Crítica Literaria

11 AM | 27 Oct

FUERZAS DE FLAQUEZA

fuerzas de flaqueza
Tal vez sea cierto, utilizando una terminología de Martha Nussbaum de inspiración difusamente nietzscheana, que la lucidez es una virtud fría (“la más fría de las virtudes frías” habría escrito el autor de Zaratustra…), pero ni estamos precisamente sobrados de lucidez en estos tiempos ni está descartado que, como ocurre con el propio hielo, pueda terminar por quemarnos. En todo caso, y más allá de la tonalidad con la que queramos definir a este Fuerzas de flaqueza, nos encontramos ante un libro llamado a cumplir una función tan sencilla como necesaria, tan clara como ineludible, que no es otra que la de ayudarnos a pensar bajo una específica luz lo que nos está pasando.
Su título, lejos de distraer o llamar a equívoco alguno, coloca al lector sobre la pista, no ya solo del sentido de las páginas que siguen, sino también de la naturaleza de la reflexión que el autor considera ineludible en estos momentos e incluso, más allá, de las herramientas con las que cabe abordar dicha tarea. La cauta prudencia de estas formulaciones se pretende a la altura del propio texto. Fuerzas de flaqueza no aspira a brindar una cartografía completa de nuestra situación, sino tan solo a iluminar filosóficamente una frágil y aún indeterminada gramática política. La que se abre cuando los endurecidos presupuestos ontológicos y epistemológicos (el esquema rígido de las clases o las concepciones economicistas de la historia, pongamos por caso) sobre los que se basaba la visión del mundo heredada comienzan a agrietarse tanto teórica como prácticamente.

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01 AM | 04 Sep

ANTOLOGIA GRAMSCI, MANUEL SACRISTAN

Manuel Sagramci sacristascristán realizó en esta Antología una selección de los más destacados e importantes textos que conforman el corpus gramsciano desde los primeros años formativos de Antonio Gramsci hasta su propia muerte en 1937. Para la construcción de esta obra, Sacristán, posiblemente el más destacado intelectual español de izquierdas de la segunda mitad del siglo XX, sigue dos reglas: primera, no separar completamente los textos «personales» de Gramsci de los textos públicos, sino considerar que la cronología es más fuerte razón de homogeneidad que el género literario; y segunda, acentuar la temática en la que se realiza la unidad de la «obra», que no es otra que la literatura política.

Figura imprescindible del pensamiento marxista occidental, Antonio Gramsci influyó de manera determinante en la práctica totalidad del pensamiento crítico del siglo XX e de inicios del XXI. En Gramsci confluyen el filósofo y el periodista, el historiador y el político, el crítico literario y el crítico de cultura; con los criterios seguidos en esta antología se aspira a mostrar la fusión  del pensamiento filosófico-político y la práctica política y cultural; la riqueza y la tensión con que Gramsci configuró un tipo nuevo de intelectual.

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02 PM | 28 Ago

El arenque de Bismarck

 

el arenque de bismarkJosep Miró i Ardèvol

Jean-Luc Mélenchon, el líder del Front de Gauche, acaba de publicar un pequeño libro que partidarios y detractores describen como panfleto. El arenque de Bismarck, se llama, y es una embestida crítica y brutal contra Alemania y su política. Como sucede con toda exageración, se mezclan multitud de tópicos y demagogias con aciertos, siempre con un lenguaje agresivo, que le ha proporcionado ser un éxito de ventas, a pesar del escaso predicamento político de su autor, que encabeza una formación minoritaria, un 12% de votos en las ultimas presidenciales. Pero ya se sabe que hoy, para bien y para mal, la agresividad y el denuesto venden.

Pero, el libro contiene un acierto que deseo subrayar: la clave demográfica explica en buena medida la política alemana, obsesionada por el ahorro, hasta acentuar los daños de la crisis y su defensa acérrima de los intereses de los bancos ante la deuda griega. También su escasa inversión pública y la ruptura con su matriz de éxito, la economía social de mercado, al generar una desigualdad social nunca vista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La clave está en el envejecimiento galopante de la población a causa de su baja natalidad. Alemania, como Japón, son los precursores de lo que sucederá en la mayor parte de Europa, con la excepción francesa, sea dicho de paso. España, Italia y Polonia son los siguientes en la lista, y de hecho nosotros estamos a pocos años de iniciar la fase álgida, con la jubilación de la generación del baby boom, la que ha hecho posible todo nuestro desarrollo.

Cuando se habla de envejecimiento y de pérdida demográfica solo se toman en cuenta algunos efectos, importantes pero no únicos. Es el caso de las pensiones, del gasto en dependencia y en salud, pero en realidad los efectos son mucho mayores, revolucionarios. Es entrar en una estadio en el que nunca hemos vivido.

Sabemos que, desde el punto de vista económico, las poblaciones como conjunto no se comportan igual en función de la edad. La productividad empieza a decrecer a partir de los 35 años, con excepciones según sectores y experiencia, el learning by doing acumulado. Las funciones de consumo y ahorro se ven alteradas y resulta más fácil que surja una economía de tendencia deflacionaria. La inversión se torna mas prudente y es menos propensa a la economía productiva, ya no digamos a los sectores punta, y se aboca más a los grandes fondos financieros, que ofrecen seguridad, no siempre real, pero si aparentemente sólida. Todos estos signos están presentes entre nosotros en mayor o menor medida.

Es, por tanto, una economía desequilibrada la que se plantea, al ralentí, temerosa, y da lugar a un tipo de política que el Gobierno alemán encarna. Es bueno ahorrar, reducir el déficit público, limitar la intervención estatal, pero todo esto no puede convertirse en la única política posible.

La enfermedad de Europa no es sin embargo el creciente número de ancianos, este es un don de nuestra civilización, el mal de Europa es el miedo a que nazcan hijos, el egoísmo de lo inmediato, la desaparición del vínculo más fuerte, el que une a padres e hijos. Si no conseguimos superar esta enfermedad de una civilización narcisa y hedonista que depende cada vez más de los médicos y las residencia asistidas, Europa como la conocemos está acabada, con España a la cabeza.

Lo dramático del caso es que esta cuestión no forma parte de ninguna agenda política, ninguna.

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