el nombre de pila y las fechas de su nacimiento y de su muerte, y no publicó nada en vida. Olvidado durante dos siglos, no fue hasta 1973 cuando se descubrió un cuaderno que contenía 42 conciertos suyos.

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01 AM | 27 Sep

WEST SIDE STORY

Este clásico del teatro musical es una revisitación de la historia `Romeo y Julieta´ de William Shakespeare, trasladada al West End newyorquino. La idea original de adaptar a la época contemporánea el clásico de Shakespeare fue de Jerome Robbins, quien propuso la idea a Bernstein y Laurents en 1949. La primera idea fue centrarse en la rivalidad entre una familia católica y otra judía, situando la obra en el East Side de Manhattan. Finalmente, tras varios años en que los tres creadores (Arthur Laurents, Jerome Robbins y Leonard Bernstein) estuvieron involucrados en otros proyectos, volvieron a retomar el tema de la adaptación de `Romeo y Julieta´pero trasladando el conflicto hacia las bandas juveniles, un fenómeno social emergente en la década de los 50. Con el proyecto ya en marcha, se necesitaba un letrista para la música de Leonard Bernstein. Betty Comden y Adolph Green fueron invitados a escribir las letras del nuevo musical, pero ambos declinaron por estar trabajando en una película. Fue entonces cuando Arthur Laurents le preguntó a un joven Stephen Sondheim si estaría interesado en realizar él la tarea. En un principio Sondheim era reacio a aceptar, pues estaba decidido a escribir las partituras completas (música y letras) de sus proyectos. Finalmente, sin embargo, su mentor Oscar Hammerstein le convenció aduciendo que sería una experiencia beneficiosa para él. En otoño de 1956, y tras numerosas reescrituras y cambios en los temas musicales, WEST SIDE STORY estaba prácticamente terminado. Pero el estreno del musical en Broadway todavía se retrasaría un año por otros compromisos profesionales de sus creadores y por problemas económicos y de producción. Cheryl Crawford, productor original, salió del proyecto a principios de 1957, y diversos productores rechazaron vincularse con el nuevo musical. Al fin, Stephen Sondheim convenció a su amigo Harol Prince para que se involucrara en el proyecto. Prince recortó el presupuesto inicial y empezó a buscar financiación. También consiguió que Jerome Robbins aceptara en coreografiar el espectáculo tras prometerle un periodo de ensayos de los bailes de ocho semanas (el doble de lo habitual en Broadway). Antes de estrenarse en Broadway, WEST SIDE STORY tuvo su premiere mundial en Washington, D.C. y posteriormente en Philadelphia, obteniendo gran éxito de crítica y público. Desde su estreno en 1957, WEST SIDE STORY ha vivido diversos revivals tanto en Londres como en Nueva York, además de contar con numerosas producciones internacionales.

En 1961 se realizó la adaptación cinematográfica del musical. Dirigida por Robert Wise y Jerome Robbins, el filme estuvo protagonizado por Natalie Wood como Maria, Richard Beymer como Tony, Russ Tamblyn como Riff, George Chakiris como Bernardo y Rita Moreno como Anita. Cabe mencionar que tanto Natalie Wood como Richard Beymar fueron doblados en las canciones. La película ganó 10 Oscars de la Academia de Hollywood: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz Secundaria (Rita Moreno), Mejor Actor Secundario (George Chakiris), Mejor Fotografía, Mejor Dirección Artística, Mejor Sonido, Mejor Banda Musical, Mejor Vestuario y Mejor Montaje.

JUEVES DÍA 3 CASA DE CULTURA. INAGURAMOS MUEVO SONIDO

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