11 PM | 01 Mar

SHERLEY,VISIONES DE UNA REALIDAD

Hasta cierto punto, decir que algunas películas de Jean Renoir son herederas de la luz de la obra de su padre, elpintor Auguste Renoir, no deja de ser retórica. Como también lo es sostener lo mismo respecto a la huella de la obra de Van Gogh en El loco del pelo rojo (1956), la cinta biográfica que Vincente Minnelli dedicó al artista holandés. En ambos casos, todas las concomitancias que se quieran encontrar entre el cine y la pintura van poco más allá del simbolismo, la metáfora, las meras figuraciones.

images-materiales-SHIRLEY - Cartel Esp20140716101247Sin embargo, afirmar que Shirley. Visiones de la realidad, la película deGustav Deutsch que llega ahoranuestra cartelera, es una adaptación exacta de la pintura de Edward Hopper no es decir más que la verdad. Como si de una novela o una obra de teatro se tratara, el polifacético Deutsch –pintor, fotógrafo, arquitecto, videocreador, músico y cineasta– pone en escena, literalmente, trece de las obras más conocidas del artista estadounidense. Cuentan entre ella cuadros tan celebrados como New York movie (1939), Lobby de hotel (1943) o Western Motel (1957).

En una primera apreciación pudiera enmarcarse el trabajo de Deutsch en lalínea de cintas como Emak Bakia (Man Ray, 1928), Dreams That Money Can Buy (Hans Richter, 1947) y otras películas de arte de los vanguardistas.También cabría imaginar Shirley. Visiones de la realidad en la estela del acercamiento del gran Alain Resnais a Picasso en Guernica (1950). Pero lapropuesta de Deutsch, que tanta expectación despertó en el Festival de Berlín de 2013, es genuina. Este cineasta austriaco construye sus secuencias mediante la reproducción exacta de las escenas mostradas en los cuadros de Hopper elegidos. Partiendo de ellas, con una acción y un diálogo mínimos, sobre los que predomina la voz en off de Shirley (Stephanie Cumming), construye una narración en base a las inquietudes de esta mujer, nacidas de lo que sus poses en cada una de las pinturas le sugieren, con la escueta noticia de los jalones que marcaron la historia entre los años treinta y los sesenta como telón de fondo.

Sabido es que la musa y modelo de Edward Hopper fue Josephine, Jo, su esposa. Así pues, esta conversión de Jo en Shirley es la única licencia que Deutsch se toma. Lo demás –hay que insistir– es reproducción exacta de las luces, texturas y escenarios de Hopper. Para ello ha contado con la inestimable ayuda de la directora artística Hanna Schimek y de la diseñadora Julia Cepp, responsable del vestuario.

El nuestro es un tiempo que alaba a Hopper como a pocos artistas. Su iconografía nos es familiar como las estampas de los Estados Unidos que su obra nos muestra. Así pues, Hopper se antoja omnipresente como esas imágenes estadounidenses que su obra nos acerca. Pero no hay duda de que es el cine donde encontramos más referencia de este artista, porque el cine también es el mayor medio de difusión de la imagen de Estados Unidos. Con tales antecedentes, acaso pueda decirse que Shirley. Visiones de la realidad alcanza su máxima expresión en la secuencia alusiva a New York movie. En ella, la acomodadora de una vieja sala de cine elucubra sobre lo que Deutsch ha imaginado que pensaría. Mientras, en la pantalla se proyecta Los amantes de la noche (Nicholas Ray, 1947), una de las películas hopperianas por excelencia.

Compártelo:

Escribenos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 comentario

  • Colectivo Rousseau

    Pintó para que viéramos sus obras en la pantalla del móvil mientras esperamos el metro rodeados de algún pasajero que tampoco levanta la vista ni oye nada.

    ↶Reply7 junio, 201618:17