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LA COMISARIA

Una gran película soviética: La comisaria
Fundación HispanoJudía Agosto 26th, 2018 0

Por Diego Moldes, Madrid, domingo 26 de agosto de 2018

Hay obras que, por diversos motivos, pasan a formar parte del canon cultural, mientras que otras, con similares o mayores cualidades artísticas, caen en un injusto olvido. En este segundo grupo podemos incluir a Komissar (омиссар, La comisaria, 1967), dirigida por Aleksandr Askoldov (1932-2018), recientemente fallecido el pasado 21 de mayo. Pese a que en España nadie se hizo eco de su desaparición. Se trata de una excelente adaptación de una de las primeras narraciones del gran Vasili Grossman (1905-1964), En la ciudad de Berdichev (В городе Бердичеве, 1934), su conocido relato largo que como es sabido fue elogiado por Gorki, Bulgákov y Bábel, nada menos.

La comisaria es el único largometraje de ficción realizado sobre una narración de Grossman, lo que aumenta su valor cultural e histórico. Se rodó en Ucrania en el verano de 1966 y tuvo un estreno muy limitado en Moscú en 1967, año del 50 aniversario de la Revolución de 1967 y en pleno Deshielo. Aun así, al reflejar indirectamente el antisemitismo y las purgas estalinistas de 1934 (y no la victoria comunista en la Guerra Civil Rusa, de 1918-1922, en la que se ambienta el relato de Grossman y el film de Askoldov), al verla, las autoridades soviéticas se ofendieron y los dirigentes de Goskino URSS (Госкино СССР), el Comité Estatal de Cinematografía, la prohibieron ipso facto. Askoldov no pudo volver a dirigir. La KGB confiscó la copia máster original hasta la caída de la URSS, durante veinte años.

En 1986, en pleno Glásnost, se decidió volver a montar el film, por iniciativa de Askoldov y otros colegas directores. Producida por Mosfilm y Gorky Film Studio en su momento, la restauración en 1987 fue supervisada por Ruscico (Russian Cinema Council) y el propio director. Se proyectó con gran interés de los críticos e historiadores de cine, en febrero de 1988 en el Festival de Berlín, en donde obtuvo el Oso de Plata, dándose a conocer en Occidente. Luego, ese mismo año de 1988, pudo verse en el Lincoln Plaza Cinema, dentro del Lincoln Center de Nueva York (con una crítica muy elogiosa en el New York Times), después en Finlandia, Suecia, las dos Alemanias y, finalmente, en la Unión Soviética, con un estreno comercial en noviembre de dicho año. Se le concedieron cuatro premios Nika, los más prestigiosos de la URSS y de Rusia hoy, que conceden la Unión de Realizadores. Entre ellos, fueron galardonados dos aspectos esenciales, la acertada música, banda sonora original del reputado compositor judío ruso-alemán Alfred Schnittke (1934–1998), muy influido por las composiciones populares yidis, y la espléndida fotografía en blanco y negro, que firmó el operador Valeri Ginzburg (1925-1998), también de ascendencia judía. En 1989 se estrenó en Argentina y Portugal, pero no en España. En 1990 se proyectó en Turquía, Dinamarca y, previamente, en el Philadelphia Jewish Film Festival, convirtiéndose en una cult movie. El 21 de noviembre de 2004 se proyectó en el Hong Kong Jewish Film Festival. Pese a todo este prestigio, sigue siendo una película desconocida para el gran público e incluso muy poco conocida por los críticos de cine, al menos en nuestro país. Los principales manuales y libros de Historia del Cine –de Gubern a Sánchez Noriega, de Augusto M. Torres o Alfonso Sánchez a José María Caparrós Lera, de Mark Cousins a Philip Kemp & Sir Christopher Frayling– no dedican ni una sola línea a esta obra maestra del cine ni a su censurado director, Aleksandr Askoldov, del que no sabemos a dónde podría haber llegado como cineasta si no le hubiesen prohibido ejercer su profesión. Ni siquiera en libros muy específicos citan esta película, como es el caso del temprano volumen Nuevos cines europeos 1955-1970, coescrito por José Enrique Monterde, Esteve Riambau y Casimiro Torreiro, publicado por Editorial Lerna en 1987. Tampoco yo la incluí en mi libro más extenso El cine europeo. Las grandes películas (2008), pues, al igual que ellos, no había visto esta película cuando lo escribí. La Historia del siglo XX requiere de ser investigada y analizada siempre, para no repetir sus errores. La Historia del cine, también.

La gran historiadora del cine Dina Iordanova, nacida en Bulgaria en 1960 y actualmente una prestigiosa profesora de cine mundial en la Universidad de Saint Andrews (Fife, Escocia), además de una de las mayores especialistas en el cine de Europa Oriental del siglo XX, ha escrito de La comisaria: “Escena clave: la deportación. La comisaria. Durante la guerra civil rusa, una comisaria soviética (interpretada por la extraordinaria Mordukova) se da cuenta de que está embarazada, pero ya es demasiado tarde para deshacerse del bebé. Sus camaradas la envían a casa de un zapatero judío (Bykov), que tiene una familia numerosa, para que dé a luz allí. El tiempo que pasa con ellos cambia de forma gradual su punto de vista sobre asuntos como la violencia y la justicia histórica. Poco después de que se produzca el nacimiento, el pueblo sufre el ataque de los blancos, por lo que la mera presencia de la comisaria en casa del zapatero pone en peligro a la familia.

Con esta importante toma de conciencia, sucede un importante flash-forward, un salto al futuro acompañado de una música yiddish (compuesta por Alfred Schnittke), en el que toda la población judía de un pueblo, marcada con estrellas amarillas cosidas en la ropa, es deportada por calles nebulosas hacia un destino desconocido. La película se desarrolla en 1920, pero, como si fuera un asombroso adelanto del Holocausto, los deportados avanzan por un pasadizo tenebroso y llegan a un lugar oscuro donde encuentran a otros como ellos, vestidos con los uniformes de los prisioneros de un campo de concentración nazi. La cámara asciende por el aire, siguiendo las volutas de humo de una de las chimeneas del campo.

Se dice que la película fue censurada por su enfoque vanguardista, y especialmente por esta escena. En el cine soviético era legitimo mostrar otros aspectos del sufrimiento, pero no el Holocausto judío.”

Un usuario ruso, creador de la cuenta llamada All soviet movies on RVISION (en donde han alojado decenas de películas soviéticas muy difíciles de ver hoy fuera de Rusia), el 13 de diciembre de 2016 subió al canal Youtube una copia de Komissar, disponible en ruso con subtítulos en inglés. En menos de dos años cuenta con más de veintitrés mil reproducciones. Es una buena ocasión para verla cómodamente en nuestras casas.

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