01 PM | 20 Nov

EL DEMONIO EN LOS JUNCOS

                                                  FELAS

Los juncos moviéndose por el viento al ritmo de una música increíble, las guerras medievales en Japón, la extrema pobreza, y la utilización de algunos elementos del teatro Noh, son suficientes para que Kaneto Shindo (La isla desnuda) nos introduzca en una atmósfera demoniaca, de horror y de mal. Si en las historias del Noh el rencor de una mujer abandonada por su pareja son el motivo del sentimiento del odio, en la historia de Onibaba, son los celos del amor que tiene su nuera con Hachi, sustituto de su hijo muerto en la guerra, los que provocan el sentimiento fatídico. Después de observar cómo se aman físicamente, la madre, en una toma genial de contrapicado, se abraza al tronco de un árbol seco, que sería una representación de ella misma, y  no puede soportar su incapacidad de poder amar. Frente a las ansias vitales de la joven que cruza corriendo desesperadamente, con la cámara a ras de suelo, en busca de la cabaña próxima, donde le espera impaciente Hachi, la madre va tejiendo la venganza, y el demonio se instala en la mente, el espíritu y el cuerpo, teniendo que soportar la máscarahannya” hasta ¿su muerte?. No podemos olvidar que entre los juncos pululan animales como , pájaros, espíritus del pez, perros-leones,.. Y  también las tormentas, lluvias, sonidos del aire, simbología de la “quinta categoría” que hace que este film nos provoque, con un final tan sorprendente, y que no podemos desvelar, una gran sensación.

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