“Ha llegado a mis oídos, oh Rey bienaventurado, que en el más triste de los países donde los hombres sueñan con ballenas y sirenas, el paro se extiende. En algunos lugares, los bosques se queman por la noche a pesar de la lluvia, y en otros hay hombres y mujeres que patalean de impaciencia por arrojarse al agua en pleno invierno. A veces, los animales hablan, aunque no es probable que nadie les escuche. En ese país donde las cosas no son lo que parecen, los hombres poderosos se pasean a lomos de camello y esconden una erección permanente y vergonzosa; esperan que llegue el momento de la colecta de impuestos para poder pagar a un brujo que…” (Scherezade).
Siguiendo el esquema de los cuentos inventados por Scherezade, y mezclando reportaje y relato, el portugués Miguel Gomes (“Tabú) ha pintado en “Las Mil y Una Noches. Volumen 1. El inquieto” (As Mil e Uma Noites: Volume 1, O Inquieto) un fresco “del marasmo de la vida cotidiana a base de ficciones fabulosas” que escenifican las inquietudes que traspasan su país de punta a punta. Primera entrega “de un tríptico demente que pretende contar los tumultos políticos y sociales del mundo contemporáneo”.
Mezclando fantasía y realidad, Gomes cuenta los acontecimientos que acaecieron en Portugal entre junio de 2013 y septiembre de 2014, “en pequeños capítulos tragicómicos independientes como los cuentos de Scherezade”. En tres volúmenes, con una duración total superior a las seis horas de proyección cuajadas de metáforas “que unen el docuento social y la fiebre poética, el realismo y lo maravilloso” (Didier Peron, Libération), describe el Portugal empobrecido y moribundo que se vio brutalmente afectado por la crisis y el fracaso de las leyes de austeridad de un gobierno, ridiculizado por Gomes, quien lo considera cruel e irresponsable, en las interpretaciones de Crista Alfaiate, Chico Chapas, Luisa Cruz…Desde el cierre de los Astilleros de Viana do Castelo, 600 trabajadores en la calle, y la desaparición de las abejas víctimas de una plaga de avispas, hasta del gallo que grita demasiado al cantar al alba, el bombero pirómano y la anécdota de los representantes de la Troika (“los empalmado”), llegados a Portugal para explicar a los ciudadanos la felicidad que les van a proporcionar los nuevos recortes sociales, afectados por una crisis de virilidad provocada por la poción que les pulveriza un brujo africano en el pene…
Cine dentro del cine, docu-ficción, en las primeras escenas de la película, el propio Miguel Gomes aparece angustiado, con la cabeza entre las manos, confesando en voz en off que está empeñado en un proyecto casi imposible y que durante seis meses ha filmado una ficción a base de hechos locales, si saber realmente lo que estaba haciendo. En un relato fílmico que tiene múltiples connotaciones con el trabajo de cineastas italianos (Moretti, Fellini, Pasolini…), el realizador decide escapar perseguido por la coguionista, el ingeniero de sonido, el cameraman…; otra metáfora más de una sociedad dominada por la escasez de trabajo y en la que difícilmente las personas encuentran el lugar que les corresponde, que da paso a la aparición de esa nueva Scherezade que va narrando noche a noche las historias, y cuando llega el día se interrumpe en lo más interesante, para ganar así otras 24 horas de vida. Otra forma de borrar la frontera que existe entre el documental y la ficción. “Las incesantes referencias a los cuentos de las Mil y una Noches se dan la mano con éxitos del pop internacional de un ahorterada emocionante, Ros Stewart o Lionel Ritchie. Las voces en off intentan imponerse sobre los textos en sobreimpresión. Los mismos actores interpretan papeles sucesivos, en ocasiones de distintos sexo. Las historias encajan unas con otras, se responden, se multiplican”.
Poética y política. La primera entrega de estas Mil y Una Noches del siglo XXI se cierra con una escena de fraternidad emocionante: los obreros en huelga que el día de fin de año se lanzan a nadar en las heladas aguas del Atlántico.
¿Hasta qué punto un adolescente debe decidir su propio futuro? ¿Cómo deben aconsejarle sus padres sobre las decisiones que tiene que tomar? Durante la etapa colegial todos tuvimos amigos que ya tenían plenamente decidida la carrera que iban a estudiar, pero no todos lo habían planificado de una manera estrictamente individual. Cuando los progenitores se preocupan por el futuro de su hijo, le proporcionan ciertas sugerencias que este ya se encarga de aceptar o rechazar. Pero algunas veces esos consejos son más bien directrices de actuación. En siglos pasados era frecuente que ciertos oficios se transmitiesen por el árbol genealógico. Más recientemente, reinaba la idea de que para ser un “hombre de provecho” era necesario desechar aquellas titulaciones que no pudieran generar rendimientos voluptuosos en las arcas familiares. Hoy, algunas de estas actitudes perviven.
Un ejemplo de todo ello lo tenemos con Romeo y su hija Eliza. Él, pese a ser un próspero y reputado médico, es consciente de que su vida no ha sido todo lo alegre que podía pretender. Por ello, trata de que Eliza no siga su mismo error. Como es buena estudiante y tiene calificaciones altísimas, tendrá la oportunidad de ir a Inglaterra a trabajar como psicóloga. Con lo que no cuenta ninguno es con un violento incidente que acaece justo en la semana de exámenes…
Precisamente Los exámenes (Bacalaureat) es el título de la última película del rumano Cristian Mungiu, al que conocen en todos sitios por esa gran película (y posterior Palma de Oro) llamada 4 meses, 3 semanas, 2 días. Lo que le otorgaba a esta cinta un punto de distinción era la sensacional atmósfera de tensión que el cineasta se encargó de plasmar. Virtud que también podemos apreciar en Los exámenes desde su primera secuencia, cuando una piedra destroza el cristal del salón familiar, pero que después de la grave agresión que tiene como víctima a Eliza, se irá notando cada vez más.
Ningún personaje de la película posee una vida libre de un pasado o presente turbios. Eliza parece la más normal pero, tras ser atacada, su personalidad quedará trastocada. Romeo engaña a su mujer y posee evidentes tintes ególatras. La mujer padece una extraña debilidad que crece aun más con los problemas matrimoniales. El novio y profesor de moto de Eliza esconde demasiadas cosas. El comisario, además de sus problemas de pareja, no parece todo lo limpio que debería ser. Nadie parece libre de sospecha en Los exámenes, casi todos los individuos que vemos desfilar por la pantalla contribuyen a fortalecer esa sensación en el espectador de no saber muy bien qué puede suceder en la siguiente escena.
La compenetración entre la formidable puesta en escena y el meritorio guión es idónea y otorga a Los exámenes el plus necesario para que la cinta no se quede solo en un buen ejercicio de estilo. Como ya hiciera en la mencionada 4 meses, 3 semanas, 2 días, Mungiu realiza una punzante crítica al sentido de la moral de los rumanos. Las corruptelas no son cosa solo de gobierno y empresarios, sino que cualquier persona puede llevarlas a cabo con la excusa de que el fin lo justifica. Esta temática acaba por convertirse en el verdadero centro de la película y marca su evolución hasta llegar a un desenlace que, si bien es aceptable, rebaja un poco el gran nivel de la obra.
En cualquier caso, es difícil quedar insatisfecho con el buen trabajo que Mungiu ha vuelto a realizar. Una película tan agobiante e intrigante como esta es un caramelo para cualquiera que quiera quedar atrapado durante un par de horas. Las resonancias que deja Los exámenes, además, rebotan en el interior de la cabeza incluso después de haber pasado los créditos finales. No es mejor que el film que le otorgó la Palma a su director, pero sí mantiene su misma esencia y confirma a Mungiu como uno de los tipos más interesantes del panorama cinematográfico en Europa Oriental.
Ken loach nace en 1936 en Warwickshire (Gran Bretaña). Estudió la carrera de derecho en Oxford. En 1961 empezó a trabajar como director en la BBC y en 1969 crea una compañía de cine llamada Katrel films, produciendo programas de televisión y largometrajes.
1.2.-RESUMEN DE LA PELICULA
Para hacer el resumen de la película y ser más breve además de más sencillo nos basaremos en la sinopsi que hay en el libro de texto.
La película trata como ya sabemos de la Guerra Civil española y muestra muy bien, seguramente la causa de la pérdida de la guerra.
David, es un joven inglés que deja su país ya que viene a luchar a España, en el bando comunista, es decir, luchará contra el fascismo. Este joven ingresa en una sección internacional de la Milícia Republicana General organizada por el POUM. El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) fue fundado en Barcelona, en plena clandestinidad, el 29 de Septiembre de 1935, sobre la base de la fusión del Bloque Obrero y Campesino y de la Izquierda Comunista. Su creación se produjo en un período crucial de la historia del movimiento obrero español: el comprendido entre la Revolución de Octubre de 1934 y la sublevación militar-fascista de Julio de 1936.
El joven inglés protagonista, se relacionará con otros milicianos , que serán compañeros suyos y lucharán bajo las ordenes de Vidal; su capitán. David, es herido y es llevado al hospital de Barcelona y es en este lugar donde el joven del partido comunista, se encuentra en una
situación muy conflictiva ya que se encuentra en medio de los que defienden que la revolución es más importante que ganar la guerra y de los que por el contrario, lo más importante es ganar la guerra.
El protagonista a causa de su lesión, le es imposible participar en los hechos de mayo de 1937. Cuando este, se recupera vuelve al frente donde se encuentra ante el proceso de disolución de las milicias por parte del ejército. La milicia de David es desbandada a la fuerza y su comandante es arrestado, seguramente para enfrentarse, como Andreu Nin (principal dirigente del POUM) a la tortura y a la muerte. Esta escena se cataloga como de gran dramatismo que nos lleva a un final muy trágico.
La clave de la película es que el director, Ken Loach, ha logrado o al menos ha intentado encontrar una de las causas de la perdida de la guerra por parte de la república. Esta es que entre ellos hubieron múltiples enfrentamientos, cosa que en vez de unirles y luchar contra el fascismo, les separó y por tanto también les debilitó ante este. Esas diferencias existentes en el bando republicano, existían porque, entre ellos tenían visiones muy distintas de cómo sería España tras la guerra.
Acerca de los personajes haría falta decir que el director reunió a personas de distintos lugares afectados por la guerra para crear un grupo muy polifacético como los personajes que representan. Esta gente venía de España, EEUU y de Europa. El director intenta crear un clímax de amistad entre los actores ya que la mayoría de ellos no son profesionales y para que pudiesen salirse bien de escena quizás algo improvisada. En definitiva, Ken Loach consiguió darle un toque de autenticidad a la película, que se muestra tanto en sus diálogos como en la forma de actuar que tienen los actores inexpertos.
Personalmente pienso que, una de las mejores escenas del film es la toma de un pueblo controlado por los insurgentes. La cámara controlada a mano nos comunica toda la emoción de la lucha callejera y el pánico causado por un cura disparando desde el campanario de la iglesia. Una vez capturado el cura lo niega pero en el hombro acusa las contusiones del retroceso del fusil. Es empujado hacia una ejecución sumaria por esto y por haber delatado (rompiendo el secreto del confesionario) el escondite de cuatro jóvenes anarquistas, entre cuyos cadáveres es fusilado. La terrible belleza revolucionaria de la escena es tan conmovedora como cualquiera del Acorazado Potemkin o de L’Espoir de Andre Malraux. Lo primero que los campesinos hacen al ver que los fascistas se van es quemar las imágenes y pinturas religiosas. Después, los aldeanos y los milicianos del POUM tienen una asamblea para discutir la colectivización, el corazón de la revolución española. Según dice el mismo Loach: “uno de los pocos momentos en la historia de la humanidad en la que se ve al pueblo tomando el control sobre sus propias vidas”.
No es accidente que “Tierra y Libertad” empiece y termina en la Inglaterra contemporánea. Al igual que Hidden Agenda y Ladybird Ladybird (otras films de Loach), es un ataque a los valores de la Inglaterra conservadora. El anciano David sufre un ataque cardiaco en su hogar de Liverpool y muere en la ambulancia. Su nieta, mientras limpia, halla sus cartas desde España a su novia, luego esposa. Su lectura introduce las escenas retrospectivas. La película termina con el entierro de David, en el cual la nieta lee unas líneas conmovedoras de William Morris. Se enfatiza el hecho de que era un trabajador ingles que nunca dejo la lucha para construir lo que Auden llamo “la Ciudad Justa”. Como el mismo David dice después del desbande forzoso de su milicia, solo unas semanas antes de que la división de Lister fuese enviada a destruir las colectividades en Aragón: “Si hubiésemos triunfado aquí, y se pudo haber hecho, hubiésemos cambiado al mundo”. El informe de Orwell sobre las milicias del POUM es un registro conmovedor (Capitulo 8) de lo que fue haber estado en Aragon, en “la única comunidad de cualquier tamaño en la Europa Occidental donde la conciencia política y la incredulidad en el capitalismo eran mas normales que sus opuestos… Muchos de los motivos normales de la vida civilizada – snobismo, acopio de dinero, miedo al patrón etc. – simplemente habían dejado de existir. La división de clases ordinaria en la sociedad había desaparecido… una comunidad donde la esperanza era mas normal que la apatía o el cinismo, donde la palabra “camarada” expresaba camaradería y no, como en otros países, farsante…para la gran mayoría del pueblo socialismo significaba una sociedad sin clases, o no significaba nada .”
La grandeza de “Tierra y Libertad” es que articula esto, manteniendo la esperanza viva. El film se hace eco del entusiasmo de Orwell convaleciendo en Barcelona, en su carta a Cyril Connolly (8 de junio de 1937):”He visto cosas maravillosas y puedo, por fin, realmente creer en el socialismo, lo cual nunca creí antes”. El día que se enlistó en la milicia del POUM conoció a un italiano en el cuartel Lenin. Nunca lo volvió a ver pero se convirtió para Orwell en un símbolo de “la flor de la clase trabajadora europea, asediada por la policía de todos los países, el pueblo que llena los sepulcros de los campos de batalla españoles”.