08 PM | 22 Abr

Globalización y localismo

Caciques y gurriatos…,
o gurriantes (gurriatos veraneantes).
Cuándo mancomunamos?

Miércoles, 26 de Abril de 2017
Restaurant La Chistera
San Lorenzo de El Escorial

El objetivo de estos encuentros abiertos es hablar sobre cómo se insertan los municipios y los territorios de su influencia en la globalización. Y en particular cómo pueden hacerlo San Lorenzo de El Escorial y El Escorial como parte de un territorio dominado por una ciudad, Madrid, con vocación de ciudad global.

Partiendo de una análisis histórico de cuándo se disgregan administrativamente los dos pueblos, aproximadamente unos doscientos años, y a la luz de cómo se conforma una nueva realidad de pueblo  falsamente separado en muchas cosas, la cuestión es saber si podemos avanzar hacia una reunificación, qué ventajas supone eso, por qué sería lógico y cómo hacerlo sin herir, sino más bien cuidando, muchas sensibilidades de arraigo e identidad local.

Empezaremos describiendo la nueva sociología de ambos pueblos, no solo la instalada de unos veinte años a esta parte, sino señalando también que parte de esa nueva población es descendiente de veraneantes de toda la vida (gurriantes) y su identificación con el o los pueblos, y con el territorio y su historia.

Valorar la estabilidad de esta población. Por cierto, que tanto desde el punto de vista de la estabilidad propietaria, como si se trata de personas que viven de alquiler, la permeabilidad entre un pueblo y otro es permanente.

Ayuda a ello, además, el compartir muchos servicios: transporte, comercio (y no solo grandes superficies, sino también comercio minorista), educación, deporte, sanidad.

El mundo del trabajo es una nueva realidad, pues el transporte actual facilita que un porcentaje muy alto de los activos trabaje fuera, sin convertirnos por ello en una ciudad dormitorio, sino en algo más complejo.

Hay retos y sinergias que se pueden producir, ayudando a crear economías de escala, o, lo que sería mucho mejor, servicios más amplios.

Por último, se puede organizar  un futuro con un desarrollo urbanístico más racional, rico y cuidadoso con el entorno.

Los retos que se plantean son los siguientes. Un pacto social entre los nuevos y los antiguos vecinos que impulsaría el desarrollo económico. Otro para el desarrollo urbanístico, entre San Lorenzo y El Escorial. Un tercero entre los vecinos “de toda la vida” de ambos pueblos, para conservar sus identidades, tradiciones y valores. Y un último de los partidos políticos, que en una corporación más menguada tendrían menos puestos, sueldos y prevendas a repartir.

 

 

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